EL CHE GUEVARA La leyenda que aún dispara
Por Nuria Labari «Soy el Che y valgo más vivo que muerto». Éstas fueron las palabras con que Ernesto Che Guevara (Rosario, Argentina, 1928) amenazó a sus captores un día antes de ser fusilado en La Higuera (Bolivia), el 9 de octubre de 1967. Aquel guerrillero acorralado no podía imaginar entonces que su muerte lo convertiría en leyenda. Menos aún que la industria capitalista iba a ser la encargada de hacer de la leyenda, mito. Un año después de su ejecución, los estudiantes europeos ya levantaban su imagen en banderas y estandartes en sus manifestaciones; su imagen se imprimía por millones y el icono del Che resultaba rentable en todo el globo. Su odio contra el imperialismo se reciclaría en simpáticas camisetas para lucir en las High School norteamericanas y su visión ecuménica de la Revolución quedaría arrinconada por la utilización que hizo Fidel Castro de su figura como héroe oficial del régimen cubano. No se trata de la única paradoja en la vida del revolucionario más admirado de