LA SEMANA SANTA O SEMANA MAYOR

Por José Cheo Cruz

La cristiandad conmemora desde hoy, y durante siete días, el drama cumbre de la pasión y muerte de Jesucristo, el hijo de Dios, que marcó la redención del hombre frente al pecado.

En esta Semana Mayor, la historia registra el inigualable episodio de la traición, enjuiciamiento, flagelación, muerte y resurrección de Cristo, en una secuencia de hechos que sintetizan el dolor moral y el dolor físico que tuvo que padecer el Mesías, nuestro gran Dios, para expiar las inconsecuencias de los hombres frente a las repetidas alianzas que entabló Dios con sus criaturas, compare las vivencias y después e dice.
Solo cuando nos adentramos en la magnitud de este sacrificio es que podemos apreciar la inmensa capacidad de amor y de perdón con que Jesucristo acompañó su calvario, dándonos una lección de su grandeza de espíritu y de su voluntad de entregarse por el bienestar futuro de toda la humanidad.

Son muchos, desde entonces, los humanos que han padecido el tormento, el sufrimiento de la enfermedad, del atropello, de la tortura y de la muerte violenta, y cada historia podría bastarnos para tener una idea de cuál fue, en el caso de Jesucristo, el precio de este sacrificio, hecho nada más que por amor al pueblo de Dios.

Por esa razón, esta Semana Mayor debería ser objeto de nuestras reflexiones y de nuestro acercamiento y contrición frente a aquel que quiso cargar, con la muerte, la penitencia de tantos desvaríos, tantas in conductas, tanta increencia, inmoralidad, corrupción y envidia que, por desgracia, se repiten hoy con los políticos de Puerto Rico y también en el mundo de los deportes también, en una humanidad que parece olvidar aquel inconmensurable acto de redención en su favor.

Es nuestro deseo que así como la historia humana tiene tantos pasajes que llaman la atención y sirven a menudo de ejemplo a los hombres, el de Jesucristo sea recordado y conmemorado con la esperanza de que, a la hora de nuestras angustias, y hoy les digo que si Dios esta con nosotros nadie contra nosotros, porque Él vendrá de nuevo con perdón y misericordia, pero también con amor, a rescatarnos del pecado y del sufrimiento para alcanzar al final una vida eterna totalmente distinta a la que hemos llevado, esperemos que todos estemos juntos en el cielo Verdad José Carlos Aponte Dalmau.

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