NO SEAMOS PILATO NI JUDAS
Por Redacción de Radio El Faropr.com En la Semana Santa hay dos lavatorios que nos impresionan desde niños: Pilatos se lava las manos y Jesús lava los pies a los discípulos. Aquel no quiere poner en riesgo su poder por salir en defensa de un pobre inocente, se lava las manos y lo entrega. En la liturgia del Jueves Santo impresiona ver a Jesús arrodillado lavando los pies a sus discípulos, incluso a Judas. El Señor no los trata como siervos sino como amigos, y les dice que serán felices si hacen lo mismo unos con otros (Juan 13,17). Todo un símbolo de una humanidad nueva en la que el poder es para servir y no para oprimir. Lavar los pies significa reconocer la dignidad del otro y proclamar que servir no es rebajarse, sino ejercer la propia dignidad: que el mayor entre ustedes sea el que más sirve. Jesús expresamente relacionó el rescate de la dignidad humana y la paz con el amor y el servicio mutuo. También la humanización de la riqueza y del poder pasa por convertirlos en ser