PARA PEDRO PIERLUISI SU NOMBRE ES PIEDRA
Por José Cheo Cruz Tanto da la gota sobre la piedra que termina haciendo el hoyo, dice el refrán. Con la misma visión y objetivo, la sabiduría popular expresa que cuando se aprieta mucho la tuerca, se puede correr la rosca. Si hay un político Estadista en quien todos reconocen su carácter decente, amable y conciliador, ese es Pedro Pierluissi, pero a quien, desde que llegó a la Comisaría Residente vía una pela al Partido Popular en noviembre pasado ya lo tienen como la arepa: con fuego arriba, abajo y por los lados; entre otras cosas, porque del pastel muchos quieren ser dueños, y si Barat Obama se llevara de eso, como anfitrión montaría la fiesta, serviría las bebidas, el bizcocho y las golosinas, y de ñapa, tendría que recoger los desperdicios, empacarlos y cargar con la basura en hombros y a pie, hasta el vertedero municipal de la Bruja del 689 de Carolina Delia Muñiz. Y como física y económicamente Pierluissi no puede complacer a todos, está siendo víctima de las maquina