LOS AMIGOS DEL “ALMA” DE JUAN ORTIZ CRESPO

Por Redacción de Radio El Faropr.com

Tal y como lo habíamos anticipado, el resultado no se hizo esperar con el desenlace del caso del actual Gerente de Seguridad del Municipio de Carolina, Juan Ortiz Crespo, quién de antemano ya se estaba jactando y hacia alardes de que él no iba a ir preso por los cargos que se le imputan. Para comenzar tenemos que destacar que a este individuo se le dio un trato preferencial en dicho Tribunal al mantenerlo oculto en una sala contigua a la oficina de la jueza administradora de ese tribunal, cuando se suponía que permaneciera esposado y detenido en la sala de investigaciones, como cualquier hijo de vecino. A no ser por la protesta de uno de los reporteros del canal 2 de Telemundo, no lo hubiesen bajado a la sala de investigaciones esposado y escoltado por alguaciles.

Es altamente cuestionable y vergonzoso el ver que Juan Ortiz Crespo, andaba escoltado por todo un séquito, de Policías Municipales encabezado por el Teniente. Johnny Cruz, el Capitán Millán, el Inspector Rubén Moyano que se quedó sentado en un banquillo afuera porque me tenía miedo ,teniente Marrero, Teniente Fargas, entre otros violando la falta grave número 11 “Confraternizar o ayudar a persona que se encuentre bajo investigación o acusados de delito publico servirles de testigos de buena reputación excepto cuando ese testimonio se refiera a hechos de propio conocimiento” y además de un abandono de servicios, ya que ellos no eran citados en el Tribunal  y si en su carácter personal . También allí estaba presente en todo momento el Investigador Roberto Colon Baerga  del DAI un ex policía que Juan Ortiz Crespo lo puso de investigador de Asuntos Internos del Municipio que es la mano siniestra de Juan Ortiz Crespo para fabricarle casos a los uniformados de Carolina y empleados que sean desafectos al régimen dictatorial de los Aponte-Gambini. Mientras toda esa plantilla de empleados y policías Municipales perdían su tiempo miserablemente en el Tribunal, se privaba al pueblo de Carolina de sus servicios en la Carolina “segura y en paz”, porque era más importante vigilar y darle protección a un delincuente y facineroso de tal calaña. Así es que El Principito José Carlos Aponte, dispone de los recursos humanos y bienes del estado para proteger a sus allegados y amiguitos del alma. Recuerden que hay un pacto que dice que entre bomberos, nunca se deben pisar la manguera.

Y como dicen por ahí, éramos muchos y parió la Mula y no podía faltar entre sus espalderos y acompañantes  el ex alcalde de Trujillo alto, el “excelentísimo” Pedro Padilla, quien tiene a su haber un abultado historial de perseguidor y hostigador político y sexual  de empleados, que abusivamente despidió a  unos 37 empleados Municipales, cuando ocupó el cargo como alcalde de ese municipio. El 23 de enero de 2008, la Oficina del Contralor llevó a cabo el Informe de Auditoria # M-08-19, en el cual se detectaron una serie de hallazgos, mientras Pedro Padilla se desempeñó como alcalde.

En mayo de 1986, el Tribunal de primera instancia de Carolina, determinó que Pedro Padilla discriminó políticamente contra esos 37 empleados que fueron cesanteados ilegalmente, por sus ideales políticos,  por cuya acción entablaron una demanda civil contra el Municipio de Trujillo Alto y contra  Pedro Padilla. Dicha determinación fue confirmada por el Tribunal Supremo de Puerto Rico y en la misma disponía que el ex alcalde Padilla, debiera pagar de su propio pecunia el 50% de esa demanda.

En septiembre de 1993,  el TPI de Trujillo Alto, estipuló los daños y perjuicios en esa demanda por  $1,530.000,00 millón de dólares.  En junio de 1994, el municipio de Trujillo Alto, optó por pagar la totalidad de esa demanda. En diciembre de 1999, el Municipio de Trujillo alto, radicó una demanda contra Pedro Padilla, en la cual le reclamaba la suma de $765,278.00 dólares equivalentes al 50% que debía pagar y  otros $290,040.00 dólares por concepto de intereses devengados que sumaba la cantidad global de $1,055,318.00 millón de dólares.

En noviembre de 2000, Pedro Padilla se había postulado y fue electo nuevamente como alcalde de Trujillo alto. El 22 de diciembre de 2000, la legislatura Municipal de Trujillo alto, dispuso mediante la resolución #58 que nunca había mediado ningún acuerdo con Pedro Padilla para condonarle dicha deuda, requiriéndole el pago de la misma. En enero de 2001, el alcalde Padilla, juramentó en su cargo y una de las primeras cosas que hizo fue el ordenar se creara la resolución #69 para así derogar la resolución #58 y el zapatearse de esa responsabilidad económica. No conforme con esto el alcalde Padilla, en mayo de 2001, le solicitó al TPI de Carolina, el desistimiento voluntario de la demanda. En junio de 2001, el TPI de Carolina, ordenó el archivo con perjuicio de la demanda.

La Oficina del Contralor, emitió una opinión en este caso en la cual señalo que la resolución #69 adoptada por la legislatura municipal de Trujillo alto, era ilegal y los legisladores que votaron a favor de esa resolución pudieran haber incurrido en una violación a la ley #12.  La oficina del contralor, sometió el caso ante la consideración del Departamento de justicia y la oficina de ética gubernamental para las acciones correspondientes. Tanto el Departamento de justicia y la oficina del contralor, le dieron pase de paloma a este asunto y como siempre suele suceder en estos casos de figuras  de políticos prominentes, comenzaron con un gerundio jurídico y así las cosas Pedro Padilla, anda por ahí feliz y defendiendo como su mentor a su “Amigo del Alma”, Juan Ortiz Crespo, un  delincuente con corbata que formo parte de su equipo de trabajo en Trujillo Alto, cabe destacar que Pedro Padilla tuvo que renunciar a su posición de alcalde porque embarazo a su secretaria de manera que  son los mismos pollos con diferentes plumas, por algo mandaba en el Tribunal defendiendo su amigo del alma el delincuente sexual Juan Ortiz Crespo y mintió al decir que él no sabía si habían querellas de delito sexual en el empleo contra Juan Ortiz Crespo cuando una mujer policía Municipal de Trujillo  demando por acoso sexual en el empleo a Pedro Padilla y a Ortiz crespo demanda que no pudo seguir por falta de dinero .

El espectro de la corrupta  política los unen y el enemigo de las almas los casa. Pedro Padilla, quien también laboró en el municipio de carolina es el menos indicado para tratar de limpiar la mugrienta reputación e imagen pública de que goza Juan Ortiz Crespo en Carolina y en todo Puerto Rico. Lo que llama la atención en  todo este asunto, es como un Tribunal de Primera Instancia, como el de Carolina puede variar o modificar una sentencia que fue adjudicada y resuelta con un pronunciamiento de un Tribunal de Mayor Jerarquía como en efecto lo es el Tribunal Supremo de P.R.  Si el Tribunal Supremo se expresó y ratificó la sentencia inicial del Tribunal de Primera Instancia de Carolina en cuanto a la responsabilidad económica del ex alcalde Padilla, cómo es posible que se haya podido cambiar el curso de esa sentencia a petición del propio demandado. ¿Cómo este señor y con qué probidad moral se atreve a ir a ese Tribunal a defender, lo que a claras luces resulta indefendible? En este país ya no hay vergüenza, ni hay quién la ponga.


¿Creen ustedes que en ese tribunal se administra adecuadamente e imparcialmente la justicia? ¿Creen ustedes que los estamentos del estado para hacer cumplir las leyes en este país están realizando su trabajo? Don Luis Muñoz Marín, dijo;  “Que hay actos que aunque puedan aparentar ser legales, no dejan de ser actos inmorales” y concurrimos que estos son uno de ellos. Seguiremos  informando.

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