LA JUSTICIA DE LA INJUSTICIA
Por José Cheo
Cruz
Reina una gigantesca
hipocresía de la rama judicial de Puerto Rico, los abogados, fiscales y toda la
parafernalia del sistema de injusticia que tenemos en Puerto Rico es uno lleno
de hipocresía, de mentiras , de pantomima y por eso se creó una escuadra que
vino de Washington a investigar la mancuerna judiciales de Puerto Rico, en el
ojo investigativo del FBI están varios abogados mafiosos y tienen un rabo observándolos
a jueces de diversos distritos y niveles que van desde el tribunal Municipal
hasta el supremo porque ya es algo sin precedente, te dicen hay absceso a los
tribunales y te ponen todo tipo de traba para que tengas que gastar un dineral
aunque tu sepa leyes no te perdonan te fallan en contra y creo que hay que ser
un ridículo para seguirse creyendo en la rama judicial de Puerto Rico y hasta
que estos jueces, fiscales sean electos por el pueblo y no por políticos sin escrúpulos
esto seguirá así, nadie puede ir contra el establishmen de quienes nombran los
jueces si un juez se va contra los que los nombran comete haraquiri o suicidio
judicial,
Son tan descarados los que
andan burlándose del pueblo en la rama judicial hablando de Independencia
judicial que ellos no aceptan influencias que mentirosos , porque lo que
sabemos es independencia judicial
implica necesariamente la existencia de una administración de justicia en que
los jueces deciden los casos de que están apoderados con estricto apego al
debido proceso y a las pruebas aportadas en el expediente, sin recibir órdenes
ni líneas de superiores, sobre todo políticos, legisladores, alcaldes y
gobernantes ni motivados por razones ajenas al asunto de que se trata. Ese es
un ideal por el cual vale la pena luchar, pero en Puerto Rico jamás lo
lograremos con la pantomima en que vivimos en el sistema de justicia Boricua la
corrupción judicial es algo ya en metástasis y por eso el FBI tuvo que
trasladar un grupo enorme de agentes expertos para sacarlos de carrera y se ha
hecho difícil, hasta hoy solo uno ya esta cumpliendo cárcel. Pero es bueno
saber que en nuestro país nunca ha existido, ni existe ni existirá por mucho
tiempo más, una verdadera independencia judicial para los conflictos en que el
poder político tenga interés.
Los
procesos judiciales en que los sustentadores del poder político intervienen
siempre terminan con una sentencia definitiva que se acomoda a su voluntad, véase
el Juez de Rio Grande que con mentiras emite una orden y el Tribunal Apelativo
arrastra los pies y se apresta a perpetuar una injusticia descarada.
Esto
es tan cierto que cuando existe un juez o tribunal que osa aplicar el Derecho
como debe ser, y con ello se niega a obedecer sumisamente la línea u orden
trazada por el Poder, entonces los tribunales superiores se encargan de revisar
y revocar esa sentencia, para que todo se ajuste a los deseos de los factores
reales de poder y el juez en cuestión no le renuevan su nombramiento y ahí queda
eso para que respete la mafia política que tenemos, es lo mismo cuando usted
osa criticar las inconductas de los funcionarios del país toman represalia abiertamente
y el pueblo ya lo acepta como bueno.
Poco
importa que con eso haya que crear un nuevo criterio jurisprudencial o
precedente. Y el juez idealista que ejerció soberanamente su función, que en
este juego pasa por iluso, será marcado y recibirá oportunamente el mensaje
para que sepa quién es el que manda. Y si vuelve a “equivocarse”, entonces lo
verán como un mal sin remedio. Ese modo de usar el Poder no es propio de un
solo grupo de gobernantes. Todos actúan de esa manera, cada uno en su turno PPD
y PNP y como lo nomina el gobernador y los confirma el senado los jueces actúan
cónsonos con los dos bandos rojos y azules.
Ciertamente,
así es. Vivimos en una sociedad atrasada, con muchas debilidades. Y esos males
se reflejan, en primer lugar, en su orden económico, que obliga a los
funcionarios a aferrarse a su modo vivendi como un náufrago a una tabla en alta
mar; en segundo lugar, en el orden social genera trastornos en los valores y
principios, que lleva a las personas a relativizarlo todo para justificar la
falta de ética y la doble moral en su conducta; y, en tercer lugar, en el orden
político e institucional impera el uso del Poder con fines personales o
grupales, con pocas preocupaciones por el bien común y por guardar las formas.
Pruebas de eso son el clientelismo y el patrimonialismo que sufrimos. Y, para
orientarse, se elaboran dos discursos, uno para adentro, de consumo interno,
que es convenientemente pragmático, que se aplica, y otro hacia fuera,
caracterizado por expresar lo que esperan los demás; pero las condiciones no
permiten su ejecución de manera que son imparciales de boca no de hechos.
Ahora
bien, en los casos de poca monta, asuntos sin importancia o trascendencia para
el Poder, el juez puede hacer una buena apreciación de los hechos y una
correcta aplicación del Derecho al dictar su sentencia. En esos litigios la
independencia judicial funciona.
Para
algunos, que evaden responsabilidades, esto legítima el sistema. Pero jamás
olvidemos que sin independencia judicial interna y externa no hay ni justicia
ni progreso real por lo tanto somos un bochorno por eso el Departamento de
Justicia no procesa los casos de corrupción muy pocos o ninguno y que debemos hacer
cruzarnos de brazo, claro que no hay que seguir luchando hasta que hagamos
conciencia de este mal del sistema corrupto de justicia que tenemos en Puerto Rico.
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