EL FANATISMO
Por José Cheo Cruz Cuando el partidismo se convierte en partidocracia como ha estado ocurriendo en el Puerto Rico de hoy, o el nacionalismo se vuelven en un fanatismo, entonces hacen daño, como todo lo que ciega las mentes, como todo fanatismo en el mundo hasta en el deporte y la religiones, de la misma manera que se ha ido repitiendo, como Madame Rolland, en Francia: “Libertad, libertad, cuántos crímenes se han cometido en tu nombre”. Por eso, también hemos de repetir: partidismo, partidocracia, nacionalismos, nacionalismos ciegos, fanatismo deportivo por algún equipo, por algún alcalde, cuántos crímenes se cometen en sus nombres. Insoportables casos de corrupción política, presunta o comprobada, nos empapan. No sólo bañan a políticos y ensucian la democracia sino que contaminan a la sociedad civil por la incapacidad de mostrar la fórmula contundente de repulsa y eliminarla de cuajo. La causa de esa expansión difusa es la percepción de que la impunidad existente es racionalmente rent