LAS ENCUESTAS PENDEJAS

Por José Cheo Cruz

Queremos una encuestas no para decirnos cuántos quieren la reelección de Luis Fortuño o prefieren a Alejandro García Padilla y cuántos a Thomas Rivera Schatz. Ni si es Fortuño o Alejandro, Pedo u Juan. Ni si hubo, o no, fraude en las leyes aprobadas en las Legislaturas.

Queremos una encuesta que revele la cantidad de hogares donde se han registrado robos con escalamiento o, al menos, intentos de ello. Que diga el número de personas víctimas de asaltos a mano armada, o a quienes les hayan sustraído sus vehículos o car jacking. Que revele cuántas familias están constreñidas al extremo, gracias a la subida paralela de los impuestos en los precios de los combustibles y al imposible costo del arroz y, las viandas y del pollo, principales fuentes de alimento para el Puertorriqueño.

Que explique cómo consiguen los pandilleros y los narcotraficantes las metralletas AKA47 Rusas, pistolas adulteradas que cargan muchísimas balas, los chalecos antibalas y los uniformes de Policías y hasta del FBI para asaltarnos en nuestros hogares y violar mujeres.

Una encuesta que demuestre, cuántos Puertorriqueños han decidido no salir de sus casas por las noches, debido al dominio de las calles que tienen los dueños de los puntos de Dogas, guerreros bien armados que matan a competidores y a inocentes testigos. Que pregunte a los padres, cuántas son sus horas de desvelo y miedo, hasta escuchar la puerta del hogar que indica la llegada de sus hijos adolescentes.

Una encuesta que exprese a quién le importa un pepino si se va a reunir, o no, el Comité Central o el Comité Político del PNP o del PPD, o si va a haber negociación entre saltimbanquis, para repartirse el poder que permite vivir del cuento a tantos bandidos que no han vuelto a dar un golpe después de haber pasado por una función pública de ambos partidos, Legisladores pata por el suelo que andan en Porchet en Carolina a media mañana en casas ajenas que no son de ellos y si de damas.

Una encuesta que diga, si ven algún futuro como profesionales o se quieren largar del país, los miles de muchachos que hoy llenan las aulas universitarias y de Puertorriqueños hastiados por la crisis económica.

Que le diga a esta bendita Isla, si hay o no posibilidades de que se enderece esto, que luce caminar hacia un “despeñadero social”.

¡No nos fuñan, no nos jodan más, con más encuestas políticas! Veamos este drama al que están de espaldas los que muy cómodamente vivieron, viven y quieren seguir viviendo como príncipes, bajo una corrupción que, gracias a la impunidad, ya se ha vuelto máxima aspiración.



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