HECTOR CARDONA, LA VIDA CONTINUA
Por Luis Rivera Toledo
“La Vida Continua”. Desde que era un niño escuchaba entre adultos, esa
línea de vida. Y casi siempre sucedía cuando una persona conocida o’ familiar,
nos dejaba físicamente ante la realidad de la muerte. Y mi curiosidad precoz me
hacía salir y mirar detenidamente que estaba pasando en los alrededores, allá
afuera, y constatar por mí mismo, si era cierto que “La Vida Continua”, como si nada hubiera sucedido. Todavía ahora, ya hecho un manganzón, hago lo
mismo. Y es así, continua la vida.
Cuando recibí la noticia de que nos había dejado físicamente, Héctor
Cardona González y como sucede cuando un “amigo se va”, humedecen los ojos de
una lagrima escondida. Pero sentí el cuerpo como si recibiera una lluvia de
ellas. Eran las lágrimas del alma, que, como un suero, comenzaron lentamente a
pasar imágenes de episodios vividos juntos, separados o lejos el uno del otro.
El primero, fue, cuando en 1960 vi aquel jugador de béisbol alto y flaco que
llegaba a Camuy a participar con el equipo Camuy Arenas Doble A, de mi querido
pueblo. Y no era que si no llegaba perdíamos el cuarto bate. Era, que, con él,
y en su carro, viajaban los estelares jugadores que venían juntos del área metropolitana
de San Juan, de donde Camuyanos residentes buscaban jugadores que fortalecieran
el equipo. Yo, siendo un joven, y junto a otros amigos del pueblo esperábamos
que llegaran. Y cuando veíamos el carro, nos llenábamos de alegría. Los
jugadores de San Juan, habían llegado a defender nuestros colores. Héctor tenía
un brazo fuerte, defensa y a las rectas le daba bien, pero a las curvas las
abanicaba como en misa de cuaresma. Siempre me hablaste de lo orgulloso de
jugar con Camuy y me mencionabas los jugadores estelares que viajaban contigo. De
tu dirigente y apoderado y me preguntabas por los camuyanos que fueron
compañeros de equipo.
Años más tarde comencé a escuchar de ti y verte personalmente nuevamente,
1966 Juegos Centroamericanos y del Caribe, 1974 Mundial de Baloncesto y en 1978,
al regresar de estudiar en Estados Unidos, comenzamos a trabajar juntos en esto
y lo otro, todo relacionado a servir y a trabajar por el Deporte y Olimpismo
Puertorriqueño. A defender la gloriosa Soberanía Deportiva, fuente de unión de
un pueblo dividido en casi todo lo demás, por el aguijón ideológico partidista.
Y desde el primer momento levantaste la espada para luchar y asumir posturas
libres de contaminación ideológica, religiosa, o discrimen de género, color o
raza. Y callado o’ poco hablar, pero con mucha substancia y directo al grano, seguías
acumulando sabiduría y ejecutorias que más tarde te permitirían alcanzar
posiciones de prestigio en defensa de pueblos participantes, pequeños o
grandes. Y defendiste causas y representaciones de juventud, jueces, oficiales,
árbitros, delegados, estos y aquellos, y nuestro Puerto Rico adorado. Como
líder, alguien pudo haber quedado en desacuerdo, de eso no escapan los verdaderos
líderes.
En el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos de 1979, en San Juan,
comenzamos otro tipo de relación más cercana, junto a tantos buenos trabajadores
y periodistas puertorriqueños del Deporte Organizado de Puerto Rico. Seguías
siendo el mismo, “Trabajador del Olimpismo Puertorriqueño”, como acaba de
titular un artículo escrito sobre ti, la joven y talentosa periodista Sacha
Acosta.
El Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño, donde fuiste exaltado,
enumera tus experiencias de atleta escolar en atletismo haciendo salto largo,
vallas, disco y jugando béisbol, árbitro de boxeo aficionado, delegado en
propiedad del COPUR, más de 15 años como presidente de esa federación,
obteniendo bajo tu liderato tres (3) medallas Olímpicas, cuatro (4) en
Campeonatos Mundiales, treinta y seis (36) en Juegos Panamericanos, cincuenta
(50) en Centroamericanos y del Caribe, miembro del Comité Ejecutivo y primer
Vicepresidente de la Federación Internacional de Boxeo, Director Técnico de
Boxeo en varios Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos y Centroamericanos y del
Caribe, presidente de la Confederación Panamericana de Boxeo, Secretario
General del COPUR, presidente del COPUR por diez y siete años (17) y cuatro (4) décadas frente a la Organización
Deportiva Centroamericana y del Caribe, ODECABE, hablan bien de lo que un
jibaro aguzado de Naguabo ha dado al mundo y Puerto Rico.
Lidiaste con German Rieckehoof Sampayo, Efrén Bernier, Libertario Pérez, Osvaldo
Gil y Genaro Marchand y mucha artillería pesada del liderato nacional e
internacional de nuestro país, cuando la acción y oratoria era imprescindible
en la defensa de principios y valores del Olimpismo Puertorriqueño. Y con menos
grado académico y elocuencia, todos ellos sabían que había algo especial en ti
que se recibe y aprende en la universidad de la Vida. Héctor, es verdad que “La
Vida Continua”. Pero esa misma Vida tiene una corona de oro al esfuerzo, a
saltar, correr y hacer las cosas bien. No solamente perteneciste, eres ejemplo
supremo de que se sirve igual de bien cuando se trabaja en equipo y se siguen
los principios de igualdad de la filosofía de vida del Olimpismo. Usted hace
tiempo subió al primer escalón del podio separado a los vencedores.
A tu inseparable amor y esposa Sarita, tus tres hijos, tu compinche y mejor
amigo Osvaldo Gil y todos los que te conocimos, gracias por dejarnos entrar al
corazón de tu grandeza y prepararnos un poco antes de tu partida. Sobre el
equipo de trabajo de puertorriqueños y otras nacionalidades que preparaste,
vete tranquilo, todos ellos están curtidos con corte de excelencia. Hasta en
eso fuiste aguzado, los que son traviesos, se velan entre ellos.
Ah, por poco olvido, esta columna en tu nombre no es mía, la hice por
inspiración del periodista Elliot Castro Tirado, quien convalece en este
momento en cuidado intensivo pero estable, de un episodio de salud. Y en su
semanario Claridad ya hubiera escrito sobre ti en su columna titulada, “Las Canto Como Las Veo”.
Elliot, siento que me quieres hacer una pregunta para el artículo, dime:
¿Luis, donde ubicas a Héctor Cardona en su trabajo como presidente de la
ODECABE? Elliot, esa organización está
en el mejor momento de su historia, países de habla hispana e inglés más unidos
que nunca, las mujeres nivelaron con los hombres en participación, modernizaron
sus estructuras a los tiempos del futuro tecnológico. Y todos confían en líder,
Héctor Cardona.
Articulo por: Luis Rivera Toledo, Miembro COPUR Interés Publico
Junio 18, 2017
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