PORQUE ESTAMOS CON LA VERGÜENZA DE UNA JUNTA DE CONTROL FISCAL.

Por José Cheo Cruz
Por mucho tiempo mi accionar ha sido el reclamar transparencia en el manejo de los recursos públicos, creo que es un deber ineludible de toda sociedad. Y una obligación a la cual no puede renunciar ni mediatizar ningún gobierno y por ser descuidado en este asunto de trascendental importancia es que hoy pasamos la vergüenza de tener una junta de control fiscal que viene de afuera a humillarnos a todos y a mandar ya que de fuera vendrán que de tu casa de echaran, esto es un bochornoso acto colonial que el que no protesta no merece ni vivir, porque somos esclavos indolentes y serviles ante la invasión yanqui.
Mientras persistan zonas brumosas, insondables, ocultando o manipulando el real uso del erario público, y la partidocracia dominando el entorno de muchos de los partidos políticos, donde existen  ciudadanos que se aferran a la mentira mediática de los buscones corruptos que ya sin temor a equivocarme  creo son la mayoría de los políticos de Puerto Rico, una lógica indiscutible revelará la presencia de prácticas corruptas o la existencia de condiciones para que estas se den y lo peor que queden impune como ocurre en casi todos estos bochornosos actos de políticos y empresarios privados.
Si bien existen en Puerto Rico  mecanismos legales para propiciar y asegurar la transparencia, entre ellos la ley de ética gubernamental , la Oficina del Contralor , el Fiscal Especial Independiente , el Departamento de Justicia es a las agencias Federales que le ha tocado tratar de sanear la política  en el manejo de los fondos públicos, especialmente los Federales, como es las  contrataciones públicas o la de la declaración del patrimonio, los “avivatos”, o buscones, tanto los que se agazapan en el sector oficial como en el privado, se las ingenian para esquivar sus alcances y no hay la fuerza de voluntad para denunciar los actos de corrupción encubriéndose en la partidocracia.
Esto es lo que ocurre cuando se trata de subastas o licitaciones públicas para adquirir bienes y servicios o para adjudicar o concesionar obras de infraestructura del Estado. Si las reglas o requisitos resultan maleables por el efecto de una operación de soborno o manipulación de dichas normas, entonces el objetivo de la transparencia queda trunco, de ahí el caso de Jaime Perellot que aprendió esa conducta con la gente de Miguelon en Carolina.
Si vamos al caso de los patrimonios personales de los funcionarios nombrados por el Poder Ejecutivo o electos por el voto popular, el apego a la transparencia debe ser mayor para que no se les ocurra engrosar riquezas sobre la base de succionar al erario o recibir sobornos para aprobar concesiones o para devaluar o sobrevaluar, según sea el caso, un bien público, pero vemos como funcionarios como Eric Correa , Thomas Rivera Schatz , Lornna Soto Villanueva, Ángel Boris González, en el Departamento de Obras Publicas Estatal con un ciego de director, en Vivienda Publica con un secretario que oculta y respalda las inconductas de sus súbditos como Wanda del Valle, NIlka Rivera que se las ingenian para hacer la vida difícil a los pobres de esta tierra, porque gente de la partidocracia quieren propiedades del pueblo para ellos, y una larga lista de los ricos al vapor gubernamental.
Es una vergüenza que existiendo tantas leyes que exigen esta rendición de cuentas, y los funcionarios o las autoridades electas se hagan de la vista gorda y se resistan a mostrar sus verdaderos patrimonios. Más vergüenza da que el Gobierno o la justicia no los obliguen a cumplirla, si los propios ladrones establecen las reglas al poner trabas de que sus cosas son privadas e intimas, los estados financieros son amanzanados o falsificados y tampoco los ensenan a la gente ni al pueblo, son secretos de estados porque así lo han establecidos las propias leyes que ellos mismos legislan a su favor y eso es una gran contradicción.
Este es apenas un pequeño pero elocuente ejemplo de que, en materia de transparencia, es más fácil reclamársela a un sector, que practicarla en el propio los legisladores hacen la ley y la trampa, haciendo de aquella máxima la ley que quien hace la ley hace la trampa.
Esto ha sido y es así, tanto si se trata de partidos políticos o líderes políticos o grupos populares o sociales, sindicatos o entidades no gubernamentales, como las deportivas y supuestas sin fines de lucro, que pocas veces hacen galas de la transparencia que exigen a otros, resistiéndose a mostrar o publicar de dónde les llegan o cómo gastan los recursos que reciben del estado y de dónde sacan sus suntuosas residencias, suntuosos automóviles etc. , cosa que solo ellos conocen y lavan su ropa a escondidas en sus curules.
Ahora la máxima es tu eres más pillo que yo, olvidándose que dos cosas malas no hacen una buena, Porque es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Pero ningún pueblo merece el porvenir si es esclavo, indolente y servir , porque  no crece la llama en su pecho, que temple el heroísmo viril de denunciar los actos de corrupción en el gobierno y en la empresa privada, venga de donde venga, aunque se desplomen los cielos, así he vivido en la pobreza extrema , perdiendo amigos, recursos y formas de Adquirir recursos para comer dignamente,  he sido perseguido, acusado falsamente y quizás así muera, pero algún día cuando deje de existir, Puerto Rico se levantara y quizás mis tataranietos se vanaglorien de lo que hemos sembrados en esta tierra bendita Boricua, así me ayude Dios.

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