PRESAGIO DE UNA CRISIS GUBERNAMENTAL
Por
José Cheo Cruz
Bajo la administración del entonces ex gobernador Rafael Hernández Colón
en el año de 1975, fue contratado el prestigio economista, el Dr. James Tobin,
quién por cerca de dos años estuvo preparando un informe que se conoce como el
Informe Tobin. Eran los años en que la recesión a nivel mundial ya estaba
rondando nuestras costas, junto a la crisis del petróleo y otros males que
fueron incidiendo y socavando nuestra economía.
En ese informe el Dr. Tobin, hacía varias recomendaciones que debían ser
implementadas con urgencia. Entre otras cosas, esas recomendaciones estaban el limitar
los gastos de consumo en el gobierno, el limitar los aumentos de salarios en la
nómina pública, el mercadear responsablemente los bonos de P.R. y el promover
el adiestramiento y el empleo para nuestros jóvenes, para ir eliminando la
cultura de la dependencia y el mantengo.
Esta crisis tuvo su génesis allá para finales de la década de los años 60’s,
en la que se auguraba, en ese entonces que nos vendría a azotar dentro de unos
cinco a diez años. Lamentablemente, el esfuerzo que se realizó, no fue
suficiente en controlar el inmenso gasto gubernamental, porque pudo más el
elemento político que ha pesado sobre todos nuestros gobernantes. La historia
nos condena, porque todos nuestros gobernantes nos hicieron creer que vivíamos
en un Emirato Árabe de bastos recursos inagotables. Cuando miramos a las demás republicas vecinas,
lo hacíamos por encima del hombro, creyendo que éramos la última Coca Cola en
medio del desierto pero esos sueños dulces se terminaron y ahora nos toca vivir
en el ciclo de las pesadillas. Mientras todos esos Países vecinos han prosperado
substancialmente, a nosotros se nos viene la casa encima y la migración hacia
el norte es desenfrenada y ha batido todos los records.
Éramos la joya del caribe y la envidia de todos los Países
latinoamericanos, pero eventualmente todo eso fue cambiando. Nuestros pasados y
presente gobernantes nos fueron conduciendo hacia un precipicio y hoyo fiscal,
del cual no hemos podido salir. Todos ellos envueltos en sus quimeras y dogmas filosóficos
políticos, nos fueron hundiendo como se hundió el “Titanic”.
Cada uno de esos gobernantes tienen cierto grado de responsabilidad en
lo que hoy estamos viviendo como pueblo. Reina la desesperanza, la
incertidumbre y se nos mantiene en zozobra. Todos ellos con sus mentiras y engaños,
nos quieren seguir subestimando y tratando como si fuéramos brutos o locos.
El actual gobernante, Ricardo Rosselló Nevares, ahora pretende que
creamos que es el paladín de la justicia y no hace más que cacarear como las
gallinas tuertas que emprenden la huida en un guayabal seco. Todo aquel que
tenga un poco de inteligencia y los pies puestos sobre la tierra, sabe que
todas las medidas que la junta nos ha estado imponiendo fueron evacuadas por él
y su nefasto gobierno.
Todo esto de lo que se trata es de una conspiración donde la metropolis,
ha articulado todo ese montaje en “back stage” donde la figura del gobernante,
ha pasado a hacer una simple marioneta del imperio. Yo siempre he dicho que lo
peor que hay en este mundo es un idiota con inicativa y aqui llueven por
montones. A los idiotas y fanaticos políticos, yo les temo porque son muchos y
pueden hasta elegir gobernantes y lo mejor es mantenerlos a raya.
Nuestros gobernantes y su caterva de acólitos desenfrenados como el
alcalde de Sabana Grande, que una vez dijo que estaria dispuesto a tirarse por
un precipicio, si así se lo ordenaba su jefe político, han influenciado en
promover esa falsa doctrina de rendir culto y adorar a falsos dioses con pies
de barro.
Este pueblo debe cobrar conciencia de que ha llegado el momento de
ponerse los pantalones largos y hacer valer sus derechos que están siendo
amenazados por los grandes intereses de una élite que nos ha venido gobernando
y administrando por más de cincuenta años de una forma alocada que es
totalmente inaceptable para este País en crisis y a punto de expirar. El
congreso de la metropolis ha mutilado y desechado nuestra carta magna de
nuestra constitución y se ha abrogado sus poderes.
Hay que dejar a un lado el protagonismo y las luchas intestinales y
fraticidas. Tenemos que unirnos como un solo País, para que tratemos de
reconstruirnos y levantarnos de verdad, no con cancioncitas que pudieran sonar
agradables al oído y que nos mantienen arrodillados y perturbados en posición
para recibir el tiro final en la nuca.
Nuestra Patria agoniza, se nos muere Puerto Rico y con ello el legado a
que tienen derecho nuestros hijos, nietos, biznietos y generaciones futuras.
Roguemos a DIOS por este País que merece tener Justicia, Libertad y Solidaridad
que nos proveea el derecho y pleno disfrute a la vida.
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