EXISTE EL PUNTO G?

¿Existe el punto G?

Por Yaqui Núñez del Risco

Encontré una posible respuesta en un libro de Mark Leyner y Billy Goldberg. Su punto de partida es una referencia al punto G que hizo, en el 2001, la revista americana de Ginecología y Obstetricia.

Luego, citan un estudio de la universidad de El Cairo en el que los autores investigaron la hipótesis de que la vagina genera ondas eléctricas que influyen en las contracciones vaginales durante las embestidas del pene.
Tras descubrir que las ondas eléctricas de la vagina podían registrarse, plantearon que había un marcapasos vaginal que parece representar el punto G y es una pequeña zona erótica situada en la vagina.

En definitiva ¿qué es y dónde está el famoso punto identificado con la letra con que inicia la palabra gusto? Es una pequeña zona localizada en la pared superior de la vagina.

El punto G debe su nombre a Ernst Grafenberg, un médico alemán que, en los años 50, escribió un artículo donde mencionaba una zona erótica en la pared anterior de la vagina que se hinchaba durante la estimulación sexual. ¿Cómo encontrar el punto G?

Hay opiniones diversas. Algunas mujeres dicen que la mejor manera es colocándose encima durante el coito. Otras dicen que, por el lugar en que está situado, un pene más corto y pequeño puede encontrarlo más fácil.
Leyner y Goldberg concluyen en que una pista para ubicarlo pueden ser las repentinas ganas de orinar que sienten algunas mujeres cuando se lo tocan, lo que no debe sorprender dado que el punto G está muy cerca de la uretra.

Reseño y transmito estas informaciones con mucho Gusto.

El punto G. Mitos y realidades del punto G en la mujer

Recopilación de la redacción de El Faro

No se trata de un mito, existe. En mujeres y en hombres. El sexo ofrece tantas alternativas como personas hay en el mundo, lo único que se debe hacer es explorar tanto el propio cuerpo como el del otro. La exploración hará encontrar puntos de excitación más allá del clítoris y del pene. Y el punto G se ha convertido para muchos en una búsqueda infinita de placer.

El punto G en la mujer

El punto G forma parte de la anatomía de toda mujer. Es un tejido que se encuentra en la pared frontal de la vagina, a aproximadamente cinco centímetros de su entrada. Es muy sensible porque está rodeado de terminaciones nerviosas. La mejor manera de estimularlo es explorarlo y tocarlo, o tener una penetración por detrás durante el acto sexual.

Muchas mujeres afirman que cuando este punto es estimulado sienten más placer, o de una manera diferente, que en otras partes de la vagina. Para encontrar el punto G, hay que poner el dedo en la vagina y, con éste apuntar hacia el abdomen, moviéndolo como si se dijera “ven acá”. Su tamaño es, aproximadamente, como el de una moneda mediana, aunque su localización y dimensión pueden variar entre una mujer y otra.
Algunas mujeres pueden llegar al orgasmo con esta estimulación y, consecuentemente, eyacular un líquido blanco o transparente. Claro que no les acontece a todas, depende de cada una, a algunas les puede molestar (cada persona es diferente) y a otras, por el contrario, causar un mayor placer. En cualquiera de los dos casos no hay nada de malo.

Sin embargo, descubrir el punto G no es una tarea fácil, por lo que algunas mujeres llegan a creer que no lo poseen. Aquellas que sí lo han encontrado, dicen disfrutar mucho la posición de “perrito” durante el acto sexual, ya que le permite al pene un mejor acceso a la pared del frente de la vagina. Una presión firme, un ritmo rápido y mucha fricción, facilitarán el logro del orgasmo. Cuando se comienza a estimular este punto, varias mujeres tienen una sensación parecida al deseo de orinar.

En el hombre

En años recientes se ha descubierto que el hombre también cuenta con este punto, el cual también resulta de extrema sensibilidad -si se sabe explorar-, y puede desencadenar en orgasmos más placenteros. No obstante, muchos hombres no quieren descubrir este punto porque lo consideran antihigiénico. Aunque también creen que con la búsqueda de este punto pierden su masculinidad. La realidad es que este acto no tiene nada que ver con ser homosexual, lo cual implica otras cosas que van más allá de una elección sexual. Además, quienes lo han probado dicen que es una experiencia en extremo satisfactoria.

Este punto, en realidad, se trata de la próstata, una glándula que genera el líquido seminal que transporta a los espermatozoides. Para llevar a cabo esta búsqueda, es preciso tener en cuenta los siguientes consejos: evitar molestias o heridas teniendo las uñas bien cortas, usar guantes de látex o un preservativo para una mayor protección, aplicar en el dedo -antes de introducirlo- un lubricante a base de agua, tocar suavemente la parte externa del ano, haciendo círculos.

Cómo aumentar el placer

Para descubrir nuevas formas de placer hay que contemplar el cuerpo de la pareja a través de caricias, besos y abrazos en el momento de la relación sexual. Por lo que resulta conveniente el diálogo, porque hace saber al otro qué gusta y qué no.

Una de las maneras para llegar al orgasmo (culminación del placer sexual) es la estimulación erógena. Los sexólogos dicen que las áreas que provocan más excitación en la mujer son: la boca -a través de los besos, suaves o apasionados-, el lóbulo de la oreja, el cuello, los senos y el área alrededor del ombligo. Y para culminar, el punto máximo femenino es el clítoris, donde la sensibilidad y el placer se unen. Además, por supuesto, del famoso punto G.

En el caso del hombre, la estimulación de sus genitales les provoca una excitación inmediata. Pero también tiene otros puntos débiles como: los hombros, la espalda, el pecho y los pezones. Lo único que hay que hacer es probar, siempre y cuando ambos estén de acuerdo.

Como seguramente ya sabes, el punto G femenino forma parte de tu anatomía y es un tejido que se encuentra en la pared frontal de la vagina, a aproximadamente cinco centímetros de su entrada.
Es sumamente sensible porque está rodeado de terminaciones nerviosas y la mejor manera de estimularlo es explorarlo y tocarlo, o tener una penetración por detrás durante el acto sexual.

Este enigmático y pequeño espacio de la anatomía femenina, se considera el foco de la máxima excitación en la mujer. Es una masa compuesta por nervios, situada a dos o tres pulgadas de la entrada de la vagina, y de forma parecida a un fríjol. Su tamaño es, aproximadamente, el de una moneda mediana, aunque su localización y dimensión, pueden variar entre una mujer y otra. Descubrir el Punto G, sin embargo, no es una tarea fácil, por lo que algunas mujeres llegan a creer que no lo poseen. Aquellas que sí lo han encontrado, dicen disfrutar mucho la posición de “perrito” durante el acto sexual, ya que le permite al pene del hombre, un mejor acceso a la pared del frente de la vagina, donde se encuentre dicho punto. Una presión firme, un ritmo rápido y mucha fricción, facilitarán el logro del orgasmo del Punto G. Es curioso cómo muchas mujeres, sienten una sensación parecida al deseo de orinar, cuando se comienza a estimular el punto, por lo que te recomendamos ir al baño antes de comenzar a hacer el amor. Es posible, además, que eyacules una pequeña cantidad de un líquido blanco o transparente, cuando llegues al clímax. Tal vez, a tu pareja y a ti, les cueste un poco de trabajo encontrar el “mágico Punto G” pero sin embargo, vale la pena, pues podrán adicionar placer, experiencia y nuevas sensaciones a la relación sexual. Así que, ¡inténtalo! ¡No pierdas la oportunidad de experimentar un nuevo tipo de orgasmo!

Sin embargo, en años recientes se ha descubierto que el hombre también cuenta con un ‘sitio estratégico’ de sensibilidad extrema que si se sabe explorar, puede ser estimulado para desencadenar orgasmos de dimensiones no experimentadas.

Muchos hombres no quieren descubrir este punto por considerarlo antihigiénico o por miedo a perder algo de su masculinidad, pero la realidad es que quienes lo han probado no dudan en repetir esta experiencia extremadamente satisfactoria.

Se le ha llamado el punto G masculino, aunque en realidad se trata de la próstata, una glándula que genera el líquido seminal que transporta a los espermatozoides.

Atrévete a estimularlo

Si recibe un adecuado masaje, la próstata incita al hombre al orgasmo. Sin embargo, él no puede estimularse a sí mismo tan fácilmente, ya que su punto G está dentro del recto, por lo tanto será necesaria tu colaboración. ¿Quieres tratar? ¡Lo volverás loco!

* Podrás sentir la forma de nuez que tiene la próstata si introduces con toda suavidad y delicadeza un dedo por el conducto anal y lo guías a través de su pared frontal.

* Aproximadamente a cinco centímetros presionas hacia adelante, es decir, hacia su pene hasta notar el pequeño abultamiento a esa altura.

* La posición que facilitará esta actividad es estando él acostado boca arriba con las rodillas contra el pecho, que para él será más excitante si tú lo pones en esa postura e inicias la exploración.
* Dale un suave y pausado masaje hasta que lo hagas llegar al orgasmo, que será mucho más intenso que uno normal.

Es importante insistir en que es sumamente delicado emplear el tacto en la zona anal, pues es un tejido muy susceptible de lastimarse si lo no lo haces con sutileza o si no empleas un lubricante.
¿Quieres que él goce el doble? Prodúcele un mayor placer estimulando su punto G al mismo tiempo que le practicas sexo oral o cuando él te esté penetrando.

Sugerencias importantes

Atrévete a darle a tu amor el enorme regalo de experimentar un nuevo placer desmedido. Pero es muy importante que antes tengas en cuenta los siguientes consejos:
* Evita molestias o heridas teniendo las uñas bien recortadas.
* Usa guantes de látex o un preservativo para una mayor protección.
* Aplica en el dedo un lubricante a base de agua que encontrarás en cualquier farmacia.
* Antes de introducirlo, toca suavemente la parte externa del ano, haciendo círculos.
* Introduce la punta del dedo un centímetro dentro del conducto anal y gíralo pausadamente haciendo círculos en su interior.
* Pregúntale a cada instante qué sensaciones que le produce cada movimiento.
Muchas parejas persiguen este punto con la idea de que es la única forma de llegar a disfrutar del sexo. Al no encontrarlo se sienten frustrados y no tienen en cuenta que en la búsqueda esta el resultado.Es inevitable relacionar al Punto G con la obtención del Everest sexual, pero es imposible dibujar un mapa preciso y adaptable a todas las mujeres, cada una es un mundo diferente.

La búsqueda del punto G es además de una exploración que tiene el fin de llegar a la cumbre del placer sexual, una excusa perfecta para muchas parejas que en el intervalo aprovechan para recorrer sus cuerpos y conocerse aún más, logrando una conexión imperturbable en su relación.

No todas las mujeres tienen su punto G en el mismo lugar, y la única forma de encontrarlo es buscándolo. Existen algunas técnicas para hacer mas fácil esa búsqueda: una es explorar la vagina con los dedos índice y medio puestos en forma de “J”, comenzando por la pared frontal (la mas cercana al hueso de la pelvis) y moviendo el dedo en círculos. Es importante para el éxito de la búsqueda, que la mujer vaya indicando a su pareja, lo que va sintiendo sin pretender que lo adivine. La zona en cuestión tiene una textura áspera o estriada (que se diferencia de la superficie suave y lisa del resto de la vagina), y al ser estimulada aumenta de volumen.

Muchas mujeres intentan repetidamente encontrar el punto que las lleve al éxtasis sexual, y aun no lo han encontrado. Esto no quiere decir que no lo tengan, por el contrario, seguramente que no han sabido buscarlo correctamente.

Para ello, es casi fundamental la posición en la que la mujer se ubica, el ángulo de los movimientos hace que el punto G esté más al alcance de sus perseguidores. En algunos casos puede encontrarse con mayor facilidad si la mujer esta acostada boca abajo, y en otros es necesario que casi se toque el pecho con las rodillas para lograr el angulo adecuado. Otra alternativa es utilizar el método “del reloj”. La técnica consiste en tomar el frente de la vagina como el cuadrante de un reloj y empezar la exploracion por las 12, que es donde se localiza el punto G en la mayoria de las mujeres. En otros casos se encuentra a las once, la una o las cuatro este punto que, en cuestiones sexuales, es el que mas cerca está del cielo.

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