LA ORACION QUE HACEMOS DIARIAMENTE POR EL PUEBLO DE PUERTO RICO

ORACION que hacemos diariamente pOR el pueblo de Puerto Rico-Por José Cheo Cruz—19-01-
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“El que dice la verdad se siente bien consigo mismo, aunque sea rechazado, mientras el que miente se siente culpable aunque sea aceptado”-- Jeremías 23

Soy un fiel creyente y admirador del sabio Salomón, siempre en mis oraciones pido a nuestro buen Dios sabiduría más que riquezas,--ya que si naciste pa’ martillo del cielo te caen los clavos-- dijo Salomón “la muerte y la vida están en poder de la lengua” por eso el poder de las palabras confirma la amistad de uno al otro, la congoja en el corazón del hombre lo abate; más la buena palabra lo alegra.

Conciente de eso creo que tampoco se puede vivir de apariencia si sabemos que las cosas están mal como quedarnos callado ante tal afrenta a la realidad de la vida misma.

Hay que desechar lo malo. Trato de hacer el bien siempre. Y quiero hacer la Voluntad del Señor siempre que puedo. A pesar de todos los obstáculos que se me presenten y lo que no entienden mi misión y visión de la vida de este mundo.

¿Y qué es lo que vemos? Se ha abierto la Caja de Pandora. Se han escapado los males. O, más bien, se ha descubierto lo que estaba mal y se hacía de la vista gorda, por el “bien” que nos hacía, pues no creo en ese axioma creo en decir la verdad siempre que nos hará libre como dijo Benito Juárez.

¿Dónde está la verdad? ¿Por qué no nos damos cuenta de las cosas que no andan bien? ¿Por qué nos hacemos los ciegos? ¿Por qué no queremos ver, si está tan claro? Porque duele. No nos gusta ver la verdad cuando nos pisa los talones. No puede ser que ¿todos tengamos una cola para que nos pisen, y por eso nos callamos? O, ¿es que tenemos miedo de perder nuestros privilegios, aún en contra de la mayoría del pobre y sufrido pueblo Puertorriqueño? ¿Por qué seremos tan poco solidarios con los demás? ¿Por qué no hacemos nada para remediar el mal que hemos causado con nuestra apatía y conformismo, o falta de compromiso o de responsabilidad como hijos de Dios y hermanos de todos los hombres? ¿Por qué nos callamos?

¡OH Señor, creo que estoy aquí para hacer Tu Voluntad! ¿Qué quieres de mí, aquí y ahora? Lo primero que me viene a la mente es que haga algo para adecentar la justicia por igual para todos.
¿Y cómo se hace esto, si no parece que hay interés en que esto se haga?

Una golondrina no hace el verano. Si no hay un propósito nacional, socio-político, es muy poco lo que se puede hacer, ese es mi mensaje para todos aquellos que no soportan que se les diga la verdad y que prefieren que nos callemos.

Si los jueces son productos de familias funcionales, integrales, con concepto del bien y del mal bien claro, responsables del respeto ajeno y de lo que es justicia, se pudiera comenzar ahora con buen pie. Si solamente son “mercaderes del templo”, es inútil siquiera intentarlo.

Pero, ¿qué pasa con las familias? En estos días he oído comentarios de familiares del “personaje del mes” del Bunker de mi pueblo que dejan mucho que desear. Y es que cuando se nace sin las necesidades básicas cubiertas sólo se mira en el poder económico, para poder salir de donde se ha estado todo el tiempo, y que sea lo más rápido posible.

Por eso se hacen millonarios a como dé lugar, y no se miran otros conceptos. La dignidad de la persona, por ejemplo. La libertad que nos hace semejantes a Dios. Y es que la injusticia es tan grande, y es tan difícil llegar arriba por el propio esfuerzo y a las buenas y con honradez y lealtad, que nos hacemos de la vista gorda frente a todo aquello que nos pudiera impedir llegar a la meta, no importa cómo sea, ni arrastrando a quien. Nos llevamos todo por delante, porque solamente lo que vemos es nuestro propio interés y nuestra “superación”. Las frustraciones nos quitan la visión ante todo aquello que no me permite salir de mi “hábitat”, al que odio con todo mi ser. Y arrastro a la familia. Porque la familia está deseando que yo lo haga. Y por eso calla, por eso miente, lamentablemente eso no me lo enseñaron en mi casa ni en la iglesia donde me criaron, la mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren, hombres que llamen al pecado por su nombre, hombres que sean tan fieles y leales como la brújula al polo, y que se paren de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos, dice Elena G. de White una de mi escritora favorita.

Por eso la corrupción arrastra a todo por delante como lo arrastró el mar en el Asia semanas pasadas. Parece que la naturaleza está de mal humor, por todo el mal que hacemos los humanos. Y Dios siempre perdona, el hombre a veces perdona, pero la naturaleza nunca perdona y nos paga con creces todo lo que le hacemos, a todo nivel, no importa cuál sea. Por eso estamos viendo todo lo que acontece a nuestro alrededor, asesinatos, suicidios, persecuciones selectivas y maliciosas y maquinan y buscan como eliminarnos a como de lugar, Nos hemos apartado de la Voluntad de Dios, y hemos decidido guiarnos por nuestro propio estilo. Somos simplemente la causa y víctima de lo que hacemos, como nos dice el Concilio Vaticano II en su Constitución “Gaudium et Spes, en el No.8 y 9: “Entre tanto, se afianza la convicción de que el género humano puede y debe no sólo perfeccionar su dominio sobre las cosas creadas, sino que le corresponde además establecer un orden político, económico y social que esté más al servicio del hombre y permita a cada uno y a cada grupo afirmar y cultivar su propia dignidad.

De aquí las instantes reivindicaciones económicas de muchísimos, que tienen viva la conciencia de que la carencia de bienes que sufren se debe a la injusticia o a una no equitativa distribución”. Les hago un llamado y vamos pues, en este año ha hacer el propósito de construir un país nuevo, una ciudad nueva, donde el mal se le llame mal y al bien se le diga bien. Vamos a dejar de mentirnos a nosotros mismos, y permitir que el Señor nos abra los ojos y los oídos y nos de la fuerza para denunciar las injusticias y anunciar que el Reino de Dios ha llegado a nuestras familias para que eduquemos en el amor, la justicia y la paz.

Este es un año de muchas dificultades para todos, es preciso entonces unirnos en unidad de propósito para poder solventar la tan critica situación que nos espera a todos, dejemos entonces de usar la malicia deliberada para poder seguir actuando en contra del bien de todos, es una reflexión sana y de corazón para todos en Puerto Rico y en la tierra de gigantes, aún mas porque el bien común se ha perdido y sobreviven solo los de poco entendimiento que solo viven para dular lo malo y lo bueno sin distinguir el trigo de la cizaña.

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