carolina
CAROLINA
Por José Cheo Cruz
Aunque en el municipio de Carolina Puerto Rico de hoy la gente se ‘apandilla’ en grupos de presión o de “intereses especiales”, como dice Obama, no creo que vivamos en una dictadura militar de facto, razón por la que nadie puede arrogarse las facultades del alcalde José Carlos Aponte Dalmau electo por todos. Eso cuanto, honorable es usted, usted, tiene la palabra la diferencia se nota y por mucho en el antes y el después.
En el antes con José E. Aponte de La Torre, como ser humano, padre cariñoso y abnegado con sus hijos. Recuerdo verlo jugando con sus nietos y andar de brazo echado con el hijo de José Carlos como si fuera uno igual que ellos. Era el amigo que todo hombre desea tener.
Leal, sincero, solidario. Como esposo fue el primer político con su mujer siempre al lado Dona Dali Dalmau, para arriba y para abajo. No recuerdo haberlo visto nunca en una actividad sin estar acompañado de doña Dali. Le gustaba la buena vida con el vino suave. Cantaba, bailaba, tocaba guitarra y cuatro, artesano y vivía su pasión por el béisbol, por la buenas costumbres de maestro de artes industriales, por su familia, por la política. Tenía sus defectos.
Muchos lo han olvidado o ya no les conviene mencionarlo en el gobierno del después.
Yo no lo olvido. Le agradezco. Lo tengo siempre presente. Nunca tuve diferencias con él. Siempre me distinguió. Que pena no tenerlo entre nosotros.
Por José Cheo Cruz
Aunque en el municipio de Carolina Puerto Rico de hoy la gente se ‘apandilla’ en grupos de presión o de “intereses especiales”, como dice Obama, no creo que vivamos en una dictadura militar de facto, razón por la que nadie puede arrogarse las facultades del alcalde José Carlos Aponte Dalmau electo por todos. Eso cuanto, honorable es usted, usted, tiene la palabra la diferencia se nota y por mucho en el antes y el después.
En el antes con José E. Aponte de La Torre, como ser humano, padre cariñoso y abnegado con sus hijos. Recuerdo verlo jugando con sus nietos y andar de brazo echado con el hijo de José Carlos como si fuera uno igual que ellos. Era el amigo que todo hombre desea tener.
Leal, sincero, solidario. Como esposo fue el primer político con su mujer siempre al lado Dona Dali Dalmau, para arriba y para abajo. No recuerdo haberlo visto nunca en una actividad sin estar acompañado de doña Dali. Le gustaba la buena vida con el vino suave. Cantaba, bailaba, tocaba guitarra y cuatro, artesano y vivía su pasión por el béisbol, por la buenas costumbres de maestro de artes industriales, por su familia, por la política. Tenía sus defectos.
Muchos lo han olvidado o ya no les conviene mencionarlo en el gobierno del después.
Yo no lo olvido. Le agradezco. Lo tengo siempre presente. Nunca tuve diferencias con él. Siempre me distinguió. Que pena no tenerlo entre nosotros.
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