LOS ABUSOS DE PODER EN CAROLINA


LOS ABUSOS DE PODER EN CAROLINA

El abuso en el Municipio de Carolina Puerto Rico está representado por una institución que simboliza un monstruo de tres cabezas: Víctor Pellot, Mabel López, Enrique Rodríguez Rodríguez. Su constante intransigencia, irrespeto a las leyes Municipales y Estatales y el desprecio total por los valores éticos y morales, chocan directamente con quien alguna vez enarboló como bandera de lucha política, económica y social, enfrentar la corrupción, el latrocinio, prevaricación, nepotismo, malversación de fondos públicos, y el otorgamiento de contratos amañados y sobrevaluados a sus relacionados, me refiero al José E. Aponte de La Torre.

Creo que no existe en este pueblo una familia grande o pequeña, un tarantín, colmadito de esquina, pequeño negocio, mediana empresa o industria, que no se sienta burlado, abusado y sobre todo, “cogido de pendejo”, por este monstruo insaciable llamado OMPU. Independientemente de nuestra simpatía política, deportiva o religiosa, creo expresar el sentir de la mayoría de los Carolinenses indignados por el trato abusivo que cae dentro de lo frustrante, porque una vez más la mentira nos deja incapaces de reaccionar.
Este monstruo de tres cabezas vuelve a ser motivo de escándalo por sus prácticas administrativas y morales de nepotismo con parejas del mismo sexo, sin tener la más mínima consideración hacia las familias y empresas regidas por un presupuesto honesto que es sacrificado por el pago injustificado de impuestos y patentes Municipales.

Les recuerdo hace poco el manejo bochornoso del equipo de béisbol Doble A Gigantes de Carolina que por venganza nos han expulsado del entorno porque no aguantan una critica, el caramelo de cambiar los funcionarios probos y capaces dejado por José E. Aponte de La Torre por las de bajo o poca inteligencia y de pancismo, que de seguro fue un negocio de buenos dividendos, para ahora despacharse con el aumento doble de la tarifa de patentes y el CRIM a la propiedad inmueble y mueble con sobre tasación . Estamos en presencia de unas autoridades que no tienen la más mínima consideración hacia la familia de clase media, que no respira frente a los compromisos que comprometen su presupuesto.

¿Cómo pagarle la voluntad, decisión, entrega y sobre todo, la responsabilidad con que enfrentamos los actos dolosos a un periodista deportivo de sobre 30 años porque les decimos las verdades las cantamos como la vemos porque llevamos los pantalones y la Carolinidad Apontista y Gigante? Hasta donde vamos a parar con estos señores que mantienen una guerra con nuestro Representante Roberto Rivera Ruiz de Porras, que en todo Puerto Rico es reconocido como un excelente funcionario publico y trabajador por los necesitados, un hombre que nunca le falto a La memoria de José E. Aponte de la Torre antes al contrario siempre ahí, ahí y ahí luchando por la vida de los demás.
Hombre que se preocupa por los deportes de verdad, que cuando fui a tocar la puerta de sus oficinas en las del Comité Olímpico por poco me boy de boca porque nos avistaron que llegábamos y ya estaba abierta y no nos percatamos que estaba abierta, a ese lo respaldamos con todo, con alma sentimiento y corazón noble y por mi ya tiene mi voto doble para Representante y para Alcalde de Carolina para que se acabe el relajo y punto, y los desviados sexualmente sean enderezado o sacados del panorama, Roberto Ruiz de Porras el mejor para Carolina.

No merecía que en plena funeraria Puerto Rico Memorial, con el cuerpo presente de José E. Aponte de La Torre, le digieran que: “aquí esta José, como tu lo querías,… muerto y tú alcalde y tu esposa primera dama” ¿que quien dijo eso? me preguntan a cada rato vía Internet, me lo reservo por ahora y díganme en el quinto piso bajo juramento, si eso no es verdad.

En Carolina lo que pasa es que viven y permutan “Los tres que echaron a Pablo en el pozo”, nombre de un relato de don César Nicolás Pensón. Muestra, junto al “Enriquillo” de Galván, de esa “historia novelada” de la que tanto se discute, aunque poco importe, porque: “La realidad de Carolina supera la ficción” o como decía Wilde: “La naturaleza imita el arte”.

La frase solo tiene ya los residuos del hecho lamentable del siglo IX que originó el relato, y del escritor queda únicamente el ilustre referente.

Convertido por la Vulgata en “dicharacho” con olor a “colmado de la esquina”, quiere decir ya otra cosa.

La frase alude a cierta culpabilidad y complicidad de un trío, atenuada por la manía que tenemos de darnos “chances” y “tirarnos la toalla”. Entonces nos damos por conformes, por desentendidos, “haciéndonos de la vista gorda” ¡Carolinense abran bien los ojos!.

Confirmación de sospechas agudas.

Fórmula para recalcar el “no me digas na, que yo te vi”, haciendo de conocimiento nuestra suspicacia, para demostrar que “no tenemos un pelo de pendangos o zánganos”.
Perdonar y perdonarnos, “echándole agua al vino”. Cuanto más grave es la cuestión, entre impunidades, apatías e intolerancias, solo se alcanza la connotación ritual de abrir los ojos, y pronunciar el: “uno dos, tres pisácolá” de la advertencia.
¿Quien ha echado a Pedro en el oscuro pozo de nuestras dificultades y problemas? Foso lóbrego de la incertidumbre, carencias y dificultades que atraviesa Carolina hoy.

¿Quiénes han arrojado al “Compadre Pedro Juan” a las profundidades de una democracia vacía de contenido social? La crisis política se explica sin retóricas, en la verdad de que los partidos mayoritarios del sistema han pasado cada uno varias veces por el poder y no han resuelto los problemas fundamentales de la población y eso basta llamase Partido Popular y Nuevo Progresista son los mismos en ese accionar de compadres y comadres.

La sospecha recae sobre aquellos que han ejercido más de una vez el poder en nuestro país.

La inconformidad popular, señala “los que están”, como culpables inmediatos.

La oposición se “frota las manos” para acudir a una alternabilidad que “no garantiza el cambio”, sino la continuación empeorada de la situación: “quítate tú, pa´ poneme yo”. “¿Quien ha echado a Pedro en el oscuro pozo de nuestras dificultades y problemas? Foso lóbrego de la incertidumbre, carencias y dificultades.

Aguántame eso ahí, que vengo ahorita” Roberto Rivera es la solución a la Carolina que todos queremos y que José E. Aponte de La Torre quería.

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