PARA ANA Y BILL DOS TORMENTOS PARA PUERTO RICO

Por José Cheo Cruz

Dos tormentas amenazan con azotar a Puerto Rico esta semana, la situación no pinta nada de bueno, solo nos restan dos alternativas la primera tomar provisiones y prepararnos como las 10 vírgenes inteligentes que se prepararon para la visita del novio con suficiente aceite y la mas importante confiar en el piloto de la nave.

Nuestra realidad del día a día es que siempre estamos atento a las ultimas noticias y a los acontecimientos tantos locales aquí en Puerto Rico, Latinoamérica y el mundo, para poder escribir y reportar lo que acontece en el país y el mundo y desde ayer sábado, estamos en vilo por el anuncio de no una, sino dos tormentas tropicales, ANA y BILL que nadie los invito pero vienen por ahí y que nos amenazan con azotarnos, Puerto Rico esta acostumbrado al cuento del Lobo que no acaba de llegar, esta actitud es peligrosa porque un día de esto, si llega el lobo y nos cojee desprevenidos y nos acaba.

Así que a prepararnos todos con nuestros recursos para que si pasan las tormentas o una de ella no nos coja desprevenido y salvemos vidas y propiedades, preparémonos como si dichas tormentas son inminentes, es mejor precaver que tener que lamentar, ya existen los llamados buitres de los Huracanes “Los Contratistas inescrupulosos que se hartan de dinero en todos los huracanes afilándose los dientes y planeando como dar el golpe mortal a la economía y al dinero que envía FEMA, ahora si que podemos ver lo bueno que es ser ciudadano Americano.

Puerto Rico ha sido bendecido por mucho, ya llevamos muchas tormentas que serian inminentes y no nos atacan, y todo esto por la mano poderosa de nuestro padre celestial que nos ha protegido, porque no ha considerado pertinente que nos pase, es hora entonces de reflexionar, preparemos para el gran día que nos puede tocar ahora y pensemos en la siguiente historia que es la que nos salva.

Un niño que iba en un vuelo en el cual había mucha turbulencia, todos estaban asustados pero una señora notó que éste dibujaba tranquilamente; al preguntarle si no estaba temeroso el niño le respondió que no, que su papá era el piloto.

Este fue el comentario que nos envió: “Ese niño no conocía el miedo, pues estaba seguro de que quien manejaba el avión era su padre. Entonces, te auguro un feliz vuelo, con un gran Piloto. Aunque primero te recomiendo conocer mejor al hijo del Padre Celestial, Jesús el Cristo, conocerlo será tu boleto y equipaje, el cual provee la seguridad y la confianza necesarias para realizar un vuelo sin turbulencias, que como seres imperfectos nos proporciona la vida; cuando no conocemos la verdad, estamos propensos a sumergirnos en cualquier momento en las turbulencias diarias de nuestras vivencias cotidianas.

Pidámosle a nuestro piloto y confiemos en El que no habrá turbulencia posible ni huracán ni tormenta que nos perturbe suerte a todos.