LO QUE BUSCA THOMAS RIVERA SCHATZ Y SU NUEVA LEY DE MORDAZA AL INTERNET.
Por José Cheo Cruz
La penetración del narcotráfico en los diferentes estamentos de la sociedad Puertorriqueña es una realidad, y lo ha logrado siguiendo el mismo patrón utilizado con anterioridad en otros países Latinoamericanos como Colombia, Mexico, etc. Comienzan por ganarse el apoyo de la base social, donde encuentran cobijo y protección a cambio de ejercer un rol paternalista ante las necesidades de los que menos tienen, ese es el caso de los llamados bichotes y narcotraficantes como José Coquito López, Ángelo Millones y muchos otros.
Siguen por las instituciones de Lawn and Forces del Estado, donde comprar influencias como en, Carolina, Loiza, Bayamón y otros lugares de Puerto Rico, así como a figuras del estado, altos funcionarios e intermedios, también se ha comprobado a Legisladores, Alcaldes, y corrompen a las autoridades llamadas a perseguirles. Y después, cuando ya tienen sus reales bien posados, entonces intentan el asalto a la política, a los partidos, y con ello a los centros de poder y de toma de decisiones.
Ya en Puerto Rico han llegado muy lejos y es tiempo de colocar ciertos frenos. La única forma eficiente de controlar la penetración del crimen organizado en la política es mediante la aplicación de controles estrictos a la financiación de las candidaturas, el mucho flujo de dinero casch de los Narcostraficantes es constante. Fortalecer las instituciones electorales y los controles a los partidos, es el único valladar que ha probado ser eficiente para controlar el ingreso del dinero de la droga a los poderes del Estado.
El momento y la coyuntura son importantes. Se han elevado voces serias y responsables, y la vista del país esta puesta en la limpieza de las listas electorales de los partidos. De ahí que sería una pena que el tema se banalizara y se utilizara como herramienta electoral proselitista, cuando no, como perversa maniobra para desmeritar al adversario.
Ahora los legisladores del PNP se han inventado una ley para controlar el libre albedrío de los seres humanos, controlando lo que se escriba en el Internet, cosa que no le corresponde al gobierno de Puerto Rico o se olvidan que somos una colonia la mas longeva por cierto en el universo de que estamos hablando, lo que se persigue es asegurarse que nadie se entere de sus fechorías con esa ley de marras, propuesta por Thomas Rivera Schatz, Norma Burgos y una Pléyada de buscones y corruptos que mantienen el PNP “arrestado” con sus acciones descabelladas y de encargo, hay que oponerse con todo pulmón a esta ley al igual que a los despidos injustificados de los empleados públicos y su maldita Ley 7.
No nos llamemos a engaño lo que persiguen estos señores es esconder sus fechorías con el Narco-estado, recuérdese que fue por nuestro medio en el Internet donde primero se hablo de Coquito y los Legisladores que hicieron su campaña con dinero tinto en sangre del narcotráfico, pero ellos no son los únicos, existen muchísimos más de esos que usan al estado para enriquecerse con dinero lavado y del narcotráfico.
Seriamos como en Cuba y la persecución a los blogueros como el caso de Vladimiro Roca atrincherado con unos compañeros en su casa les embargaron hasta una cámara que enviaba fotos y videos l mundo sobre la situación Cubana, que Fidel ni que comunismo si aquí en nombre de la democracia se cometen crímenes iguales o peores.
¿Qué podemos hacer los columnistas más de lo que hacemos ante una situación insólita, vergonzosamente violatoria de leyes y derechos inherentes a Los Estados Unidos y a Puerto Rico en particular, en todo el territorio de la isla del encanto? No podemos permitir que nos amedrenten con llamadas amenazadoras; con leyes represivas y violatorias de los mas elementales derechos a la libre expresión democráticas, en lo que respecta a mí, me pueden seguir llamando, yo no tengo miedo de que me maten, ya lo he dicho y lo sigo diciendo: estamos en nuestro derecho de expresarnos por el bienestar nacional, porque a pesar de los males existentes, este es un país altamente democrático y nada me detendrá, escuchaste Thomas Rivera Schatz y otras yerbas, así como los de Carolina.
Al periodista, articulista, comentarista de televisión y radio tienen que respetarnos. Considero que tenemos que doblar esfuerzos con nuestros criterios liberados de ataduras espurias, que nunca nos limitan moral y principios patrios. Somos personas decentes, ciudadanos probos que si reseñamos desmanes improcedentes es por estar comprometidos sobre todas las cosas con nuestra identidad, con los principios, con la educación y con la vida de este país.
Los comunicadores en general, no tememos que cogerle miedo a la cárcel por decir la verdad y defender el pueblo, somos los voceros fidedignos contra la delincuencia y la corrupción, que se han extendido queriendo afectar lo poco que queda de decencia en esta tierra de Dios, desolada de amor por la patria y por nuestros semejantes ¡Hay PNPs de mis amores, cuanto han cambiado a lo que defendí por mis pasados 30 años, mete mano Rivera Schatz que aquí estaremos como escudo humano para defender nuestros derechos inalienables.
La penetración del narcotráfico en los diferentes estamentos de la sociedad Puertorriqueña es una realidad, y lo ha logrado siguiendo el mismo patrón utilizado con anterioridad en otros países Latinoamericanos como Colombia, Mexico, etc. Comienzan por ganarse el apoyo de la base social, donde encuentran cobijo y protección a cambio de ejercer un rol paternalista ante las necesidades de los que menos tienen, ese es el caso de los llamados bichotes y narcotraficantes como José Coquito López, Ángelo Millones y muchos otros.
Siguen por las instituciones de Lawn and Forces del Estado, donde comprar influencias como en, Carolina, Loiza, Bayamón y otros lugares de Puerto Rico, así como a figuras del estado, altos funcionarios e intermedios, también se ha comprobado a Legisladores, Alcaldes, y corrompen a las autoridades llamadas a perseguirles. Y después, cuando ya tienen sus reales bien posados, entonces intentan el asalto a la política, a los partidos, y con ello a los centros de poder y de toma de decisiones.
Ya en Puerto Rico han llegado muy lejos y es tiempo de colocar ciertos frenos. La única forma eficiente de controlar la penetración del crimen organizado en la política es mediante la aplicación de controles estrictos a la financiación de las candidaturas, el mucho flujo de dinero casch de los Narcostraficantes es constante. Fortalecer las instituciones electorales y los controles a los partidos, es el único valladar que ha probado ser eficiente para controlar el ingreso del dinero de la droga a los poderes del Estado.
El momento y la coyuntura son importantes. Se han elevado voces serias y responsables, y la vista del país esta puesta en la limpieza de las listas electorales de los partidos. De ahí que sería una pena que el tema se banalizara y se utilizara como herramienta electoral proselitista, cuando no, como perversa maniobra para desmeritar al adversario.
Ahora los legisladores del PNP se han inventado una ley para controlar el libre albedrío de los seres humanos, controlando lo que se escriba en el Internet, cosa que no le corresponde al gobierno de Puerto Rico o se olvidan que somos una colonia la mas longeva por cierto en el universo de que estamos hablando, lo que se persigue es asegurarse que nadie se entere de sus fechorías con esa ley de marras, propuesta por Thomas Rivera Schatz, Norma Burgos y una Pléyada de buscones y corruptos que mantienen el PNP “arrestado” con sus acciones descabelladas y de encargo, hay que oponerse con todo pulmón a esta ley al igual que a los despidos injustificados de los empleados públicos y su maldita Ley 7.
No nos llamemos a engaño lo que persiguen estos señores es esconder sus fechorías con el Narco-estado, recuérdese que fue por nuestro medio en el Internet donde primero se hablo de Coquito y los Legisladores que hicieron su campaña con dinero tinto en sangre del narcotráfico, pero ellos no son los únicos, existen muchísimos más de esos que usan al estado para enriquecerse con dinero lavado y del narcotráfico.
Seriamos como en Cuba y la persecución a los blogueros como el caso de Vladimiro Roca atrincherado con unos compañeros en su casa les embargaron hasta una cámara que enviaba fotos y videos l mundo sobre la situación Cubana, que Fidel ni que comunismo si aquí en nombre de la democracia se cometen crímenes iguales o peores.
¿Qué podemos hacer los columnistas más de lo que hacemos ante una situación insólita, vergonzosamente violatoria de leyes y derechos inherentes a Los Estados Unidos y a Puerto Rico en particular, en todo el territorio de la isla del encanto? No podemos permitir que nos amedrenten con llamadas amenazadoras; con leyes represivas y violatorias de los mas elementales derechos a la libre expresión democráticas, en lo que respecta a mí, me pueden seguir llamando, yo no tengo miedo de que me maten, ya lo he dicho y lo sigo diciendo: estamos en nuestro derecho de expresarnos por el bienestar nacional, porque a pesar de los males existentes, este es un país altamente democrático y nada me detendrá, escuchaste Thomas Rivera Schatz y otras yerbas, así como los de Carolina.
Al periodista, articulista, comentarista de televisión y radio tienen que respetarnos. Considero que tenemos que doblar esfuerzos con nuestros criterios liberados de ataduras espurias, que nunca nos limitan moral y principios patrios. Somos personas decentes, ciudadanos probos que si reseñamos desmanes improcedentes es por estar comprometidos sobre todas las cosas con nuestra identidad, con los principios, con la educación y con la vida de este país.
Los comunicadores en general, no tememos que cogerle miedo a la cárcel por decir la verdad y defender el pueblo, somos los voceros fidedignos contra la delincuencia y la corrupción, que se han extendido queriendo afectar lo poco que queda de decencia en esta tierra de Dios, desolada de amor por la patria y por nuestros semejantes ¡Hay PNPs de mis amores, cuanto han cambiado a lo que defendí por mis pasados 30 años, mete mano Rivera Schatz que aquí estaremos como escudo humano para defender nuestros derechos inalienables.
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