ASI NO SE TRANSITA EN PUERTO RICO

Por José Cheo Cruz

Este pasado viernes estoy transitando por la avenida Domenech de Hato Rey y de repente sentí que mi vetusto vehiculo se movía y se formaba un rompe grupo entre los vehículos del tapón de las 5 de la tarde, estaba en esa buscando unos cables para transmitir televisión por Internet y pensé a mis adentros y me pegunté ¿que habrá pasado? ¿Porque todos teníamos que movernos hacia el lado?, y cuando como buen hijo de vecino mire para indagar que estaba pasando, para mi sorpresa era un vehiculo 4X 4 oficial y dentro una senadora que no alcancé a distinguir su rostro ya que los cristales estaba súper ahumados, violando la ley de transito y me indigne además que pensé, lo siguiente.

A que se debe este comportamiento, de espaviento y de falta de respeto de algunos funcionarios electos y de gobierno que andan siempre de prisa y utilizando ilegalmente dicho privilegio, porque ese comportamiento de los funcionarios públicos de Puerto Rico y porque no actúan y se compadezca con los niveles de desarrollo humano y social, de por ejemplo, los países nórdicos, donde primeros ministros llegan a sus oficinas utilizando transporte público, y hasta bicicletas, constituiría una quimera si lo logramos, pero no aquí hasta llevan a los hijos a los colegios en este tipo de operativo y a los ciudadanos se nos irrespeta, se nos vitupera en las carretera por empleaditos nuestros, porque los funcionarios públicos son nuestros empleados y ni se nos toma en cuenta a la hora de actual.

No aspiramos a ser como los países nórdicos no a tanto. Pero es posible que nos conformáramos, si la enorme cantidad de funcionarios altos, medios, civiles y militares con que cuenta este enorme, costoso y pesado Estado Puertorriqueño, al menos respete el tiempo de los demás mortales que habitamos esta vendita isla. Y es que aquí cualquier funcionario, desde ministros hasta elementos de quinta categoría en la administración pública, se mueve por estas calles de Dios con una cosa que llaman “círculo de seguridad”, que donde quiera que encuentran una luz de transito o semáforo, irrumpe un motorizado policía ya sea estatal o municipal del referido círculo, detiene los vehículos que circulan con la luz en verde, y da paso en la dirección que se mueve el hijuela y tutumpote de turno. Eso, cuando no es un policía en su patrulla o su ambulancia que no lleva a nadie de prisa, que en lugar de organizar y perseguir infractores, se dedica a entorpecer el tránsito para dar satisfacción a estos funcionarios irrespetuosos.

Esta gente los buscones de Puerto Rico, con sus prisas por llegar a un lugar, no tienen miramientos con el tiempo de los demás. Y que no vengan con que los responsables son los lambiscones que les acompañan o le guían sus vehículos, porque ellos, dentro de sus confortables vehículos de lujo, saben muy bien lo que sucede a su alrededor. En un país pacífico, sin guerras ni amenazas terroristas, donde se vive en un absoluto clima de libertad y garantías individuales y democráticas, no se justifica que un funcionario del Estado, a excepción del quizás del gobernador y cuidado si en Los Estados Unidos los gobernadores guían sus propios carros al igual que los alcaldes y no se mueven con semejante aparataje. Y más aún si al hacerlo afectan y perturban la vida del resto de los ciudadanos.

Ojala algún día los investigadores y los encuestadores de la partidocracia Puertorriqueña decidan indagar lo que sentimos los conductores y pasajeros cuando se nos violenta un derecho adquirido como es el hecho de que estoy primero en el tapón y tengo el mismo derecho que los demás, porque es indignante los privilegios de circulación vehicular de que disfrutan estos funcionarios que en vez de servidores son servidos y con cucharas grandes. Porque si usted dijera que están en operativos policíacos contra el narcotráfico porque ni eso si ellos conocen y muchos son hasta aliados del narcotráficos para recolectar grandes sumas de dinero, o que andan en actividades de Estado que requieren de su presencia inmediata… pero no, se trata simplemente de llegar más rápido a la oficina, a la casa o al restaurante de moda. ¡Y así no! Ese comportamiento denota una soberbia y una prepotencia que irrita al ciudadano, y que va en desmedro de la imagen del Gobierno y del partido oficial, hay PNP de mis amores hasta cuanto vamos a llegar con sus acciones desmedidas ya su ideología no es para los pobres, si a los pobres atropellan, a donde van a parar.

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