Lo que necesita el PNP para ganar la alcaldía de Carolina:

Por: David Reyes

La figura del alcalde de Carolina, Aponte Dalmau, me recuerda la imagen del sueño que tuvo Nabucodonosor y que Daniel le interpretó (véase en la Biblia el capítulo 2 del libro de Daniel). Pero más que recordarme a la “imagen” en general, me recuerda un detalle que tenía. Tenía los pies formados por barro y por hierro. La cita bíblica siguiente trata sobre el imperio poderoso de la época, Babilonia, pero el concepto de la mezcla del barro y el hierro en la composición de los pies de la “imagen” encaja perfectamente con la realidad política del alcalde Aponte Dalmau.

“(32) La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; (33) sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. (34) Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó... (42) Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. (43) Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.”

El alcalde de Carolina y su grupo de trabajo (más que él, su grupo de trabajo) están partiendo de una premisa un tanto incorrecta. Esa premisa es la INVENCIBILIDAD. En primer lugar, esa premisa es ilusoria porque en política no hay resultados determinados, todo es cambiante. En segundo lugar, porque el alcalde popular no gana con votos de su partido, pues estos no son suficientes para producir el triunfo y menos por los márgenes arrolladores que se han venido obteniendo. Hay un grupo inmenso de electores abiertamente identificados como simpatizantes del PNP que le han venido dando el voto a los Aponte y que son la clave de sus triunfos. Los resultados electorales indican que Carolina, en esencia, es un municipio de mayoría PNP o, en el peor de los escenarios, un municipio de fuerzas parejas entre rojos y azules. Así que las victorias de los Aponte son producto de una alianza, sin que estén unidos los rojos y los azules, porque el hierro no se mezcla con el barro. Un buen golpe sobre los pies y el barro se quiebra, quedando barro e hierro separados... y el gigante desplomado...

Triste es para aquellos miembros y simpatizantes del PNP que le dieron el voto a Aponte ver como los servicios y las oportunidades se canalizan casi exclusivamente para los simpatizantes del bando rojo. Hay que ver como se utilizan grandes brigadas de trabajadores para promover símbolos partidistas y ver a esos empleados por las calles con camisas rojas como uniforme.

Veamos los datos concretos sobre la realidad político-electoral en Carolina. El primer dato interesante es que en el municipio de Carolina hay mayoría de electores del PNP. Analicemos los resultados de los candidatos a gobernador:

• En 1992 el PNP obtiene una ventaja sobre el PPD por 5,042 votos.
• En 1996 el PNP obtiene un crecimiento en Carolina, ampliando la ventaja a 7,480 votos.
• En 2000 el PNP tuvo un retroceso, siendo superado por el PPD por 3,766 votos.
• En 2004 el PNP se mantenía atrás, pero logra ganar terreno, quedando superado por el PPD por 1,696 votos.
• En 2008 el PNP vuelve a obtener la mayoría del apoyo en Carolina, superando al PPD por 5,929 votos.

Como se ha demostrado, quienes apoyan al PNP son mayoría en Carolina. Tampoco podemos olvidar que la tendencia histórica general es que el PPD lleva a un punto a muchos de sus miembros que permite que éstos se integren al PNP, de ahí que el PNP en toda la isla vaya en aumento y el PPD decreciendo. Ese factor le da mayor solidez al PNP frente al PPD, sin considerar hechos disparatados del momento que debilitan grandemente a cualquier partido que esté gobernando. Veamos ahora lo que ha venido ocurriendo a nivel de la competencia por la alcaldía de Carolina.

• En 1992 el PNP pierde por 11,017 votos.
• En 1996 el PNP pierde por 10,147 votos
• En 2000 el PNP pierde por 16,047 votos
• En 2004 el PNP pierde por 12,992 votos
• En 2008 el PNP pierde por 19,403 votos.

Queda demostrado que mientras el PNP como institución gana terreno en Carolina, los candidatos de ese partido para la alcaldía van en dirección contraria, en cuanto apoyo se refiere. Las razones para que esa sea la realidad son diversas, pero las principales son:

1. El PNP en Carolina no fiscaliza la gestión gubernamental del alcalde popular.
2. Los legisladores municipales que representan al PNP en el municipio de Carolina son fantasmas que no tienen presencia, ni sustancia, ni fiscalizan. En ocasiones se presentan candidatos a la legislatura municipal a personas de conducta cuestionable y que provocan el rechazo de grandes sectores de la población.
3. El líder de turno del PNP en Carolina se activa pocos meses antes de las elecciones, lo cual no inspira confianza y resulta evidente que no “juegan” para ganar.
4. Las campañas que lleva a cabo el comité municipal del PNP en Carolina carecen de estrategia, de lógica, de objetivos, de organización, etc. En la mayoría de las veces la campaña es un conjunto de actos no planificados y que no giran alrededor de una estrategia coherente. Incluso, llegan a desarrollar acciones que son propias de quien tiene la ventaja de ocupar el poder y de tener un margen de ventaja casi garantizado, situación que no es la real del PNP en Carolina para la alcaldía. Si consideramos la campaña pasada del candidato PNP a alcalde se puede concluir que su comité era muy semejante en actuación a un grupo de muchachos de clase graduanda.
5. En ocasiones se presentan candidatos que no son los más idóneos. Incluso, algunos generan el rechazo masivo dentro de sus propias filas y no gozan de credibilidad.

La Gráfica 1 muestra la trayectoria del comportamiento electoral de los electores en Carolina en cuanto al voto por el candidato a gobernador de los diferentes partidos. Queda evidenciada la supremacía del PNP. Se muestra la recuperación y avance del PNP desde la elección del 2000 hasta la elección del 2008.


GRÁFICA 1

En la Gráfica 2, que demuestra la situación histórica de los resultados para los candidatos a alcalde, se ve claramente como los candidatos del PNP a la alcaldía van en picada, mientras que los candidatos del PPD van incrementando su ventaja en inversa proporción.

En la Gráfica 3 se aprecia la magnitud de la diferencia entre los votos obtenidos por el candidato PNP a la gobernación y los votos obtenidos por el candidato de ese mismo partido para la alcaldía. Esa diferencia refleja a los miembros y simpatizantes del PNP que no confían en su candidato a alcalde y le dan el voto al candidato a alcalde del PPD.

GRÁFICA 2


GRÁFICA 3
La cualidad de pies de barro del gigante radica en que éste no está ganando por fuerza propia, sino con los votos que los miembros del PNP le prestan. En 1992 el PNP le prestó a Aponte 4,511 votos; en 1996 le prestó 8,127 votos; en 2000 le prestó 5,065 votos; en 2004 le prestó 5,638 votos y en 2008 le prestó 10,760 votos. Las cifras de votos que el PNP le presta al candidato popular representan al máximo de votos prestados posibles, según datos obtenidos de la Comisión Estatal de Elecciones. Es evidente que en las elecciones del 2008 el rechazo de los electores simpatizantes del PNP en Carolina al candidato a alcalde de su partido fue contundente. Esa cantidad de votos prestados tiene un efecto doble, pues se le restan al candidato del PNP y se le suman al candidato rojo. Así que si el PNP logra recuperar gran parte de esos votos, logra un efecto que duplica la cantidad en términos de acortar la ventaja.

Si el nuevo liderato del PNP en Carolina (de haber nuevo liderato) logra ganarse la confianza de la gran mayoría de esos 10,760 simpatizantes del PNP que no votaron en las elecciones de 2008 por su candidato a alcalde, tales votos se sumarían a su candidato a la alcaldía y se le restan al alcalde popular (como procede matemáticamente). De trabajarse en ganar la confianza de los electores del PNP y lograrlo, los resultados electorales reflejarían una lucha muy cerrada con opciones reales de triunfo para el candidato PNP a la alcaldía. De esa forma la ventaja de casi 20,000 votos desaparece, creando un empate o una victoria PNP para la alcaldía. Ahora bien, ganar esa confianza puede tomar varias elecciones, debido a la pobre gestión que el comité municipal ha tenido. Lo importante para el comité municipal del PNP en Carolina debe ser colocar al partido en una posición competitiva.

Pero en política se requiere de estrategia. Ese asunto tiene que ser trabajado. En resumen y conclusión, para que el PNP pueda conquistar la alcaldía de Carolina se requiere de varios factores, entre los que se destacan los siguientes:

1. Las virtudes del candidato que escojan tienen que ser positivas. Debe ser una persona respetada en la comunidad y con carácter, “sin mancha ni arruga” (como dice la Biblia).
2. Se tiene que reorganizar el partido en las comunidades, no para lograr votos, sino para ser su voz, para conocer sus necesidades y crear los vínculos necesarios.
3. Se tiene que hacer un plan estratégico para recuperar la confianza de los simpatizantes del PNP, de tal forma que se detenga la fuga de votos hacia el candidato del PPD. Para diseñar e implantar dicho plan se requiere de personas conocedoras del campo de las ciencias políticas. La desventaja es tan abrumadora que no hay espacio para la improvisación. No puede ganarse la confianza de su propia gente aquellos que son los autores del desastre electoral, incluyendo todos los niveles de liderato. Si permanece el mismo liderato se obtendrán similares o peores resultados.
4. La selección de los candidatos a legisladores municipales tiene que ser rigurosa y romper con el pasado, procurando lograr candidatos virtuosos, con capacidad de legislar y fiscalizar.
5. El comité tiene que activarse, no con muchas reuniones estériles, sino en el accionar político, el cual incluye la fiscalización, la creación de propuestas y la identificación con el pueblo.
6. El liderato actual del comité municipal del PNP en Carolina debe renunciar en bloque y dejar espacio a una Junta administrativa, donde ellos no figuren como piezas claves, ya que han sido los autores de la mayor derrota que ha sufrido el PNP en Carolina. Hay que tener presente que el PNP en Carolina, tanto el candidato a alcalde y su bloque de legisladores municipales, produjo un rechazo masivo entre los simpatizantes del PNP, a tal grado que la cantidad de simpatizantes del PNP que no votan por su candidato y sí por el candidato del partido contrario se duplicó, a pesar que el PNP arrasó en todo el país y, a nivel estatal, amplió su margen de victoria en Carolina. Ese liderato actual del comité municipal ha desperdiciado una cuarta parte del tiempo disponible para diseñar la estrategia que le puede convertir en un partido competitivo en Carolina, ya que ha transcurrido un año desde la derrota y andan fantasmeando sin fiscalizar y sin presencia política. Un auténtico líder no espera por los formalismos de las “reorganizaciones políticas” que son consecuencia del paso de las elecciones, sino que utiliza la organización existente para cumplir con su razón de ser, independientemente de lo que ocurra luego en la reorganización formal del partido.
7. Si el PNP en Carolina vuelve con el mismo tipo de candidato, con la mala práctica de salir a hacer campaña tres meses antes de las elecciones, sin estrategia política coherente y ajustada a las realidades políticas y sociales, etc., la derrota que sufrirán será por un margen mayor a los veinte mil votos.

El éxito en cualquier gestión por colocar al PNP en Carolina como opción real de triunfo está en manos de los cientos de funcionarios de colegios que han probado reiteradamente el sabor de la derrota, derrota provocada por todos los factores que he mencionado previamente. Esos funcionarios y el liderato comunitario identificado con el partido son los que tienen la palabra y no aquellos que se adueñaron del partido para dejarlo abandonado y ser los responsables directos de la mayor derrota que han experimentado.

La candela está prendida... pero falta mecha...

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