PARA SER OPTIMISTAS

Hay que saber con seguridad la circunstancia que se quiere cambiar ó mejorar, así como también los motivos por los cuales se desea hacerlo. Si no tenemos un objetivo fijo como meta, se nos podría complicar el realizar lo que nos proponemos, sobre todo en los momentos de duda.

Recordar tan sólo un instante en el que pudimos apreciar la vida y en el que sentíamos nuestros sueños en su totalidad alcanzables. Con firmeza, preguntarse: ¿Si al menos una vez el destino ya me sonrió, por qué no puede suceder ahora? Es sabido que los problemas son una parte diaria de la vida y a veces son inevitables, pero siempre podemos elegir cómo reaccionar ante ellos. Enfrenta las adversidades con alegría.

No huyas. No hay que olvidar que somos responsables de lo que somos y lo que sentimos.

Vivir cada momento a la vez, pensando que es único e inigualable.
Si no se sabe lo que pasará después, uno se atreve a jugarse el todo por el todo en cada paso y tiene la voluntad para seguir adelante. No sacrifiques tu presente por tu futuro.

Tener fe ciega no en nuestra capacidad para el triunfo sino en la pasión con la que lo añoramos.

Si creemos en nosotros mismos, no habrá nada que esté fuera de nuestras posibilidades.

Ten presente que hoy es un buen día para empezar un nuevo capítulo en tu historia.

No esperes más tiempo, levántate y anda.

A veces no todo sale como nosotros quisiéramos.

Sepamos que cada circunstancia adversa en nuestro camino tiene su sentido, aunque no lo podamos ver en el momento.

No dejemos que la desdicha se convierta en un hábito, especialmente si nos preocupamos por sucesos que no podemos solucionar aunque lo deseemos de corazón. Entonces, tengamos la serenidad para enfrentar los malos ratos que se nos presenten, ya que todo en la vida tiene su explicación correspondiente. Persevera y triunfarás.

Sonríe. Deja que tu risa sea tu arma contra las heridas ya que es la mayor fuente de poder que podemos tener.

Creo que hay que perder el miedo a los prejuicios que caen sobre la gente que se ríe frecuentemente y los acusa de falta de seriedad. Si es así, prefiero ser tomado por payaso ya que cuando no puedo sonreír no me siento del todo pleno. Elije reír a llorar.

Por último, entiende que eres la suma total de tus opciones, y con la motivación apropiada y el esfuerzo necesario, puedes ser lo que te propongas. De ti depende la elección. Atrévete.

No dejes que nada ni nadie se entrometa en tú camino, y jamás pierdas las ganas ni la esperanza, ya que, como dijo Ernesto Sábato una vez, el mundo nada puede contra un ser humano que canta en la miseria.

Eso nos da la medida de lo que realmente Dios desea de sus hijos. Él no necesita de nada, pues Él lo hizo todo, Él sólo anhela un corazón limpio que busque la verdad, y no anhele nada material, de ahí, lo de pobre, pues no le interesa la suntuosidad, ni el lujo, ni las apariencias.
Si al revisar nuestras acciones con franqueza vemos que hay muchas interrogantes, no nos desanimemos: Podemos empezar de nuevo.

Cambiemos los patrones viejos. No pensemos en qué obtendremos para dar amor. Perdonemos a aquellos que nos han ofendido. Demos amor sin medida ni reservas. Amémonos unos a otros, con un amor íntegro, puro y decidido, sin condiciones, ni caprichos, ni exigencias vanas.

Que en este nuevo año iniciemos una acción incesante de dar lo mejor de nuestras vidas. Haz una lista de las cosas que deseas hacer este año y que se quedaron en el baúl marcado para cuando tengas tiempo, sácalo de allí, y empieza de nuevo.

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