OBLIGUEMOS A TODOS LOS CANDIDATOS A DEBATIR NOS VA LA VIDA EN LA SELECCIÓN DE ELLOS.
Por José Cheo Cruz
“Es bueno ser presidente de lo que sea, hasta de la República”, aquí en Puerto Rico se habla de gobernadores, esta frase se le atribuye a un excelente prelado ejemplo de lo que deben ser las iglesias, servir de mediadores en las pugnas del pueblo, me refiero a monseñor Agripino Núñez Collado, Dominicano de Santiago. Sin dudas, en Puerto Rico somos un pueblo que nos gusta mandar lo que sea, así sea de una letrina antigua, pero mandar y punto, y a nadie le disgusta mandar, o mejor dicho a nadie les amarga un dulce, algunos como el de Carolina se deja mandar en todos los ordenes, pero así es la vida, porque si naciste para martillo del cielo te caen los clavos.
Eso sí, algunos exageran, como José Carlos Aponte Dalmau en Carolina, personaje impuesto en la política de Carolina, quien tiene una alcaldía en su pueblo que lo trata como un club y en la alcaldía lleva su nombre y su foto junto a la de su padre por todos lados y del cual es, además, su presidente Alcalde, presidente de Los Gigantes de Carolina Profesional, Doble A en béisbol y si no es presidente entonces le dice a Arrevica que es una institución privada y que no reparara sus parques, es además secretario-tesorero-vocero, una mezcla que retrata lo que es capaz la vanidad humana, y aclaro que lo han llevado los alza cola a esa posición reprochable.
Es una condición humana para los que les gusta la dictadura y en las campañas electorales eso se nota a borbotones. Si está el presidente del partido o el alcalde la gente va con más fe y entusiasmo, porque el poder atrae, y quien lo encarna es visto casi como un ser celestial. Los demás somos monte y culebra como decía de los demás pueblos que Carolina era Carolina y lo demás Monte y Culebra. Por ello, en tiempo de elecciones, le damos más importancia a los debates entre los que aspiran a la gobernación del Puerto Rico de hoy, que los que buscan ser elegidos senadores, Representantes, alcaldes o legisladores Municipales y eso es un grave error que nos ha costado muchas desgracias, por eso la condición que vivimos hoy.
Y es bueno recordar que en el espíritu de la democracia que tenemos, el Poder Legislativo es el principal del Estado, y tenemos que darle mas importancia y buscar los enganchaos de ultima hora que se meten dentro de las faldetas de los gobernadores y alcaldes y se nos cuelan, y debiera dársele mas importancia extrema en las alcaldías con los Legisladores Municipales y purgarlos para que no sean sellos de gomas, hasta el punto de que en naciones con régimen parlamentario le corresponde nombrar al responsable del gobierno y también lo sustituyen y debiéramos legislar para el “Recall electoral” cuando los jefes no lo hacen bien.
Y en la sociedad moderna, son las alcaldías las que tienen un contacto primario con la población, y son las que deben velar por satisfacer las necesidades cotidianas de los ciudadanos, el día a día, como recoger la basura, ordenar el tránsito, la planificación urbana, el drenaje pluvial, el presupuesto participativo, etc.
En el caso de los ayuntamientos, en los países desarrollados tienen tanto o más poder que el gobierno central, donde incluso son responsables de la salud y la educación de su demarcación, por ejemplo. Sin congresistas y alcaldes que cumplan su trabajo, ninguna nación se desarrolla, independientemente de que tenga o no un buen gobernante.
Tengo la impresión de que hay aspirantes a las Legislaturas que ni idea tienen de lo que es un proyecto de ley y también abundan los que pretenden llegar a las Alcaldías sin entender lo que es una resolución, un presupuesto ni como tratar a unos empleados.
Así pues, vamos a darle categoría a los debates en estas próximas primarias y elecciones de Puerto Rico, elecciones que no se puede votar por insignia solamente por fanatismo como si fuera un equipo de béisbol que representa al pueblo donde vivimos. Que en cada sector o barrio y municipio haya un comité que los organice en los medios de comunicación y que debatan de frente al pueblo. Eso nos ayudará a elegir mejor y a valorar más a quienes no están en el olimpo, pero que determinan mejor cómo nos va en la tierra, que existan debate por doquier que traen, en que se comprometen aunque después lo rompen pero tenemos la evidencia de que se comprometieron y punto y los evaluamos mejor, atrevámonos ya.
“Es bueno ser presidente de lo que sea, hasta de la República”, aquí en Puerto Rico se habla de gobernadores, esta frase se le atribuye a un excelente prelado ejemplo de lo que deben ser las iglesias, servir de mediadores en las pugnas del pueblo, me refiero a monseñor Agripino Núñez Collado, Dominicano de Santiago. Sin dudas, en Puerto Rico somos un pueblo que nos gusta mandar lo que sea, así sea de una letrina antigua, pero mandar y punto, y a nadie le disgusta mandar, o mejor dicho a nadie les amarga un dulce, algunos como el de Carolina se deja mandar en todos los ordenes, pero así es la vida, porque si naciste para martillo del cielo te caen los clavos.
Eso sí, algunos exageran, como José Carlos Aponte Dalmau en Carolina, personaje impuesto en la política de Carolina, quien tiene una alcaldía en su pueblo que lo trata como un club y en la alcaldía lleva su nombre y su foto junto a la de su padre por todos lados y del cual es, además, su presidente Alcalde, presidente de Los Gigantes de Carolina Profesional, Doble A en béisbol y si no es presidente entonces le dice a Arrevica que es una institución privada y que no reparara sus parques, es además secretario-tesorero-vocero, una mezcla que retrata lo que es capaz la vanidad humana, y aclaro que lo han llevado los alza cola a esa posición reprochable.
Es una condición humana para los que les gusta la dictadura y en las campañas electorales eso se nota a borbotones. Si está el presidente del partido o el alcalde la gente va con más fe y entusiasmo, porque el poder atrae, y quien lo encarna es visto casi como un ser celestial. Los demás somos monte y culebra como decía de los demás pueblos que Carolina era Carolina y lo demás Monte y Culebra. Por ello, en tiempo de elecciones, le damos más importancia a los debates entre los que aspiran a la gobernación del Puerto Rico de hoy, que los que buscan ser elegidos senadores, Representantes, alcaldes o legisladores Municipales y eso es un grave error que nos ha costado muchas desgracias, por eso la condición que vivimos hoy.
Y es bueno recordar que en el espíritu de la democracia que tenemos, el Poder Legislativo es el principal del Estado, y tenemos que darle mas importancia y buscar los enganchaos de ultima hora que se meten dentro de las faldetas de los gobernadores y alcaldes y se nos cuelan, y debiera dársele mas importancia extrema en las alcaldías con los Legisladores Municipales y purgarlos para que no sean sellos de gomas, hasta el punto de que en naciones con régimen parlamentario le corresponde nombrar al responsable del gobierno y también lo sustituyen y debiéramos legislar para el “Recall electoral” cuando los jefes no lo hacen bien.
Y en la sociedad moderna, son las alcaldías las que tienen un contacto primario con la población, y son las que deben velar por satisfacer las necesidades cotidianas de los ciudadanos, el día a día, como recoger la basura, ordenar el tránsito, la planificación urbana, el drenaje pluvial, el presupuesto participativo, etc.
En el caso de los ayuntamientos, en los países desarrollados tienen tanto o más poder que el gobierno central, donde incluso son responsables de la salud y la educación de su demarcación, por ejemplo. Sin congresistas y alcaldes que cumplan su trabajo, ninguna nación se desarrolla, independientemente de que tenga o no un buen gobernante.
Tengo la impresión de que hay aspirantes a las Legislaturas que ni idea tienen de lo que es un proyecto de ley y también abundan los que pretenden llegar a las Alcaldías sin entender lo que es una resolución, un presupuesto ni como tratar a unos empleados.
Así pues, vamos a darle categoría a los debates en estas próximas primarias y elecciones de Puerto Rico, elecciones que no se puede votar por insignia solamente por fanatismo como si fuera un equipo de béisbol que representa al pueblo donde vivimos. Que en cada sector o barrio y municipio haya un comité que los organice en los medios de comunicación y que debatan de frente al pueblo. Eso nos ayudará a elegir mejor y a valorar más a quienes no están en el olimpo, pero que determinan mejor cómo nos va en la tierra, que existan debate por doquier que traen, en que se comprometen aunque después lo rompen pero tenemos la evidencia de que se comprometieron y punto y los evaluamos mejor, atrevámonos ya.
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