CUANDO LAS BARBAS DE TU VECINO VEAS PELAR...
Por Jose Cheo Cruz
...pon las tuyas a remojar... Eso dice el refrán que viene muy a cuento con todo el lío económico que está pasando en el mundo entero y muy especialmente en Europa, donde muchos países, creyéndose en una bonanza eterna, han cogido tanto dinero prestado en los mercados internacionales hasta el punto de entrar en una situación tan difícil que, por ejemplo, a Grecia han tenido que prestarle ciento y tantos miles de miles de millones de euros para que no se ahogue en su bello mar Egeo.
Asimismo, a España y Portugal los han puesto en salmuera y la Unión Europea les ha leído la cartilla y dictado una serie de reformas fiscales a aplicar que obligan a sus ciudadanos a grandes sacrificios.
A los funcionarios españoles les han reducido el sueldo entre un 5% y un 15%, según los cargos, las pensiones de los jubilados las han congelado o disminuido y habrá nuevos impuestos a los más ricos.
A los funcionarios rumanos, les han bajado el 20%. Y curándose en salud, Alemania le está entrando como puede a los todopoderosos bancos y en Inglaterra la reina dice que menos boato y más austeridad, Francia e Italia se aprietan el cinturón por igual, tratando todos de evitar la caída en una cadena de quiebras de gravísimas consecuencias.
En buen Puertorriqueño podemos decir que en el viejo continente, la pava ya no pone donde ponía y la de aquí menos.
Y esto viene a muy cuento porque ¿qué estamos haciendo aquí ? ¿tomamos buena nota de lo que sucede con las barbas de esos vecinos o es que las nuestras son más resistentes a las crisis que las de ellos ? ¿Qué medidas de austeridad y de ahorro estamos aplicando? Que no sea botar empleados públicos padres de familia que necesitan comer y altos funcionarios del gobierno siguen ganando altísimos salarios y batatares existen a montón por doquier.
Mientras esto pasa en casi todo el planeta, aquí parecemos vivir felices en Jauja, ajenos a todo. Nuestros altos funcionarios siguen disfrutando sueldos, dietas y prebendas extraordinarias para un país que es pobre, por si se nos ha olvidado. Que otorga una canonjía llamada tocino o barrilito, de corte medieval, disfrazado de gestiones sociales. Que se siguen exonerando cada dos años la importación de cientos de lujosos y lujosísimos vehículos para hacer puros negocios el viven bien y nosotros con fotingos a cuesta.
Que se subvencionan tantas Organizaciones sin fines de “lucro”, y fundaciones para beneficios personales o de un clientelismo político trasnochado. Que se asignan alegremente tantos cientos de millones a los partidos, y a unas campañas electorales con tan pobres resultados. Que se sigan haciendo cada dos por tres, o mejor dicho cada tres por dos, costosos viajes oficiales con grandes séquitos de senadores y Legisladores y alcaldes, olvidando que tenemos retrancas no tenemos derecho a negociar en el extranjero que no se a través del Departamento d Estado de Los Estados Unidos que tienen cancilleres o embajadores con el nombre de plenipotenciarios, los cuales podrían hacer muchas de esas tareas.
Que se pagan en dólares tantos sueldos a millares de cargos inexistentes y parasitarios aquí y en el extranjero supuestos cabilderos en Washington que nada traen para Puerto Rico. Que se emprenden tantas obras no prioritarias sin siquiera saber su coste total en lugar de promover verdaderas políticas de empleo. Que se siguen tomando préstamos a manos sueltas alegando que el techo del crédito de la Isla es muy alto. Y así un rosario interminable de gastos que son improductivos.
¿Qué crecemos un 5 % ó un 7%,? También crecían lo suyo los países de la Unión Europa, ¿Qué nuestra macroeconomía soporta la tasa de la Bolsa de Valores,? También el euro era superfuerte ¿Qué tenemos mucha capacidad de endeudamiento? En esa trampa cayeron los de allí y ahora los vemos acogotados.
Hay que soltar la modorra, señores, la inercia, y meterle mano de una vez por todas a una verdadera política de ahorro o nos encontraremos un día con el susto del siglo. Como en Europa. Por si acaso, ya hemos comprado una navaja de afeitar, de los barberos de antes, y estamos poniendo las barbas a remojar. Los refranes son sabios, hagámosles caso
...pon las tuyas a remojar... Eso dice el refrán que viene muy a cuento con todo el lío económico que está pasando en el mundo entero y muy especialmente en Europa, donde muchos países, creyéndose en una bonanza eterna, han cogido tanto dinero prestado en los mercados internacionales hasta el punto de entrar en una situación tan difícil que, por ejemplo, a Grecia han tenido que prestarle ciento y tantos miles de miles de millones de euros para que no se ahogue en su bello mar Egeo.
Asimismo, a España y Portugal los han puesto en salmuera y la Unión Europea les ha leído la cartilla y dictado una serie de reformas fiscales a aplicar que obligan a sus ciudadanos a grandes sacrificios.
A los funcionarios españoles les han reducido el sueldo entre un 5% y un 15%, según los cargos, las pensiones de los jubilados las han congelado o disminuido y habrá nuevos impuestos a los más ricos.
A los funcionarios rumanos, les han bajado el 20%. Y curándose en salud, Alemania le está entrando como puede a los todopoderosos bancos y en Inglaterra la reina dice que menos boato y más austeridad, Francia e Italia se aprietan el cinturón por igual, tratando todos de evitar la caída en una cadena de quiebras de gravísimas consecuencias.
En buen Puertorriqueño podemos decir que en el viejo continente, la pava ya no pone donde ponía y la de aquí menos.
Y esto viene a muy cuento porque ¿qué estamos haciendo aquí ? ¿tomamos buena nota de lo que sucede con las barbas de esos vecinos o es que las nuestras son más resistentes a las crisis que las de ellos ? ¿Qué medidas de austeridad y de ahorro estamos aplicando? Que no sea botar empleados públicos padres de familia que necesitan comer y altos funcionarios del gobierno siguen ganando altísimos salarios y batatares existen a montón por doquier.
Mientras esto pasa en casi todo el planeta, aquí parecemos vivir felices en Jauja, ajenos a todo. Nuestros altos funcionarios siguen disfrutando sueldos, dietas y prebendas extraordinarias para un país que es pobre, por si se nos ha olvidado. Que otorga una canonjía llamada tocino o barrilito, de corte medieval, disfrazado de gestiones sociales. Que se siguen exonerando cada dos años la importación de cientos de lujosos y lujosísimos vehículos para hacer puros negocios el viven bien y nosotros con fotingos a cuesta.
Que se subvencionan tantas Organizaciones sin fines de “lucro”, y fundaciones para beneficios personales o de un clientelismo político trasnochado. Que se asignan alegremente tantos cientos de millones a los partidos, y a unas campañas electorales con tan pobres resultados. Que se sigan haciendo cada dos por tres, o mejor dicho cada tres por dos, costosos viajes oficiales con grandes séquitos de senadores y Legisladores y alcaldes, olvidando que tenemos retrancas no tenemos derecho a negociar en el extranjero que no se a través del Departamento d Estado de Los Estados Unidos que tienen cancilleres o embajadores con el nombre de plenipotenciarios, los cuales podrían hacer muchas de esas tareas.
Que se pagan en dólares tantos sueldos a millares de cargos inexistentes y parasitarios aquí y en el extranjero supuestos cabilderos en Washington que nada traen para Puerto Rico. Que se emprenden tantas obras no prioritarias sin siquiera saber su coste total en lugar de promover verdaderas políticas de empleo. Que se siguen tomando préstamos a manos sueltas alegando que el techo del crédito de la Isla es muy alto. Y así un rosario interminable de gastos que son improductivos.
¿Qué crecemos un 5 % ó un 7%,? También crecían lo suyo los países de la Unión Europa, ¿Qué nuestra macroeconomía soporta la tasa de la Bolsa de Valores,? También el euro era superfuerte ¿Qué tenemos mucha capacidad de endeudamiento? En esa trampa cayeron los de allí y ahora los vemos acogotados.
Hay que soltar la modorra, señores, la inercia, y meterle mano de una vez por todas a una verdadera política de ahorro o nos encontraremos un día con el susto del siglo. Como en Europa. Por si acaso, ya hemos comprado una navaja de afeitar, de los barberos de antes, y estamos poniendo las barbas a remojar. Los refranes son sabios, hagámosles caso
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