LOS BUSCONES DE LA POLITICA
Por Jose Cheo Cruz
“Quien no conoce la verdad, es un infeliz.
Pero quien conociéndola no la defiende, es un delincuente”.
Bertolt Brecha
Los irracionales y sicorígidos, solo aceptan como “verdades” sus dogmáticas opiniones o sus prefabricadas mentiras, siempre revestidas del egocéntrismo, no menos egoísta, cálculo político, así actúa el fanático partidista y el fanático deportivo a ultranza y eso es dañino para la sociedad y beneficioso para los miembros de la partidocracia y por eso Puerto Rico no avanza en nada.
En Puerto Rico vivimos en un mundo y en un país rodeado de poderes sobre la base de los valores materiales de la política y los partidos y uno que otros inmateriales. Los cuales no se limitan ni muchos menos pueden ser denominados entre los valores espirituales como doctrina religiosa. El poder inmaterial de las raíces cuadradas, cuya ley severa sobrevive a los siglos a pesar de las leyes y contratos a los políticos derrotados por lisonjas y el poder material de los políticos.
Nada más hay que ver la cantidad de políticos desamparados que deambulan por los pasillos del Capitolio en busca de sus contratos y regalías lisonjeras.
En la mayoría de los casos el resultado de los contratos por lisonjas en el gobierno en nada ha favorecido a la población, porque en su interior la búsqueda de la gloria ya ha reemplazado a la del amor por la patria.
Esta hipótesis choca con la idea de una presente vocación política precoz de nuestros dirigentes políticos, en donde a menudo los grandes hombres que intervienen en la política Puertorriqueña son más bien el producto de las circunstancias más que de las ideas, salvos muy contados casos. Y en su máxima expresión la de Jose Celso Barbosa, Pedro Albizus Campos, Eugenio Maria de Hostos, José De Diego, entre muchos otros como Gilberto Concepción de Gracia.
Los contratos y ayudas por lisonjas son una vergüenza y una aberración para nuestra sociedad amén de los resultados corruptos y negativos y lo peor de todo es que la mayoría de los políticos lisonjeros ni votos consiguen para su causas solo viven del partido y aparecen cuando ganan y punto que barbaridad la realidad nuestra.
“Quien no conoce la verdad, es un infeliz.
Pero quien conociéndola no la defiende, es un delincuente”.
Bertolt Brecha
Los irracionales y sicorígidos, solo aceptan como “verdades” sus dogmáticas opiniones o sus prefabricadas mentiras, siempre revestidas del egocéntrismo, no menos egoísta, cálculo político, así actúa el fanático partidista y el fanático deportivo a ultranza y eso es dañino para la sociedad y beneficioso para los miembros de la partidocracia y por eso Puerto Rico no avanza en nada.
En Puerto Rico vivimos en un mundo y en un país rodeado de poderes sobre la base de los valores materiales de la política y los partidos y uno que otros inmateriales. Los cuales no se limitan ni muchos menos pueden ser denominados entre los valores espirituales como doctrina religiosa. El poder inmaterial de las raíces cuadradas, cuya ley severa sobrevive a los siglos a pesar de las leyes y contratos a los políticos derrotados por lisonjas y el poder material de los políticos.
Nada más hay que ver la cantidad de políticos desamparados que deambulan por los pasillos del Capitolio en busca de sus contratos y regalías lisonjeras.
En la mayoría de los casos el resultado de los contratos por lisonjas en el gobierno en nada ha favorecido a la población, porque en su interior la búsqueda de la gloria ya ha reemplazado a la del amor por la patria.
Esta hipótesis choca con la idea de una presente vocación política precoz de nuestros dirigentes políticos, en donde a menudo los grandes hombres que intervienen en la política Puertorriqueña son más bien el producto de las circunstancias más que de las ideas, salvos muy contados casos. Y en su máxima expresión la de Jose Celso Barbosa, Pedro Albizus Campos, Eugenio Maria de Hostos, José De Diego, entre muchos otros como Gilberto Concepción de Gracia.
Los contratos y ayudas por lisonjas son una vergüenza y una aberración para nuestra sociedad amén de los resultados corruptos y negativos y lo peor de todo es que la mayoría de los políticos lisonjeros ni votos consiguen para su causas solo viven del partido y aparecen cuando ganan y punto que barbaridad la realidad nuestra.
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