UN ADIOS AL CAPITAN LUIS FELIPE CASANOVA ATROPELLADO POR EL ALCALDE DE CAROLINA.

Por José Cheo Cruz


¿Después de un adiós qué nos queda? Siempre he reflexionado que la vida es un misterio por si sola, y que la muerte aún sin comprenderla es aún más misteriosa porque no conoce de lealtades, y muere en estricta amnesia.

Dicen que el ser humano se “alimenta de recuerdos”, porque son estos los que mantienen vivas las almas.

¿Y si no existiera la especie pensante para recordar?, ¿Acaso pudiéramos ser testigos de la evolución de las especies y de los momentos para contar? En el núcleo de nuestra mente siempre existirán los recuerdos de los buenos momentos, aquellos que hacen posible cambiar un instante por alegría.

Estos que nos ayudan a reír, a suspirar, a llenarnos de esperanza y de bien común.

Cuando conocí al capitán Luis Felipe Casanova en su hogar me invito para contarme las barbaridades que hacen en la policía Municipal de Carolina , la corrupción rampante y como le fabricaron un caso de dogas a su nieto expulsándolo de la policía, me relato como logro después de múltiples gestiones hablar con el alcalde de carolina José Carlos Aponte Dalmau y la manera cruel e inhumana que lo trato, su nieto había salido bien del caso fabricado por Moyeno y su mojenitos y pedía que le restablecieran a su nieto y este le contesto que mientras el fuera alcalde ni él ni su sobrino tendrían oportunidad alguna y mucho menos de darle trabajo, ya hacía años que él estaba retirado de la Policía de Puerto Rico y fue a servirle a José E. Aponte de La Torre como Comisionado de la Policía y desde luego nos cito a su hogar tomamos café y me relato las barbaridades que comete la especie de mafia que existe hoy día en la Policía Municipal de Carolina se veía muy apesadumbrado por la falta de respeto y consideración del alcalde para con su familia y para él y le dijo que no votarían por el jamás por ser un dictador desgraciado, lo vi muy apesadumbrado y la realidad es que eso lo hizo le diera un derrame cerebral y en la mañana de hoy falleciera en el Centro Medico de Rño Piedras

Varios amigos policías de Carolina, con frecuencia me hablaban que tenia que conocer al capitán Luis Felipe Casanova, un Popular del corazón del royo, su esposa funcionaria de colegio toda la vida, y funcionaria gubernamental y municipal de los primeros que habían estado con José E. Aponte de La Torre cuando corrió para alcalde por primera vez en otras palabras del corazón del royo, los fundadores de la dinastía Aponte, pero este José Carlos Aponte Dalmau es el cain de Carolina no ayuda a nadie y a todos persigue por igual si no es de su entorno ahí una familia Popular que no votara jamás con ellos. A la memoria de su líder que me juro y me contó todo y muchas cosas que no he sacado todavía porque me dijo que lo hiciera cuando me diera el permiso y eso lo haremos posteriormente, este si que conocía las aptas que cojean los perseguidores corruptos de Carolina, la corrupción en la Policía a nivel alto es rampante ya lo verán. Este todos coinciden si que era oficial de la Policía que prestaba servicios en Carolina para todo el pueblo y con respeto.

Era un hombre muy serio, actuaba en todo con respeto a la gente, era cariñoso, defensor de los infelices y solo se juntaba con la gente buena aquí en Carolina su nieto para reiterarme la necesidad de que conociera a su Abuelo que el si me orientaría de la corrupción de ahora y de antes sabes Javier Aponte este si que sabe como desaparecieron lo de tu carro chocado borracho antes de partir con el señor no los dijo a mi y uno de mis colaboradores del Municipio que me acompaño en nuestras visitas para tomar café aquí en Villa Fontana con su esposa mas popular que Muñoz Marin pero que no botaran por el principito.

Como siempre he sido amigo de los amigos de mis compañeros de lucha, le dije a su nieto perseguido por la policía Municipal donde le fabricaron un caso de drogas, amigo quiero conocer y tratar a Don Luis Felipe Casanova y así formamos una especie de frente contra los desmanes del Municipio de Carolina, este a su vez me había presentado muchísima mas gente del PPD que están descontentos por eso tengo tantas informaciones desde adentro.

Grande fue mi sorpresa cuando tuve la agradable oportunidad de conocer en persona a Luis Felipe Casanova, oficial de la Policía, un Capitán, que fue ejemplo de honestidad y entrega sincera a la sociedad Puertorriqueña y que por desgracia murió hoy 7 de febrero de 2011 en el Centro Medico victima de un derrame cerebral por las congojas de la persecución a su nieto y que el propio alcalde le dijera que mientras el fuera alcalde ni el ni su familia entraría a su reino.

!Bárbaro! !asesino! ya lo mataste también por tus acciones descabelladas y de corrupción maliciosa, otra víctima de tus acciones delictiva que lo atrapó en medio de la humildad en la que prefirió vivir para que hoy sus hijos tengan el orgullo de haber tenido un padre, un abuelo tan leal y generoso como él lo fue con José E. Aponte de La Torre y con la gente de Carolina.

Siendo oficial capitán de la Policía de Puerto Rico y como Comisionado de la Policía Municipal se encontró como amapuchaban casos, como fabricaban casos en Carolina Municipio, o sea que es un mal viejo en esta gente, con frecuencia iba a la casa a compartir una conversación y todos en la familia lo rodeaban del mayor afecto.

Cuando quedábamos solos me comentaba la corrupción y el bandolerismo que afectaba a la sociedad, en Carolina Municipio y en la Policía Municipal y de cómo descubrió un montón de agentes corruptos quines lo amenazaban con matarlo también, como en el resto del país. “Lo peor del caso es que todo eso es protegido por malos policías que asquean el uniforme y el buen nombre de la Patria”, me dijo en una ocasión.

Luis Felipe Casanova pasó sobre 32 años en la Policía Estatal y sobre 10 años en la Policía Municipal y fue retirado con el rango de Capitán, pese a que estaba muy preparado. Era un oficial adiestrado por la Drug Enforcement Administración (DEA) de Estados Unidos, gran investigador, pero lo hicieron volar de la Policía Municipal los mafiosos que caponean parte de ese cuerpo policiaco.

Me hablo de Coquito y sus alianzas con altos funcionarios políticos de ambos partidos, de todo un poco, me hablo junto a sus hijos y nietos al filo de una sabrosa tasa de café, luego de que escapara de varios atentados preparados para entramparlo, los que siempre él sospechó que fueron montados por otros oficiales que veían en su seriedad investigativa un obstáculo para quienes eligieron hacerse ricos aprovechando los recursos del mismo narcotráfico y del estado y por ello quisieron matarlo atormentándolo, fabricándole un caso fortuito a su nieto por ello fallece de un derrame cerebral ¿el culpable?, el alcalde actual José Carlos Aponte Dalmau.

Cuando me lo contaba sobre la frustración de sus Populares y su partido de sus amores, por la corrupción policiaca actual, apenas podía contener sus lágrimas, porque estaba asqueado con muchos de sus propios compañeros de uniforme.

Siempre recuerdo que cuando estaba esperando el ascenso de capitán a un puesto de mayor jerarquía, en los años de José E. Aponte de La Torre, le sorprendieron con su puesta en retiro, pese a que el entonces jefe de la alcaldía su líder de siempre hasta el día de su muerte, a quien ayudó y protegió en todo lo que pudo porque fueron compañeros de partido y de causa cuando el primero empezaba la política de Carolina y del PPD después de ser maestro de artes Industriales.

Con la llegada a la alcaldía José E. Aponte de La Torre, de inmediato lo llamó de nuevo a las filas porque sabía que se trataba de un oficial , bien preparado, honesto hasta la médula, que la Policía de Carolina aun necesitaba para controlar la delincuencia.

Aceptó regresar a la Policía esta vez Municipal para servirle solo por unos años. Puesto en retiro de nuevo, volvió a sus actividades civiles como hombre serio, buen vecino y buen amigo.

Días antes de ingresar por el derrame cerebral al Centro medico lo llamé a su celular, cuando tomó la llamada una señora me preguntó quién llama. Le dije simplemente: Cheo y ella me reposto ¿el periodista? Si le dije.

Cuando la misma señora su esposa, hoy le pregunte que me dijera que era mentira, lo que me habían dicho, me dijo en voz alta ¿Cheo?, El Capitán Casanova falleció esa mañana, se nos fue, un balde frío para mi por un amigo consejero, que me ayudaba en orientarme como se supone sean las cosas en la Policía, se nos fue sin tener una ultima reunión con él, que me prometió, para analizar las cosas policíacas de Carolina, en el seno de la Policía Municipal en especial el caso de AEE y próximo a ser citado y procesado Juan Ortiz Crespo Jefe de seguridad del Municipio por hurto de energía eléctrica contundente por demás, a tenor con la Ley 170.

Enterado por la esposa de la inesperada muerte del capitán, me invadió una tristeza inmensa, mezcla de impotencia e indignación, por lo que le dije a mi confidente de la Policía:

¿Sabes por qué el capitán murió esta mañana?

Está muerto por ser un hombre serio. Si hubiese sido un delincuente con uniforme, no hubiese andado en una pena tan grande por la alta traición del actual alcalde José Carlos Aponte Dalmau a una persona seria y de confianza de su padre, nunca aceptó tal determinación de fabricarle un caso a su nieto, hecho consumado por personeros delincuentes vestidos de policía y de civil, para que doblegara su integridad moral y no cumpliera su responsabilidad de proteger al pueblo.

Esa es la dura lección en este país que parece colocado patas arriba: los hombres serios caen bajo las angustias o las balas porque andan con su humildad descubierta, mientras los delincuentes ascienden a la vida jalonados por su poder de dañar a la juventud y corromper a la autoridad.

Adiós, Capitán Luis Felipe Casanova, Carolina perdió a uno de sus mejores hijos, excepcional que supo hacerse amigo de los adolescentes para llevarlos al deporte y no permitir que los delincuentes los arrastraran a las drogas.

Gracias, hermano, por la lección aprendida desde que te conocí hasta la hora de tu muerte.

Gracias, también, porque al menos no regalaste tu vida, sino que luchaste como debe hacerlo todo hombre que se respeta y que defiende tanto su honor como siempre lo hiciste tú. Eso no lo olvidaré nunca, pues si me toca, trataré de ser consecuente con esa enseñanza aunque nunca tuve la oportunidad de demostrarte que puedo hacerlo, algo que tanto te preocupaba por mi oficio de periodista y mi forma de ser.

Queda el convencimiento motorizado por el mañana, quedan las lágrimas que algún día lograrán secarse para no llorar por dentro.

Quedan las comas, el intervalo abierto, el sí a medias, unos ojos que anhelan despertar, y la satisfacción por el deber cumplido.

Después de un adiós queda también un punto seguido de aquel recuerdo que no muere.

Decir un hasta luego preciso para un alma merecida es oportuno.

Adiós mi Capitán Luis Felipe Casanova

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