EN BUSCA DE LA DIGNIDAD PERDIDA

Por José Cheo Cruz

Los pueblos que no se respetan pierden su dignidad y llega el momento en que no pueden hablarle a la cara a nadie, sino abrirles las puertas, en un aquelarre vergonzoso, a los indignos, vengan del lugar que sea. Los Luis Muñoz Marin, Don Luis A. Ferré, Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Nemecio R. Canales, Ramón Bardorioti de Castro, Don Luis Palerm Matos, Don Pedro Albizus Campos, José Celso Barbosa, Rafael “Churumba” Cordero, José E. Aponte de La Torre, Don Wlly Miranda Marin, Juan Mary Bras , Juan Antonio Correpger, vivos todavía, Pedro Rosselló, Carlos Romero Barceló, Rafael Hernández Colon , entre muchos otros, representan eso que se llama la “Puertorriqueñidad”. Otros, de ayer y de hoy, la avergüenzan, fíjese que le reconozco su valor y el honor a los que no son de mi ideología.

No importa qué pensemos del sionismo, pero cómo dejar de admirar a los pueblos judío, japonés y chino y otros. La autenticidad revolucionaria de hoy se llama “dignidad”. El que no tiene dignidad es un cadáver exultante, un baldón para su familia y sus conocidos dignos.

Nos hemos convertido en un pueblo de hojalateros, aplaudidores, buscones de principados, donde no hay dignidad de servicio para el bien de todos, no de unos pocos de su entorno que los adulen, arlequines de gente que para quienes comparten su ciudadanía “no vale nada”.

Un ejemplo: ¿quién es un Alejandro García Padilla para que lo presentemos aquí como un ‘salvador’ de la democracia? ¿Dónde está ese ‘país’, esa utopía? Puerto Rico no tiene biografía de ese señor, porque nada ha aportado a su vida pública. ¿Pruebas? PR recibe ayuda fraterna en agroindustria, tecnología, educación, etc., de Estados Unidos, Taiwán, Israel, EEUU, España, Japón, Corea del Sur y otros. Llevamos la herencia hispana, pero cubanitos “desarraigados” (apátridas) y descendientes de españolitos no pueden ser árbitros de nuestra conducta sino los Puertorriqueños y los que han vivido toda su vida en este país, decir que Puerto Rico no es un país es un crimen de Leza humana.

Ni Jorge Santini Padilla ni José Carlos Aponte Dalmau quienes son parte de los gobernantes dictatoriales solidarios, con una conducta altísima de intolerancia porque se creen que no podemos vivir en libertad y la libertad de expresión y de información, ni individual, la tolerancia, eso en su librito no existe creen le perjudica a sus pretensiones de perpetuarse en el poder.

Pero estos “cancerberos”, supuestos lideres y si buscones, pululan en este Puerto Rico de hoy, rayan en la impertinencia, la necedad y el atrevimiento, porque se rodean de hombres malos para que los adulen y nosotros se lo permitimos, incluyendo los partidos de hoy en Puerto Rico que actúan como gangas de barrios, llevándonos a ser como vacas pastando .

Siempre he querido llevar al seno de los seguidores de mi ideología lo que es, ética, ser celosos de la independencia y libre albedrío del hombre como Dios lo instituyo y constituyo; pero no corruptos, ni buscacheques) como son hoy día las personas que rodean de líder y en las esferas de poder del PNP y el PPD.

¿Por qué tenemos que rendirles pleitesía a estos ‘señores electos’, unos corrompidos, enriquecidos, que más que gobernar para todos, intrigan, desinforman, lamen? Su modus operandi es el chantaje, el expediente, la “mordida”, la manipulación abierta o subyacente muchas veces en favor del narco, ¡claro que en alianza con unos destacados criollos Boricuas, dizque funcionarios públicos!

La ética en el pícaro y el sinvergüenza es nula. Dos ‘regaños’ me marcaron mi vida cuando apenas tenia unos 11 años : critique un líder político de alta alcurnia internacional, amigo de mi padre, por hacerle uso de la crítica de que vivía de los compañeritos a su líder y amigo suyo sobre su manutención; y ese líder le dijo a mi padre es muy inteligente el muchacho, y mi padre le repostó es un irrespetuoso perdóneme, le ha faltado el respeto mi hijo, me refiero a Don Juan Bosch cuando era profesor de la Universidad de Puerto Rico y Don Luis Muñoz Marin lo mantenía en Puerto Rico para nada hacer y le dije que eso era corrupción y lo compare con Ho Chi Min a esa tierna edad de 11 a 12 años “solariega”.

Me miró por sobre las gafas y dijo: “¿Eso es envidia o caridad?” ¡Tierra trágame! Bosch hablaba tiernamente de sus y ex amigos. De Horacio Ornes C., Cotubanamá Dipp, Miolán, Juan Isidro, etc. Sus diferencias eran formales, pero amaba a sus compañeros de luchas políticas y exilio. Eran otros tiempos, diría Borges hablando de Lugones que diferencia a los alcaldes que se creen Dioses, arrogantes se creen merecen la posición que ostentan no quieren aceptar que le pertenece al pueblo, por ello no aceptan criticas y si osa criticarlos te persiguen y te proscriben eso es dictadura a lo Gadafi, Chávez y Fidel castro, no hay diferencia ninguna, no hay libre expresión hoy día, ni antes en Puerto Rico, aunque lo mandata la constitución.

Una sentencia de gran valor guía a este servidor y escribano: “Leal a causas, personas y principios”.

Si este me paga: acepté por contrato verbal o escrito entonces todo lo que hagan es bueno, esa no es mi posición, desde muy niño, cuesta y sale muy caro, pero son los principios, la moral y la ética y no es que seamos perfectos es que algo nos tiene que quedar de lo que hemos aprendido desde la infancia, instruye al niño en su carrera que aún después de viejo no se apartara de ella.

No puedo difamarlo, vender la “última”, despotricar contra mis compañeros y sus ejecutivos. El hombre tiene que ser leal a algo pero ciego, deshonesto, desleal y buscón, por conveniencia, jamás.

Un hombre sin principios, es un cadáver insepulto. Los hay de mala ralea. Ejecutivos, funcionarios de gobierno que, abusando de la tolerancia y la bondad de sus mecenas, utilizan los puestos públicos como propio y hacen negocios, manipulación, chantajeando con deslealtad; convierten el gobierno y el estado en fuente de enriquecimiento, a tal extremo, como decía mi Santa Madre, que hay que usar “la linterna de Diógenes” para dar con un político honrado, que no difame ni manipule sus acciones, por ello odiaba la gente de Muñoz Marin, porque decía que el hombre del chaquetón verde era un pillo y por ello se unió a la fundación del PNP en Carolina, contra la corrupción que existían esa época corrompido por el tiempo en el poder.

Esos funcionarios públicos o mejor dicho servidores “Públicos” y ejecutivos usan pose de seriedad y fingen no saber que en este país tan precario todo se sabe. Sólo hay que echar una miradita a sus residencias, bienes, superautos y cuatro por cuatros de sus hijos; los empleos y negocios de sus hijos, heredan por principado sus familiares las posiciones de gobierno y mancuerna y además verifique los sitios que frecuentan ejemplo Miguel Ángel García Méndez sus tierras desde Isabela hasta Hormigueros el era el dueño de ellas y sus hijas las dos heredaron el Banco Westerm y toda esa tierra que todavía hoy desconocen cuales son, por ello el pueblo Estadista lo saco del medio y puso a Don Luis A. Ferré.

Todo ejecutivo exitoso, se gana el derecho a disfrutar los dividendos de su gestión: el capitalismo es el negocio de vender y los exitosos reciben jugosos bonos, liquidaciones, etc. Pero no hay un ser más despreciable, el que se “empodera” de una empresa ajena y la explota en su beneficio. Los que son como el gran Don Luis A Ferré, los beneficios son éticos, como el mismo dijo: era “¡El gran Capitán!” del barco estadista., millonario de cuna no necesitaba robarse lo del pueblo para sobre vivir.

Venduteros públicos son los Dorian Grey del espejo: creen tener gran imagen pública, sólida moral. No fueron al Eclesiastés a ver su “tiempo” y como los ve “el ojo del cielo”.

Con “comparsa” de alabarderos misérrimos y consocios “civilescos’ (infidentes que difunden acerca de sus ‘negocios’ y trapacerías). Están y seguirán “marcados” por ser bestias de la amoralidad.

Como usted los ve en la calle cuando lo necesitan lo llaman y se posan como sus amigos cuando llegan a sus posiciones se olvidan de usted y siempre andan en reuniones en francachela y usted es un trapo sucio desechable, que barbaridad, a la política de hoy día sin moral ni ética, ninguno son humildes, son deshonestos y delincuentes se roban lo que no les pertenece y no pueden entrar ni al reino de Dios y su justicia, ni al mío propio, aunque es un reinado ya quebrado.

Mientras tanto en esta vaina política Boricua, hoy día, no se le busca salida a los millones de jóvenes sin futuro donde no hay vida para nadie. Nada de prevención de la delincuencia y un futuro mejor con trabajo pan y libertad: la democracia no es un diamante que, ya pulido, expele luz para siempre en perfecto equilibrio. Hay que construirla diariamente. No nos engañemos por más cómodos que vivamos.

Nuestros tiempos tienen muchas cosas malas, pero nosotros somos el tiempo, esperamos que sean otros los que cambien, pero hemos de repetir con san Agustín: “Los tiempos somos nosotros, seamos mejores y los tiempos serán mucho mejores”.

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