LA CAMPANA DE CAROLINA 2012

Por Jose Cheo Cruz
Reflexionar sobre una campaña es hablar esencialmente de estrategia electoral, la imagen y credibilidad del candidato, la comunicación política, la relación con los medios de comunicación, las encuestas y la propaganda.
En una campaña electoral el diseño correcto y adecuado de la estrategia es esencial para la victoria. La estrategia es un plan general escrito, que orienta todo lo que se hace y se deja de hacer, todo lo que se comunica o se deja de comunicar en una campaña.
En este plan general, se contempla: el discurso, la imagen, el mensaje, la publicidad, el presupuesto, la organización, la administración del personal, la evaluación de las metas, las encuestas y el calendario de actividades.
La estrategia debe ser un manual que guíe la campaña a lo largo del proceso y no debe estar sólo en la mente del candidato o el conductor de la campaña. Jaime Durán Barba y Santiago Nieto, establece que una estrategia no está escrita, no existe.
El éxito o fracaso de una campaña depende de una estrategia bien planificada, objetivamente evaluada e inteligentemente dirigida.
Es importante recordar que el candidato no debe ser al mismo tiempo el estratega y conductor de su campaña, para eso están los especialistas.
La estrategia debe estar orientada a lograr que los electores voten a favor del candidato de su partido, mantener un alto nivel de popularidad y definir con precisión los temas de campaña.
Es esencial en un político la credibilidad, la imagen, la identidad y el mensaje. La credibilidad otorga legitimidad a los líderes. Los líderes con credibilidad están llamados a ocupar responsabilidades importantes.
La imagen es dinámica, se construye, es la marca distintiva, es el sello personal, es una representación mental, es la opinión que resume la percepción, hay que gestionarla y auditarla para mejorar, hay que cuidarla y mantenerla. Una estrategia de imagen posiciona a los políticos en la mente de los electores.
La comunicación política positiva genera legitimidad y difunde información útil a los electores.
Es la base del éxito electoral.
En estos tiempos, la política es mediática: la radio, la televisión, el Internet, las redes sociales (Twitter, Facebook, Hi5, Youtube), a través de los cuales se envían los mensajes, son herramientas indispensables para comunicarse con los electores.
Un político que comunica en forma adecuada y positiva puede alcanzar el éxito. La política es en esencia comunicación. Un político con buena comunicación, buen mensaje y oratoria obtiene grandes beneficios electorales.
Todo político debe prepararse para manejar con propiedad los medios de comunicación. Si está frente a las cámaras de televisión sonría, cuide su gesticulación y atienda su imagen. Recuerde, que un buen político debe ser un buen comunicador.
Hablar en público es un arte, y como tal hay que prepararse y practicar.
El discurso político en tiempos de campaña es esencial en la decisión del voto.
En el inicio de un discurso es importante captar la atención del público y avanzar el contenido. Es importante el desarrollo de las ideas básicas y concluir con anécdotas relacionadas con el tema o una frase impactante que logre impresionar al auditorium.
Preparar un buen discurso implica saber a qué público va dirigido, qué se quiere comunicar y cómo transmitir el mensaje. El inicio y la conclusión son relevantes, deben simbolizar las mejores impresiones del discurso, sin perder de vista el contenido. Los discursos deben ser amenos, entretenidos, convincentes y persuasivos.
Un buen discurso, rico en contenido, sencillo, que despierte emociones y que impacte al elector debe repetirse varias veces como parte de la estrategia de comunicación electoral.
En fin, el discurso debe ser atrayente, seductor, de fácil comprensión, claro, conciso, sencillo, natural, persuasivo, fascinante y concentrado.
Los votantes, en su mayoría, rechazan las expresiones rebuscadas, complejas y de difícil comprensión, en cambio, asimilan con mayor facilidad un discurso basado en ejemplos, analogías, comparaciones y anécdotas. Es la mejor manera de grabar en la memoria del receptor el mensaje.
Es importante que las propuestas de un candidato se repitan muchas veces a lo largo de la campaña, de esta manera los ciudadanos interiorizan el mensaje. Napoleón Bonaparte, considerado uno de los mayores genios militares de la historia, llegó a decir “no hay más que una forma de razonamiento eficaz: la repetición”.
La influencia de un candidato sobre los electores está en la contundencia del mensaje y el poder de sus palabras.
La comunicación política se intensifica en los procesos electorales y sus protagonistas son los medios de comunicación, las encuestas y los políticos.
A los medios les interesa lo que es noticia: la novedad, la actualidad, la relevancia, la importancia y el conflicto.
Las encuestas son una guía científica para el diseño de políticas públicas, de campañas electorales, de imagen de gestión. Todo el mundo realiza encuestas, pero no todos tienen la humildad de asumir los resultados, analizarlos y diseñar una estrategia triunfadora. Cada quien cree en los resultados de su propia encuesta. Si me favorece, los resultados son válidos, si no, lo descalifican.
Aquellos que utilizan las encuestas como instrumento de trabajo y no condicionan ni manipulan los resultados, pueden lograr éxitos importantes.
Las encuestas influyen en la conducta de los votantes. Una encuesta de opinión bien comunicada ayuda al triunfo electoral.
La propaganda política que se transmite a través de los distintos medios de comunicación es una herramienta necesaria para promover las opciones electorales de los partidos. Se utiliza para influir en la conducta y comportamiento de los ciudadanos, transmitir el mensaje de campaña, motivar y persuadir a los electores, controlar la opinión pública y colocar en la mente de los votantes que deciden los procesos electorales mediante el ejercicio del voto, que la opción que se presenta en la propaganda de un determinado partido, es la ganadora. No hay campañas políticas exitosas, sin estrategias de propaganda convincentes.
Las campañas electorales son una fiesta de la democracia, con sus colores, su folklore, su carnaval y sus artistas. Hay que actuar con prudencia.
El pueblo es sabio y observa.

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