LA INMORALIDAD EN EL MUNICIPIO DE CAROLINA

LA INMORALIDAD EN EL MUNICIPIO DE CAROLINA Por Redacción de radioelfaropr.com "Cuan ignorantes pueden ser, aun en este tiempo de libre expresión los que pretenden no respetar el libre albedrío de los seres humanos en sus intentos para que no se sepa la verdad". A la luz de la información publicada en nuestro articulo anterior sobre el caso del Gerente de Seguridad Publica, Juan Ortiz Crespo, hallado culpable del delito de hurto de luz de la AEE en un Proceso Administrativo el pasado lunes 11 de diciembre de 2011, a todas luces la infracción cometida constituye el delito imputable bajo una causal de depravación moral. La depravación moral es "cuando se hace algo contrario a la justicia y a la honradez, los buenos principios o la moral". Nos hemos referido a la depravación moral como un estado de condición del individuo, compuesto por una deficiencia inherente de su sentido de la moral y la rectitud, en la que la persona ha dejado de preocuparse por el respeto y la seguridad y todo lo que hace es esencialmente fraudulento, inmoral, vil en su naturaleza y dañino en sus consecuencias. En atención a los últimos acontecimientos y considerando que la labor que le compete a un Gerente de Seguridad Publica, es una altamente sensitiva, este esta incapacitado para el ejercicio de esa posición por haberse afectado su reputación moral que le hace indigno del respeto de una conducta ejemplar y edificante hacia todo el componente de hombres y mujeres bajo su mando. El ha violado y prostituido los preceptos y el espíritu de la ley en su cumplimiento. Por tanto es un hecho innegable el que dicha conducta de torpeza moral en la comisión del delito mencionado refleja sin lugar a dudas que la acción fraudulenta cometida es un elemento constitutivo de depravación moral inexcusable. Del Alcalde no imponer las sanciones administrativas correspondientes estaría actuando de espaldas a los mejores intereses del municipio al no cumplir con las disposiciones legales y reglamentarias. La figura del Alcalde como cooperador y encubridor de este hecho punible, lo habrá de marcar como un aliado delincuencial. Los espectros de la corrupción que deambulan por los pasillos de la opulencia y extravagancia del quinto piso de la Casa Alcaldía cada día son mas evidentes, por eso es que este caso lo habremos de utilizar como marco de referencia para comprobar las dos varas de la enlodada justicia que impera en el Municipio de Carolina.

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