LA MEDIOCRIDAD Y LA INCOMPETENCIA EN EL MUNICIPIO DE CAROLINA


Por Redacción de Radio el faropr.com

El acoso moral es un grave problema que se manifiesta en casi todas las dependencias del Gobierno Municipal de Carolina. Esta acción ocurre cuando uno o más empleados intentan "sabotear y/o perturbar" la reputación y/o las realización de las labores de un empleado, que de mutuo y común acuerdo lo han marcado como una tarjeta o víctima para ser blanco de todo tipo de ataques concertados.

En todos los trabajos es inevitable el que ocurran conflictos entre los empleados. Abona esa situación la incompetencia y la mediocridad que impera en aquellos que directivos que supervisan y no ejercen las prerrogativas que les imponen sus cargos y prefieren actuar como islas independientes y bajo sus propias leyes. La actitud que puedan mostrar los empleados es un reflejo, de como se ponga en práctica el tipo de liderazgo que se ejerza.

Son muchos los empleados del Municipio de Carolina que han experimentado el acoso moral. Toda esa situación produce el que estos empleados se sientan agobiados y no se sientan a gusto y realizados en sus trabajos, por qué eso es parte de la naturaleza conflictiva del ser humano. Somos victimas de acoso en la calle, en el vecindario, las tiendas, cuando nos tocan bocina y nos dan los famosos cortes de pastelillos en las carreteras y hasta cuando se nos cuelan en una fila. Se vive 24/7 en un ambiente de continua hostilidad, con el agravante de que pasamos más tiempo en el trabajo que en la casa.

Lo grave de la Administración Municipal de Carolina y principalmente su alcalde Jose Carlos “el Calígula”, es que ellos son los responsables de haber creado el problema cuando se aferran a no aceptar las cosas como son; cuando insisten en que siempre les asiste la razón; cuando prefieren echarle la culpa a los demás; para no tomar conciencia y responsabilidad en las consecuencias de sus actos. El tratar de instaurar un régimen totalitario da rienda suelta a que los centros de trabajos o lugares de empleos se conviertan en campos de batallas.

Si la Administración Municipal de Carolina que dirige Jose Carlos Aponte Dalmau El Principito, con sus actitudes no cultiva, ni fomenta una cultura sana, incentivos justos y la capacitación de su capital humano, no habrá de manera alguna mejorar  el ambiente hostil de trabajo que ellos mismos han creado y que han sometido a sus empleados. El arte de gobernar con justicia y equidad estimula un buen ambiente de trabajo, esencial para mantener a sus empleados satisfechos y comprometidos con su trabajo, lo que se traduce en un mejor servicio al Pueblo.

De cara a la fría realidad, vemos que esa no es la agenda, ni la filosofía de esta Administración Municipal de turno y su alcalde es un irresponsable contumaz, porque no sabe lo que tiene entre manos como administrador y muy malo por cierto. Ellos no están, ni estarán capacitados hasta que desistan de la idea de pensar que son el Alfa y Omega de esta galaxia. Sus egos inferiores no les permiten ver que las cosas que ellos ven como inaceptables, son el producto de sus propias debilidades, intolerancias e insistencias de querer siempre tener la razón a base de recurrir a las mentiras y el engaño.

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