EN CAROLINA Progreso y corrupción


Por José Cheo Cruz
No se justifican los adelantos tecnológicos en un  pueblo en vías de desarrollo, cuando la corrupción sangra el erario en detrimento de las grandes mayorías de dicho pueblo, este es el caso de Carolina.
El auge de la corrupción en Carolina lacera los índices económicos, desvirtuando su real repercusión en la calidad de vida de los ciudadanos. El pueblo de Carolina  carece de una política pública correcta con respeto al servicio al pueblo, vulnerando así a una población que no puede insertarse en su rol de ser económicamente activa.
Un desarrollo basado en la infraestructura de megaproyectos y dádivas burocráticas de solidaridad, es una traición a las nuevas generaciones porque las hace dependientes del paternalismo, alejándolas de lo más preciado para un pueblo, que es su nivel respeto a las cosas del pueblo y su erario.
Un gobierno permisivo al dolo que premia la impunidad es un gobierno promotor de lo indecoroso, donde la inversión de valores golpea la filosofía ética, en su desprendimiento y sentido patriótico es un gobierno corrupto.
El pueblo su gente  está por encima de los gobernantes, basando su progreso en la institucionalidad y el respeto y confrontación de las ideas, sin la compra de conciencias corruptora de los estamentos que hacen posible la equidad en un sistema de derecho.
Hablar de progreso va más allá de la solvencia económica y todavía más, de una infraestructura en manos de la incapacidad; hablar de progreso es contar con un material humano incorruptible, capaz de manejar los recursos del patrimonio Carolinense con auténtica transparencia, al margen de banderías políticas. Cuando la corrupción se apodera de las instituciones, el pueblo queda desprotegido, se forma un círculo vicioso de pseudo líderes que juegan a la gobernabilidad, anteponiendo sus propios intereses y no los de la nación, José Carlos Aponte Dalmau solo ve sus intereses individuales.
Es el gran momento de la reflexión “corrijamos lo que está mal”, para eso que la justicia actúe con responsabilidad y “hagamos lo que nunca se ha hecho”, adecentar y educar la sociedad Carolinense hoy empieza Héctor Martínez a dormir en la cárcel Federal por corrupción es un bochornos para todos y una gran pena a la vez, tenemos que unirnos todos sin colores  defendiendo el patrimonio del pueblo, donde la equidad de oportunidades sea el camino verdadero hacia el progreso. El pueblo de Carolina  necesita un “cambio seguro” en “valores”.

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