EL PODER Y EL SENTIDO DE LOS POLITICOS

Por Jose Cheo Cruz

Con el desempeño de los candidatos a puestos electivos en Puerto Rico, según las encuestas, las percepciones del ciudadano, los electores están viviendo de emoción en emoción, especialmente, los que toman la política con pasión. Van y vienen de un estado de ánimo a otro. Cuando ven determinados “resultados” de opiniones  vertidas, expresan a viva voz su alegría, y efectivamente, lo gozan. Cuando la última de las investigaciones del mercado electoral les resulta contraria a sus expectativas, se les cae el ánimo y atacan como las fieras encerradas, aquí esta el caso de las reacciones de los aliados de Carlos Eliseo Rodríguez Pardo en Carolina que son muy pocos e insignificantes por cierto, para el resultado desastroso que se prevee.

Y es que en este país, la política es un deporte, quizás, tanto como en el baloncesto y el béisbol. Y la gente se envuelve, se entusiasma, y la vive día a día. Puras simpatías que nada tienen que ver con quienes se matan por los intereses que buscan asegurar en la guerra por el poder, los políticos viven y se ufanan de ello es su interés.

Dentro de ese temperamento, realizan sus propias “investigaciones” sobre posicionamientos de los candidatos. También consultan a personas que ellos consideran “expertas” en materia electoral.

 
A esas personas, el mejor consejo que se les puede dar es que aseguren su fidelidad, en función de las que pudieran ser sus afinidades con los aspirantes a legisladores, alcaldes y gobernador y sus respectivos partidos.

Asimismo, otra recomendación podría ser que entiendan que Puerto Rico está solamente en un proceso de renovación de sus principales autoridades ejecutivas. Este 6 de noviembre de 2012 el mundo no termina ese día. Al otro día, que es lunes, laborable, todo debe seguir en paz y tranquilidad y su vecino seguirá siendo su vecino y su amigo de ayer debiera seguir siendo su amigo, porque los políticos se matan entre ellos se impulsan a que nos peleemos entre nosotros y ellos son panas en las alcaldías y en el Capitolio incluso en la Fortaleza.

Naturalmente, como para el común Puertorriqueño o Residente de este país la política también es goce, es normal que estas situaciones se produzcan, pero hay que verlas con cierto sentido filosófico, no como para morirse de un ataque cardiaco o derrame cerebral si el domingo  6 de noviembre en la noche los números no dan como usted o yo esperaba.

Lo importante es que los actores candidatos y seguidores cercanos, también contribuyan para que todo termine como debe ser: una fiesta verdaderamente democrática, con una gran ganadora, la Isla del Encanto Puerto Rico.

Lo cierto es que a muchos de nuestros dirigentes políticos Boricuas, se les ve como una especie de zoon politikon (animales políticos), no sólo en el sentido aristotélico del término de su capacidad de relacionarse políticamente, sino por ser personas dedicadas en cuerpo y alma a la actividad política. “Comer política” ha sido una de la característica más relevante de los líderes de mayor éxito en la política Puertorriqueña.

La pasión por conseguir poder define el ejercicio de esta actividad. Competir por una “parcela de autoridad” es la naturaleza de los que viven y sueñan la política. Ahora bien, el propósito final de esta vocación es diverso. Puede ser un poder para servir al país y llevar a cabo las grandes transformaciones económicas e institucionales que se requieren por ejemplo, mejorar el Estado Libre Asociado unos, conseguir la Estadidad otros, o mejorar la calidad de vida de la mayoría de nuestros ciudadanos debiera ser el bien común el norte de todos no importa su ideología.

Sin embargo, otra visión entiende el poder como un fin en sí mismo, y por lo tanto, lo fundamental es centralizar y concentrar el poder en una figura casi mesiánica, que se entiende predestinada a perpetuarse en el control del Estado. ¡Ay qué dolor! Este ha sido el gran mal de Puerto Rico, siempre son los mismos nombres desde su fundación y la nueva generación de políticos no hace nada para enfrentarlo, ahora con la nueva modalidad de perpetuar apellidos, los hijos de lo que estaban están, los sobrinos, primos y familiares en general siguen mamando de la teta gubernamental.

Todo lo contrario, los políticos más exitosos han renegado de la tradición democrática de tantos hombres y mujeres que han luchado por un país de mayor justicia y equidad y han preferido asumir la herencia más autoritaria de la vida política Wilito Miranda Marin y nuestro dictador Jose Carlos Aponte Dalmau el principito.

Esta forma de ejercer la política ha dado espacio a aquellos que se han aprovechado del Estado para enriquecerse y ostentan con descaro, un patrimonio que ha sido fruto de la práctica indecente de la corrupción.

A los líderes que hoy compiten por ganarse el favor del pueblo para gobernar, les corresponde asumir seriamente el reto de replantearse el propósito de alcanzar el poder.

Es necesario entender que la gestión al frente del Estado debe ser para enfrentar los males ancestrales de la sociedad Puertorriqueña, aunque esto no dé crédito político en el corto plazo y eso es lo difícil en nuestra coyuntura histórica de hoy día.