CAROLINA Y LOS OLD FASHION EN POLITICA

Por Jose Cheo Cruz

Hoy quiero hablarle  un poco de teoría de campanas políticas de ayer y de hoy , en las campanas políticas, siempre ha sido lo importante, lo imprescindible  es la apariencia, la percepción que tenga la gente de un candidato cualquiera, es una ilusión óptica y mental que quita o da una victoria a un candidato, eso me parece, no lo han aprendido en el PNP de Carolina hoy día, la percepción es que el Principito Jose Carlos Aponte Dalmau es el bueno, el “bonachón e inofensivo”, y el del PNP es el desconocido, que nada ha hecho por aparecer en la mente de la gente, cuando usted lo menciona te contestan, ¿quien es?  ¡”ni lo he visto por ahí”!, y ni siquiera entre los que se suponen sea su propia gente los PNPs y que las ideas son lo de menos, los contenidos intrascendentes (Joe McGinniss, "Cómo se vende un Presidente, el libro, léanlo en el comité del chisme,  haber si aprenden, lean además el que le recomendé desde el saque las 48 leyes del poder de Green) y por tanto la prensa escrita es no sólo desechable sino perniciosa porque va a los conceptos y profundiza aunque las graficas escritas ayudan por eso “Todo Carolina” el periódico, saca en cada portada la imagen del alcalde inaugurando algo, de esa manera cumplen con su cometido de pagarle la deuda de patentes al Municipio y su arreglo pre determinado.

Esta es aquella forma de concebir las campañas como la de Kennedy y Nixon en el 1964 la imagen, del candidato era y es lo fundamental y el discurso lo secundario.

Casi medio siglo después, esa teoría, que le permitió a Nixon ganar las elecciones del 68, está en entredicho. A estas alturas ha quedado claro que la televisión no es perniciosa en sí misma y que todo depende del mensaje. Si los jóvenes de hoy no leen o leen muy poco, compensan esa carencia, en buena medida, si al "zappear" desechan las fruslerías y se quedan en los canales culturales (no por eso aburridos), en los dedicados a la información, la historia o a los que se enfocan en la astronomía, la religión o los deportes.

En fin, la televisión no necesariamente idiotiza, altera la realidad o miente. Lo único seguro es que hace falta en una campaña y el que no la usa o la tiene lleva una gran desventaja.

A pesar de Unívisión, Telemndo, WKAQ Radio en Puerto Rico y por aquello de la "hegemonía mediática" (el control dictatorial de los medios) Carlos Rodríguez Pardo está privado, a medias, de ese recurso a menos que no lo pague bien y eso es lo que el siempre ha hecho con su negocio, pero en política se gana sin dinero cuando se sabe hacer, y en el PNP de Carolina, no han sabido como usar ese medio. Eso lo ha obligado a realizar una campaña "old fashion", cara a cara, en contacto físico y limitadísimo por el tiempo que le queda, Ramón Luis Rivera el zorro viejo, se lo recomendó, pero empezó muy tarde y ya esta tarde para ablandar habichuelas, y además es grotesco el usar camisas negras con letras blancas, en Puerto Rico, esos colores son de luto, no de alegría son de tristeza y miedo por aquello de los Federales y las autoridades cuando van en incursiones y arrestos en los Residenciales Públicos, por eso y otras consideraciones mas, esos colores no van con la campana alegre de progreso, sino de atraso y desdicha para el pobre.

Carlos Rodríguez Pardo, otro grave error mas cometiste en tu campana privatizada que llevas, no la institucional del PNP, otro error mas no te montaste en la onda de los Estadistas,  se que esos, el negro y blanco, son tus colores favoritos pero son los tuyos, no los del pueblo y es al pueblo que tu y tu campana tiene que gustarle y enamorar. En Cambio, Jose Carlos Aponte Dalmau, el Principito, por su cuenta, dispone de casi todos los medios audiovisuales y luego de haber quebrado, durante mucho tiempo, los cánones sagrados del medio (sólo le falta vomitarse al aire), con resultados asombrosamente buenos, ahora el medio lo traiciona, lo delata, lo expone negativamente (Nixon en el 60) y mientras más energúmeno luce, más votos pierde.

Si Carlos Rodríguez hiciera unos anuncios con temas interesantes luciría en  el medio televisivo y luciera con una imagen fresca, no juvenil, porque es longevo, podría arrollar a su contrincante y su mensaje debiera de ser, breve, conciso y poderoso, de seguro que calaría con la misma fuerza que la conexión emocional.

En otras palabras, Calos Rodríguez Pardo todavía puede disolver la "hegemonía comunicacional del Principito del Apontismo", con la sabia combinación de lo esencial con lo formal. A Jose Carlos Aponte Dalmau lo hunden, lentamente, su mensaje y su imagen y peor sus acciones de día a día en el Municipio. Ahora lo importante es la apariencia, que las ideas son lo de menos, los contenidos intrascendentes (Joe McGinniss, "Cómo se vende un Presidente) y por tanto la prensa escrita es no sólo desechable sino perniciosa porque va a los conceptos y profundiza. En aquella nueva forma de concebir las campañas la imagen, la del candidato era fundamental y el discurso lo secundario.

Casi medio siglo después, esa teoría, que le permitió a Nixon ganar las elecciones del 68, está en entredicho. A estas alturas ha quedado claro que la televisión no es perniciosa en sí misma y que todo depende del mensaje. Si los jóvenes de hoy no leen o leen muy poco, compensan esa carencia, en buena medida, si al "zappear" desechan las fruslerías y se quedan en los canales culturales (no por eso aburridos), en los dedicados a la información, la historia o a los que se enfocan en la astronomía, la religión o los deportes. En fin, de nuevo les digo que la televisión no necesariamente idiotiza, altera la realidad o miente. Lo único seguro es que hace falta en una campaña.

Pero el chisme, la mala fe, la arrogancia manifiesta, la satrapia dentro del PNP de Carolina las exclusiones a granel de gente que son necesarias no es botándolos es integrándolos en el lugar adecuado no tránsfugas al frente sino en las filas y punto, las malas actitudes y muy mala fe y arrogancia de rico no bajan al nivel del pobre de Carolina.