EL MUNICIPIO DE CAROLINA UNA CLOACA REPLETA DE INMUNDICIA Y MALDAD.


Por Redacción de Radio El Faropr.com
Laborar en el Municipio de Carolina, es como estar sumergido en una piscina de excrementos  e inmundicia que hiede a una milla de distancia.  Allí solo se consideran para una promoción o aumento de sueldo a aquellos selectos grupos de empleados que son lambones políticos e incondicionales y cómplices  de los desmanes y desvaríos de la Administración  Municipal.  En el Municipio de Carolina, nunca ha existido el principio de mérito que dispone el que sean los más competentes y preparados  los que tengan una oportunidad a ser seleccionados.  Todo se limita a la afiliación política y/o al padrinaje o nepotismo, (El municipio que mas familiares trabajan sin dispensa) esto es nepotismo rampante que existe y que dejaría con la boca abierta a muchos, pero ética Gubernamental no actúa.
Aquellos que les ríen las gracias y le rinden culto a la maldad que prima en ese Municipio, cometiendo todo clases de injusticias y abusos contra los empleados que son clasificados como potenciales adversarios y desafectos del régimen. Todos ellos se prestan para ser participes de la corrupción moral y espiritual que campea  por su respeto y llegan hasta el punto de mentir descaradamente para fabricarle y hacerles un caso a sus propios compañeros.
Es tanta la maldad que se destila y que se crean en las distintas dependencias, grupos sectarios para provocar y arremeter contra todo aquel empleado que caiga en desgracia con la Administración. Estos grupos son compatibles con los grupos de rápida acción de los hermanitos Castro de la Cuba Comunista y los de Hugo Chávez en Venezuela. Son esos grupos los que disciplinan a todos los desafectos del régimen y  apaleando,  insultando les dicen traidores  y hasta se meten en las residencias para romperle y llevarle todo lo poco que tienen. Este tipo de conducta se le conoce como “mobbing” horizontal, que ocurre cuando  un grupo de empleados para ganarse la simpatías de su superior, se abrogan el manejo institucional y actúan de mutuo y común acuerdo observando una conducta negativa y provocativa con ciertos empleados. El resultado es demoledor, porque el empleado que es victima, pierde su autoestima, ve como día a día pierde presencia en las conversaciones grupales, sus compañeros lo aíslan, cuando él llega a un sitio , ellos se callan y se van del  lugar.
De nada vale en el Municipio de Carolina, el ser  honesto, creativo, eficiente y un buen empleado, es como un pecado capital porque lejos de que le tomen en cuenta, muy pronto se convertirá en victima de “mobbing” descedente (BOSSING)  por parte de su supervisor inmediato, a quien no le va agradar la idea de que usted se destaque mucho y le haga sombra, porque en sus torcidas mentes piensan que usted es un potencial peligro para ellos. De primera instancia las actitudes negativas del acosador son las del aislar al empleado del resto de sus compañeros y lograr que él termine renunciando.  Usualmente los empleados afectados son individuos con demostrada inteligencia, competencia, creatividad, integridad, talento y dedicación.
Todo esto ocurre en el Municipio de Carolina, porque allí se opera con grandes trastornos organizacionales, la insensibilidad y hay falta de muchas normativas.
La presente Administración Municipal padece  síndrome del pez tamborín, o pez guanábana, que se infla  cuando lo sacan del agua y se llena de egolatría y autodefensa para tratar en vano de justificar su irrespeto por  las leyes  y reglamentos.  Esa cloaca apesta y esta hedionda porque allí conviven algunas especies de musarañas y roedores que son nativos del lugar.  Hago la salvedad que allí hay también personas muy dignas y de respeto que merecen nuestra consideración personal, pero la gran mayoría de esas huestes demoníacas no sirven porque nacieron mal alambraos.

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