EN CAROLINA LA CAIDA DE LA DICTADURA ES INMINENTE.


Por José Cheo Cruz
Señores las acciones normales de la administración pública de nuestro pueblo Carolina. se han desdibujado las acciones de buena fe y positivas y se han transformado en vértigos publicitarios.
Por ejemplo, ayer viernes 31 de agosto de 2012, el principito alcalde de Carolina, José Carlos Aponte y Dalmau puso una supuesta “primera piedra” en un edificio viejísimo, mas viejo que Matusalén y lleno de hongos donde no hay una piedra solamente, hay millones de piedras bloques y varillas mohosas, fue un verdadero  ridículo y una pantomima, el inaugurar una supuesta primera piedra para la construcción de un supuesto Hospital, allí han pernotado tantas y tantas dependencia que es de veras un ridículo la acción, pero más que ridículo es el tener que obligar  a todos los empleados a  asistir a dicha pantomima mediática y peor aún, esto fue una acción corrupta y politiquera, solo para aparentar tener respaldo y paralizar todo el Municipio dejando de esa manera al pueblo desprovisto de los servicios esenciales.
Todo con fanfarrias y discursos, en el inicio de la campaña a la reelección de la dictadura,  que simplemente debía asumirse como el cumplimiento rutinario de un calendario, como algo que se realiza rutinariamente, se gastaron miles de dólares del erario publico para exaltar la figura y la egolatría del Principito alcalde de Carolina, todo esto  es una simple promesa proselitista, anda desesperado, sabe que no cuenta con el respaldo de la gente que le rodea, sus empleados, pero no contaba con que se apareciera uno, que no estaba invitado, y le daño el baile, Roberto Rivera, que se llevo los honores y el aplauso hasta del cura del pueblo que también se prestó para hacerle el juego a uno que reniega los postulados del señor Jesucristo y de la iglesia, como el alcalde de Carolina, manteniendo la corrupción rampante, las extorsiones , violando uno de los mandamientos de Dios y que ha creado un régimen convertido en una Sodoma y Gomorra.
En Carolina no se cumple con la ley en ningún aspecto, porque respetar la carrera administrativa significa, sencillamente cumplir con la ley que la creó. Sin embargo, se “reclama “en nombre del Principito ese cumplimiento. Entonces, ¿las leyes se violan si no decide lo contrario el primer mandatario?
La interpretación de ese gesto protector por la maquinaria del PPD en Carolina, dejó además, una “ñapa” pérfida: se colaron en ese reclamo del principito de inamovilidad los funcionarios sin funciones, viceministros y vicecónsules, nombrados por decretos en sus gestiones desacertadas y corruptas, ¡las botellas, de todos los tamaños, que se han montado como por ejemplo, el contrato horroroso y bochornoso del fiscalito, el Lcdo. Héctor Rivera Cruz que ayer allí estaba mirando muy mal a Roberto Rivera por su “Afrenta” de dañarle el baile al alcalde de Carolina.
La tradición reverencial se manifiesta en los verbos que se usan, pertenecientes al dominio lingüístico impositivo, mandatorio: ordenar, decidir, mandar, instruir. Así, las loas emergen, orientando las brújulas hacia otro personaje, queriendo empezar a construir el nuevo mito, pero José Carlos en la cara se le notaba su desencajo y malquerencia por no recibir los loas que esperaba en dicho acto, aunque la primera plana del “Todo Carolina” el periódico, ya esta paga y de seguro que aparecerá en ella el miércoles el desfachatado acto y su sonrisa hipócrita.
En Carolina el PRESIDENCIALISMO exacerbado, que centraliza poder y poderes saca su lengua burlona a Montesquieu,  y al verdadero sentido horizontal de la gobernabilidad,  que se convierte en verticalidad antidemocrática.
Se le llama presidencialismo, influido por los estudios del cientista social alemán Diester Nohlen. En verdad en la raíz de este presidencialismo se enroscan las particularidades típicas del CAUDILLISMO, su persistencia como fenómeno sociopolítico que caracteriza, desde la colonia para acá, las sociedades y estados de América Latina y las Republicas Bananeras.
El proceso de dominación caudillista, amasado con una desagradable mezcla de autoritarismo y de adulaciones que circulan alrededor del “jefe”, ha sido una constante en la administración del Principito José Carlos de Carolina.
En Carolina hoy día se presenta con erudición y talento, una  galería por la que desfila el caudillo, los coronados Borbones de la Madre Patria, como los antiguos gobernadores, capitanes generales de la conquista, y ya luego los republicanos, unos francamente tiranos, otros dictadores, aupados a veces por preceptos constitucionales permisivos de una reelección que culmina generalmente en el continuismo abusivo y represivo como vivimos hoy en Carolina o Cafrolina mejor dicho la Dictadura Constitucional.
Las acciones de la administración del Principito alcalde de Carolina nos muestra por momentos intransigencias caudillistas, cierto mesianismo que no cuadra en sus humildades cotidianas que ha caracterizado a nuestro pueblo poblado en sus inicios por gente negra y humilde.
Mientras tomo notas ayer del acto de mis informantes para En Plural llevárselos a ustedes por estos medios  y para la historia, medito. Llego a una conclusión casi perogrullesca: el ejercicio caudillista no es un acto en solitario, producto de la voluntad cesárea y la ambición de poder absoluto de un individuo.
Se requiere, más que nada, los imagino obsecuentes, inclinados, serviles, a los áulicos como los acólitos de José Carlos que no se abochornan que le dirán a sus nietos, que dirán a sus proles cuando se escriba la historia de Carolina Puerto Rico, de sus barbarismos en pleno  siglo XXI; también se necesita la cobardía de muchos, el miedo a perder canonjías, privilegios, rangos, impunidades en esta administración pero por lo bajo todos saben que andan actuando con un ventajismo y represión sin precedente en la historia Boricua a todo lo que se mueve en su dictadura.
La vida, gracias a Dios, ahora no se pierde tan fácil por no ser cómplices,  por no arrodillarse; pero sí, la buena vida, aunque nos amenazan de ambos bandos PPD y PNP.
En los pasillos del Palacio del Principito, el quinto Piso, deambula el fantasma de Pinoché, Hitler y Trujillo. Pienso si junto a ellos, a lo mejor vagan otros fantasmas, y que todos aconsejan muy mal, seducen y malean al alcalde gobernante, que llegan al Palacio, hasta que se convierten en caudillos. Sobre todo los que ya son pichones como este José Carlos y se van hinchando entre adulaciones del “anillo” y consejos susurrados desde el Más allá, ¡Hay José E. Aponte de La Torre! me imagino que tu no andas por esos Lares de fantasmeos.
Aunque los que conocen la política saben que nada es eterno en el mundo , pero me resulta curioso el temor de la oposición del PNP que nada dice ni hace, le tienen un miedo a Apontelandia que se orinan y ensucian encima del miedo , y el pueblo sigue sufriendo los embate de esta dictadura, esperamos en Dios todo Poderoso que el día mas claro llueva y la chepa se acabe, No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista y acabemos para siempre con esta maldita dictadura, con este inepto ególatra que no debe durar mas tiempo en nuestras espaldas,
El Principito NO posee vocación caudillista, por el presidencialismo que muchos asumen a su alrededor, el no es un líder natural. No lo posee  trocando en singular el plural que debe caracterizar un buen gobierno, me permito ofrecer este consejo: “Que  los funcionarios ni los medios les hagan coro a los fantasmas del Palacio” que se den a respetar porque el pueblo los juzgara en su momento.

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