LA SANA RELACION CON LA PRENSA

Por José Cheo Cruz

La más sana relación entre un gobierno y la prensa es la de adversario. Esto debería ser la divisa principal del periodismo ante el incansable empeño de la administración del Principito de Carolina Puerto Rico, José Carlos Aponte Dalmau, de controlar a los medios a través de una fanática adhesión y la compra de conciencia de muchos o la mayoría de los medios y con fondos públicos peor.

Nunca antes, se había visto en Puerto Rico el infeliz espectáculo de periodistas difamando a otros periodistas por no compartir las políticas oficiales de Apontelandia. Nadie, a excepción de un fanático, se presta gratuitamente a esa tarea humillante. En modo alguno incluyo en esa lista a aquellos que por convicción asumen su derecho a defender a un líder o a un gobierno, que  hoy son muchos y a quienes valoro, porque lo hacen con dignidad y con respeto a las ideas ajenas y entre los cuales hay periodistas de mucha categoría también pero Rubén Sánchez mi hermano es un ridículo de marca mayor. 

La obstinación oficial del gobierno de José Carlos Aponte Dalmau, el principito y Calígula de Carolina Puerto Rico, por neutralizar la labor crítica de la prensa derivará en conflictos internos en algunos medios importantes. Se sabe de llamadas telefónicas a directores y propietarios de periódicos y otros medios expresando quejas por algún editorial, el despliegue de una información incómoda para el gobierno como el asesinato de los perros realengos con un maltrato de animales de madre o la presencia en las facilidades deportivas publicas de alguien no bien visto en las alturas del poder del 5to piso. Y lo que es peor aún, la imposición de personas ajenas a un medio para vigilar o sugerir lo que allí pueda difundirse. Afortunadamente quedamos medios y periodistas independientes, que valoramos la importancia de una prensa plural en un clima de amplia libertad, sin limitaciones que no sean las que establecen las leyes y las buenas costumbres. El rechazo de la crítica priva al gobierno Municipal de Carolina de una visión más cercana de la realidad. Le informa sobre aquello que no le tratan nunca sus colaboradores. La esperanza es que se tenga una visión distinta del rol de la prensa pero así son los dictadores.