LA ESTADIDAD VS. LA ISLA DEL DESENCANTO
Hernán
Padilla
Desde su descubrimiento, Puerto Rico padece de un
gran conflicto sobre su identidad política y su relación política, económica y
social. Desde el 1898, esta condición ha impedido lograr la igualdad de
derechos y beneficios que le corresponden a los Estados de la Unión
americana.
La esencia del ideal de la estadidad se fundamenta
en unos principios básicos. El federalismo le da vida, permanencia y estabilidad
al derecho, el orden jurídico, el predominio del poder pueblo sobre los
gobernantes, la fuerza de la libertad de expresión y de la prensa y la
responsabilidad ciudadana que son la esencia de nuestro ideal.
“Los ciudadanos de todos los estados,
independientemente de su origen, son iguales ante las constituciones y las
leyes de la Nación y las de cada uno de los estados. Gozan, además, de completa
libertad de movimiento, comercio, industria y empleo en todos los estados.
Millones de puertorriqueños disfrutan de esas libertades en los estados”. Cita
de José Garriga Picó, Doctor en Ciencias Políticas.
El Estado de Puerto Rico tendrá todos los poderes
incluidos en la Constitución de Puerto Rico y además todos las potestades de un
estado de la Unión Americana, como lo define y garantiza la Décima Enmienda de
la Constitución de los Estados Unidos, con los mismos derechos, privilegios, deberes y oportunidades
económicas que tienen los ciudadanos de los cincuenta estados federados.
La soberanía reside en el pueblo y es el pueblo
quién sostiene el poder político. Con
la estadidad, disfrutaremos plenamente de la soberanía ciudadana y estatal, compartida
dentro de la nación americana sin que el Congreso, unilateralmente, como lo
puede hacer ahora bajo del ELA territorial, restrinja los poderes autonómicos
del estado.
Le pondremos fin a la condición de inferioridad
política colonial de un “territorio” sujeto a los poderes plenarios del Congreso.
bajo la “Cláusula Territorial”.
La estadidad es el único status que nos preserva y garantiza la ciudadanía para
las futuras generaciones. Asegura la igualdad ciudadana y todas las garantías constitucionales como
ciudadanos americanos y nacionales de los Estados Unidos.
La estadidad nos reconocerá el
derecho de votar en las elecciones
federales/nacionales; elegir cinco Representantes y dos Senadores al Congreso; el voto presidencial y poder político
dentro de la Nación Americana.
La estadidad hace realidad el compromiso del
preámbulo de la Constitución de Puerto Rico: “la lealtad a los postulados
de la Constitución Federal” y “la convivencia en Puerto Rico de las dos grandes
culturas del hemisferio americano”.
La estadidad fortalece y garantiza la identidad
individual puertorriqueña que nace de habernos desarrollado inmersos
en esas” dos grandes culturas”. La cultura puertorriqueña no es incompatible con la cultura americana a
la cual nos hemos integrado.
La estadidad sostiene y garantiza las aspiraciones
de ley y orden, el debido proceso legal, libertad personal y económica y
oportunidad para labrar un futuro feliz en armonía productiva, conjuntamente
con nuestros conciudadanos de los Estados Unidos de América.
Fuera de la
estadidad federada en la Unión Americana, Puerto Rico permanecerá en un
limbo político; condenado al
desorden social y la miseria económica. Puerto
Rico sería la “Isla del Desencanto".
Que no
quepa duda, este Referéndum es plebiscitario y definitorio. Advierto a los que han
considerado votar SI bajo ELA territorial fracasado, que es un voto a favor de
la pobreza, el desempleo, a favor del discrimen del actual discrimen en viviendas, servicios
de salud, a los veteranos y educación y un rechazo al derecho a la igual
protección de la Constitución de Estados Unidos. Sería auto-flagelación política.
Para garantizar un
futuro seguro, todos los defensores de la estadidad y los muchos populares que
quieren la unión permanente y valoran la ciudadanía americana tienen una sola
opción: Votar que No al ELA territorial fracasado y votar bajo la Estadidad, la
estrella y el 51.
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