NADIE AFILA CUCHILLO PARA SU GARGANTA HAY QUE SER GUAPO.


Por José Cheo Cruz
En el mundo después de los grandes conflictos, de las peores devastaciones, llega un prolongado período de paz, de crecimiento económico y espiritual, de armonía social. Es lo que nos enseña la historia en otras palabras nunca es mas negra la noche que cuando va amanecer.
En la primavera de 1914, con los inicios de la Primera Guerra Mundial, las mujeres, los padres y los hijos británicos despidieron a los soldados en el andén del ferrocarril con un beso, una sonrisa, una flor en el cañón del fusil y un ¡hasta pronto! El 95 por ciento regresó con vida.
Dos décadas después los despidieron también, camino a la Segunda Guerra, pero con lágrimas, sin flores, con un callado ¡hasta nunca!. El 87 por ciento murió en los campos de batalla.
En ambos acontecimientos hubo un presentimiento que se cumplió a cabalidad... Es la sensación que dejan los líderes a sus pueblos cuando les dicen la verdad, cuando no dejan espacio a la duda...menos a la mentira.
Churchill emergió de los escombros de Londres como uno de los grandes líderes de la humanidad, en hombros de su pueblo que aún no terminaba de enjugarse las lágrimas por sus millones de muertos. Hitler terminó satanizado por la historia.
Y no precisamente porque la historia la escriben los vencedores...
La clave estuvo en que uno, Churchill, llamó a su pueblo al sacrificio por la patria y el honor... Mientras el otro, Hitler, lo llamó a la gloria de una impolución racial sencillamente inhumana.
En todos los tiempos, desde que el mundo es mundo, las crisis económicas afectan a la estabilidad de las naciones.
Porque extreman las pasiones y devienen crisis políticas y consecuentemente crisis sociales.   Es el cáncer político que corroe las entrañas de la humanidad en estos tiempos.
La más cruel expresión de esta crisis global se está produciendo en algunos países de Europa que luchan por salir del empantanamiento económico en que cayeron tras la explosión de la bomba inmobiliaria norteamericana cuya onda expansiva repercute todavía en los cinco continentes.
España se encuentra hoy en el remolino de esta crisis con una población que se resiste a plantar cara a un reordenamiento económico que se traduce en recortes sustanciales en los programas sociales del gobierno, algunos de ellos conquistas laborales logradas hace más de 30 años y que implican una degradación importante en los sectores de ingresos medios y bajos.
El paro laboral se aproxima al 25 por ciento de la población económicamente activa, con más de cinco millones de ciudadanos que han perdido su plaza de trabajo o que no han podido incorporarse al sistema productivo.
La situación se agrava porque la gente está en la calle reclamando solución a una crisis que no tiene salida mágica. Sólo el pasado viernes hubo más de 60 manifestaciones callejeras en Madrid.
En algunos casos la fuerza pública ha cargado contra grupos de manifestantes violentos que se arremolinan en lugares públicos, como el pasado 25 de septiembre en los alrededores del Congreso de los Diputados. Esos hechos se saldaron con más de 20 oficiales heridos y otros tantos manifestantes.

El gobierno del presidente Mariano Rajoy, de España, tiene apenas nueve meses. Es un gobierno que en situación de normalidad estuviera todavía de luna de miel con su pueblo.
Luis Fortuño, el gobernador de Puerto Rico, tuvo que en los primeros dos meses apretarse los cinturones para que esto mejorara en Puerto Rico y eso no lo quieren entender los oportunistas politiqueros.
Ambos escenarios, el español y Puertorriqueño, coinciden en que los dos gobernantes llegaron al gobierno en situación de serios déficits presupuestarios, Puerto Rico hasta cerró el gobierno con Aníbal Acevedo Vilá a la cabeza.
Rajoy tiene a quien culpar, su antecesor Rodríguez Zapatero, del PSOE, un partido opuesto al suyo... Luis Fortuño tiene que  culpar a sus antecesoras, Aníbal Acevedo Vilá y Sila Calderón del Partido Popular Democrático.
Luis Fortuño ha estado obligado a introducir reformas a nuestro sistema tributario para superar el déficit a partir de un diagnóstico viejo de nuestra economía que debió acometerse hace tiempo, pero nadie tenia el valor de hacerlo por temor a las consecuencias.
Pero no se pudo hacer antes por una razón simple, fácil de entender: Porque se pierde simpatía en el seno del pueblo y eso le mete miedo a los políticos oportunistas de la búsqueda de llenar sus bolsillos y no el bien común el sistema clientelar de política.
¡Y en política nadie afila cuchillo para su garganta...! 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA HISTORIA DE ABSALON EL HIJO DEL REY DAVID Y CAROLINA

EL PAJARO SE CONOCE POR LA CHURRETA

EL PPD Y EL MUÑECO DE LOS SIETE CULOS