DIME CUÁL ES TU ESCALA DE VALORES Y TE DIRÉ LO QUE VALES.
Por José Cheo Cruz
Hoy he
encontrado como una desengaña grandemente en la vida como somos tratados por la
falta de valores éticos de muchas personas que confías en ellos y son unos
inmorales, son unas personas sin ningún valor ético y u escala de valores es
muy baja.
La riqueza
fundamental del ser humano reside siempre en la persona y nos viene dada por
los valores que poseemos, ese es nuestro gran tesoro, y la mejor riqueza de una
sociedad se encuentra en los valores que la caracterizan como pueblo.
La educación
en valores es, consecuentemente, la más importante tarea a realizar en la
sociedad humana. En ella está la fuente, tanto del progreso como de la
felicidad hoy noto que la falta de valores éticos y educación influye en
nuestras relaciones.
La pérdida o
la crisis en valores que padecemos hoy día en Puerto Rico es la mayor de las
pobrezas que puede padecer nuestro pueblo Boricua, ver ayer el espectáculo
montado por mujeres en el velatorio de Héctor El Macho Camacho, mi madre, pues
la ausencia de valores desemboca en un sinsentido de la vida de las personas y
de la historia de los pueblos eso fue lo que vimos ayer en el Departamento de
Recreación y Deportes la falta de valores que padecemos.
Cuando
aparece una crisis en valores, ésta se convierte en la fuente de otras muchas
crisis, siendo en el fondo la causante de ellas y eso fue lo que vimos tres
mujeres disputándose la supremacía de El Macho.
Los valores
son aquellos bienes universales que pertenecen, en primer lugar, a nuestra
naturaleza como personas y que nos humanizan porque mejoran nuestra condición
de personas y perfeccionan nuestra naturaleza humana. Si no descubrimos lo que
somos, tampoco descubriremos los valores que nos convienen. Cuanto mejor
percibamos nuestra naturaleza, tanto más fácilmente percibiremos los valores
que le pertenecen. Nuestros valores corresponden a los distintos niveles o
dimensiones que tiene nuestra vida. El ser humano al tener una naturaleza,
además de terrenal, sobrenatural es portador de “vida eterna” creerán en Dios
esta gente que ni ante la muerte solemne se comportan.
Por tener una
dimensión sobrenatural, buscamos de forma natural la trascendencia. Fuimos
creados para ir más allá de nosotros mismos, para tender hacia arriba, hacia el
Absoluto. San Agustín expresó esta verdad justo al inicio de su libro Las
Confesiones, donde dice: ´Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está
inquieto hasta que descanse en ti. Nuestra trascendencia como seres humanos es lo
que da sentido y significado a nuestra vida sobre la tierra. Si el ser humano
cultiva los valores religiosos es porque ellos corresponden a la verdad más
profunda de su ser y de ser así no estuviéramos los problemas de drogas que
padecemos.
Por eso, cuando
hablamos de valores, es fundamental hablar de la escala en que colocamos dichos
valores, pues la jerarquía de valores es de una gran importancia para lo que es
esencial, para saber vivir de cuerdo a lo que somos nuestro comportamiento es
demostrativo de nuestra escala de valores que hoy padecemos en Puerto Rico.
Todos podemos
comprobar cómo el amor, la ternura, la convivencia pacifica, la solidaridad
entre nuestros congeniares, el trabajo creador, la participación en una fiesta,
la oración han adquirido una intensidad diferente y, entonces, hemos sentido el
gozo de vivir y desde lo profundo de nuestro ser, nos hemos dicho a nosotros
mismos: “esto es vida” por eso creemos en ayudar al prójimo como a nosotros
mismos.
Cuando
nuestra vida está fundamentada en la auténtica escala de valores adquiere una
calidad y profundidad nueva y llega a ser una vida que pertenece al mundo
definitivo. Es una vida que no puede ser destruida ni por una enfermedad, ni
por un accidente en el cruce de una carretera. Es una vida para siempre porque
después de esta vida esta Dios esperándonos en el cielo allí se que si cumplo
con los valores que me esculcó mi madre Consuelo Jiménez la veré y compartiré
con ella Gracias Madre mía se acerca la Navidad, fue en 1992 enero 12 de ese año que triste fue tu
partida espérame allá que allí nos veremos si Dios me ayuda y cumplo con la
promesa que me inculcaste desde niño.
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