¿QUÉ ES PUERTO RICO HOY?
Por José Cheo Cruz
En este país,
Puerto Rico, nos hemos, lamentablemente, acostumbrado a muchas cosas. A
que el cumplimiento de la ley sea discrecional y que se sientan
exceptuados del mismo una casta de intocables, desde los chóferes de guaguas y
camiones y transportistas, para quienes las leyes de tránsito no aplican, hasta
los políticos y funcionarios que no cumplen con sus deberes y aplican la ley
antojadizamente y muchas veces por extorsiones a los beneficiarios de sus
servicios.
Nos
acostumbramos también a tolerar la corrupción, a que se justifiquen los bajos
salarios de los policías porque reciben en adición a estos coimas en
empleos privados que representan conflictos de intereses y a que éstos presten servicios a particulares o manejando
empresas de seguridad privada relegando su misión; a que sea normal que un
ejecutivo o funcionario reciba comisiones para manipular compras y
contrataciones; a que los políticos beneficien a sus acólitos y familiares a
expensas del Estado con puestos de trabajo, contratos, becas, apartamentos y
otros; a que los funcionarios se asignen beneficios muy por encima de lo
que la ética ordena y tener seguridad personal 24 horas.
De igual
forma nos habituamos a que en cada crimen hubiera la complicidad
de miembros de organismos de seguridad, a que el tráfico de Drogas y bienes gozara de la complicidad de las
propias autoridades, a que nuestras instituciones y funcionarios perdieran todo
concepto de austeridad en el gasto, permitiéndoles lujos y gastos escandalosos
para un país como el nuestro llevándonos hasta la bancarrota y esos fueron Sila
y Aníbal y se encubre hoy día ese hecho.
Asimismo nos
hemos acostumbrado a que no haya consecuencias por violar la ley y la
Constitución para el poder político, y les hemos permitido que decidan a
voluntad cuándo una ley debe cumplirse; que irrespeten los mandatos legales o
los plazos establecidos en leyes y hasta en la propia Constitución y que hayan
impuesto un Estado de Reglas lejos de uno de Derecho entiéndase el caso del
Principito de Carolina José Carlos Aponte hacen los que les viene en gana con
los derechos de los trabajadores y comerciantes..
Pero es ingenuo
pensar que todo esto pasa sin consecuencias. Lo cierto es que hemos
creado un país en el que las leyes e instituciones no sirven a los fines que
deberían, las cuales son tan numerosas y costosas como
ineficientes; en el que la mayoría de los funcionarios carece de autoridad
moral y da un mal ejemplo, por lo que no debería ser una sorpresa que hayamos
cosechado una sociedad que se resiste a cumplir la ley, que tiene
los valores invertidos, en la que se desprecia el buen nombre, los
méritos académicos y la moral y se rinde culto a lo vano, a las
riquezas a cualquier precio que se convierten en llave de acceso a los
“mejores” ambientes.
Por eso no solo
no hemos superado los problemas fundamentales del país durante estas décadas en
que tantos recursos han sido derrochados, como la educación, la ética, la moral
la salud pública, sino que hemos añadido otros males mayores como el
narcotráfico y la criminalidad que ponen en peligro no solo la vida de los
ciudadanos sino las fuentes de generación de riquezas y empleos el deporte se
ha prostituido por una caterva de buscones que han creado un lucrativo negocio
con el deporte para niños y adolescentes.
Nuestra sociedad
Puertorriqueña de hoy, está pagando las consecuencias de haber vivido sin
consecuencias. Todavía estamos a tiempo de cambiar este sombrío panorama, pero
para ello será necesario tomar las decisiones que irresponsablemente hemos
postergado veremos si se atreven porque vivimos en un país donde si usted
critica al gobierno para que lo hagan mejor usted es enemigo a muerte y oo
persiguen le fabrican de todo tipo de conjura para joderlo.
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