LA MISMA BASOFIA Y CRIMEN DEL BLUE RIBBOM
Por José Cheo Cruz
En Puerto Rico hoy los oficialistas del Partido
Popular Democrático con sus aliados de ocasión los emergentes constituyen algo
más del cincuenta por ciento del país, pero se creen con el derecho de aplastar
a la otra mitad que los adversa porque logran contabilizar una proporción algo
mayor de votos en las urnas electorales unos 12,200 votos. No entraré a
examinar el ventajismo, los abusos de poder y todas las malas mañas de las que
se valieron para obtener esa mayoría pírrica. Me limitaré a destacar que esa
superioridad numérica y la legitimidad de origen que la acompañan, no le
confieren al régimen imperante el talante democrático intrínseco a las
democracias modernas.
Para alcanzar este estatus hay que cumplir otros
requisitos que Agapito en Agapilandia se encuentra muy lejos de satisfacer.
Garantizar la vida y seguridad colectiva resulta esencial. En una nación donde
los delincuentes se apropian de los espacios públicos y los jóvenes son
despojados de las noches, es imposible que se ejerza la ciudadanía en los
términos que demanda el sistema de libertades.
Los métodos utilizados por la cúpula Popular para
mantener la democracia en terapia intensiva varían. Uno de ellos se manifiesta
en su intolerancia, hasta la complicidad, con los criminales. El hampa se
adueñó de las calles, avenidas, plazas y, desde ciertas horas, hasta de los
centros comerciales, sin que el Gobierno de Alejandro García Padilla, “Agapito”,
tome ninguna iniciativa importante para acabar con el cerco.
El ominoso asesinato de jóvenes a diario y en masacres
en manada , junto a los centenares de muertes violentas que se producen en Todo
Puerto Rico pero especialmente en las áreas metropolitanas y muchas otras
ciudades del país día tras día, rebela el proceso de descomposición de un país
donde el Gobierno perdió la autoridad, el Estado de Derecho se extingue, la
fuerza de las pulsiones atávicas se desataron sin ningún tipo de control y la
delincuencia impone su ley, que es la del más fuerte, el más desalmado, el más
violento.
Al lado de la criminalidad social encontramos la
violencia institucional ejercida por la clase que busca engañar al pueblo ahora
persiguen al opositor el modus operandin del PPD cada vez que asume el poder en
Puerto Rico van contra la oposición. La
agresividad irrespetuosa del Liderato del Partido Popular de Puerto Rico viola todos
los principio de las democracias modernas: la tolerancia con el oponente, son
implacables con el opositor.
El miedo a perder el poder, la precariedad de Jaime
Perello, Eduardo Bathia y Alejandro García
Padilla, la red de intereses subalternos que se han tejido en las Fuerzas del
desastre decían que no habría escusas y viven constantemente dando escusas y en
la politiquería vergonzante y la culpa de todo lo que acontece hoy es de Luis
Fortuno y la pasada administración, no quieren aceptar que es la descomposición generalizada de una casta
que lleva sesenta años disfrutando del
período gubernamental más prolongado y nunca traen progreso alguno ¿que han
construido en sus ultimos12 anos de poder el PPD?, esa es la pregunta que no
sea perseguir y enriquecer a sus amigotes , han desatado un nivel de virulencia
inédito contra la Mesa de los Estadistas y el PNP y los líderes democráticos.
La cúpula de Agapilandia , a través de las
Legislaturas Cámara y Senado, han desplegado una guerra de exterminio contra todos
los opositores, parecida a la que el
hampa mantiene contra los ciudadanos. La etapa inicial contempla la
aniquilación de Primero la Gente te metieron las manos en los bolsillos y te sacaran
el dinero de seguro. Existe una convergencia objetiva de intereses entre los
herederos de Muñoz Marín y los
delincuentes. Estos mantienen aterrorizados a los ciudadanos para que no
salgan, para que renuncien a las áreas urbanas; aquellos tratan de paralizar,
desarticular y desmovilizar a los sectores democráticos, con el fin de que el
régimen se asiente y se consoliden mintiendo y expulsando a los empleados ya
van 13,000 sin ley 7.
Como no conocen otra forma de gobernar y ejercer la
autoridad, apelan a un instrumento clásico del fascismo: el uso de los poderes
del Estado para imponer su dictadura. El objetivo consiste en pulverizar al PNP
y a los Estadistas con el fin de que la transición se efectúe sin riesgos ni
sobresaltos. Quieren ir a unas elecciones donde el adversario sea una figura
débil, fácil de vencer eso lo veremos el PNP resurge si se lo proponen sin duda.
Padecemos la dictadura de los violentos del Partido
Popular Democrático sin duda en Agapilandia con Agapito.
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