PORQUE NO APRENDEMOS DE NELSON AMNDELA

PorJose Cheo Cruz

Sin Duda que en al vida de Nelson Mandela tenemos elejemploque Dios nosdejo en el mundo y que ninguno sigue,de doces dicipulos uno lovendio y otrolonego tres veces, Melson Mandela despues de haber sufrifola injusticia mas grande del mundo paso 26anos preso por defender a sus congeneres y en Carolina nospersiguen por exijirles sean honestosyque no sigan persiguiendoalos humildes, a los necesitados yd ejen su mundo de aparhey deblanquito.

Durante el contexto de la Guerra Fría, la humanidad conoció a este coloso de la libertad que se convirtió en el prisionario político más antiguo y más famoso del mundo, luego de pasar veintiséis años encarcelado por su lucha en poner fin al oprobioso sistema de segregación racial denominado apartheid, mediante el cual una minoría de apenas 12 % de ciudadanos blancos sudafricanos gobernaban y subyugaban inmisericordemente al 88% de los habitantes de color negro nativos de ese gigantesco país del África negra.

Al salir de la prisión en el año 1994, Nelson Mandela se constituyó en un icono y un paradigma de dignidad para su pueblo, el cual le eligió para ejercer la presidencia de la República la cual desempeñó por tan solo un período presidencial, negándose a presentarse a la reelección, no obstante el alto índice de aprobación de su gestión presidencial que le garantizaba la continuación en el poder sin ningún tipo de dificultad.

Durante su ejercicio de gobierno no practicó la venganza contra sus antiguos carceleros ni promovió la violencia racial de la inmensa mayoría negra contra la minoría blanca, ni la retaliación política contra los que lo precedieron en el ejercicio del poder. Mandela tampoco utilizó el peso y la gravitación de su liderazgo para atizar el odio social ni de clase en su dividido país, sino que por el contrario promovió la reconciliación y la convivencia pacifica y armoniosa entre todos los habitantes de su país sin distinción de raza, color, clase, ni creencia religiosa, ni concepción política o ideológica.

Cabe destacar su peculiar vínculo con el poder el cual consiguió por la vía popular y al que no se aferró, ni lo convirtió en un fin por si mismo, ni en un objetivo político personal de manera permanente.

Líder indiscutible de su partido el Consejo Nacional Africano, Mandela no se perpetuó en la dirección del mismo y facilitó la promoción y el surgimiento de otros liderazgos que lo sucederían en su conducción y en el asenso a la presidencia de la República tales como sus compañeros Olivier Bambo y Yako Zuna, en una muestra indiscutible de convicción democrática en una región del mundo donde la misma no es abundante.

Revindicó el origen de sus raíces estableciendo una residencia en la aldea de donde era originaria su familia, y prefirió una vida simple rodeada de sus compueblanos a los grandes oropeles  que pudieran ofrecerle una villa o un apartamento de lujos en unas de las grandes metrópolis del mundo, dada su condición de estrella mundial y paradigma de la humanidad. Muchas son las cualidades que se puedan resaltar de este ícono  viviente que la brevedad de un artículo no permiten mencionar.

Finalmente, son estas virtudes y otras muchas que convierten a Nelson Mandela en un símbolo positivo para la humanidad y en un ícono que debe serimitado, respectado y admirado por los presentes y futuras generaciones, en un momento en que la humanidad está en crisis de líderes y valores humanistas como los practicados por él, los cuales rechazaron la violencia, la venganza, la exclusión social, la segregación social, la injusticia, la inequidad, y por el contrario, promueve la paz, la convivencia pacífica sin importar raza, color, ni religión, la justicia, la solidaridad social, la equidad y el progreso en provecho de todos los seres humanos.