EL SENTIDO QUE TIENE VIVIR.
Por José Cheo Cruz
¿Tiene
sentido mi existencia? ¿He podido dar con una razón primordial, irrecusable que
permita no ya aceptar, sino apetecer esta travesía de carne transitoria que
hemos llamado "vida"? ¿Posee la efímera criatura que soy, y cuyo
ineludible final será la cremación, atributo o valor que por su inestimable
dignidad merezca preservarse en algún lugar? ¿Hay algo en mí de inescrutable
índole -norte de luz que rija la conducta- que negándome obstinadamente a
sucumbir ante los avatares del enemigo de las almas, que esquivando el brutal
zarpazo de la muerte me induzca a consagrarme, desde la soledad precaria de
esta pasajera presencia corporal, sólo a lo que perdura? La vida con
Dios y ayuda al prójimo sin mirar a quien, aunque luzca Quijotesco o de tontos
como algunos me dicen y acusan...
¿Vale
la pena acaso nacer, crecer, madurar, envejecer y morir cuando por desidia,
imprevisión o descuido renunciamos a la posibilidad de entregarnos a alguna
causa noble, a la ayuda a los demás, a nuestros hermanos, a alguna levantada labor que aunque pueda
figurársele a la mirada desatenta de la muchedumbre poco heroica y de ordinario
viso, lo mío el deporte y desarrollo de
un mejor Puerto Rico, Estado 51, y que esas acciones tengan no obstante la
virtud de hacernos trascender hacia lo que está más allá de nuestra persona,
consintiéndonos dejar atrás, como hace la serpiente cuando muda la piel, los
inevitables errores, mezquindades y torpezas en que es pródiga la portentosa
aventura de pensar, desear y sentir…?
Empero
he aquí que una funesta enfermedad de la conducta, una pandemia que oblitera el
costado moral del comportamiento humano ha hecho presa de la población mundial
en los días que corren y se ha instalado como en casa propia en cuanto espacio
cultural, político y deportivo atesora nuestra civilizada sociedad,
estableciéndose en nuestros dominios al parecer para quedarse; tal enfermedad
tiene un nombre harto conocido: nihilismo…, nihilismo que no es otra cosa que
la brusca y destemplada afirmación de la carencia de sentido del hombre, que
debe ser seguir a Jesucristo como nuestro salvador personal.
En
este Puerto Rico de Alejandro García Padilla y el PPD…., suframos con dignidad
ya que el dolor y la tribulación son parte de la vida; y tengamos la precaución
de no echar en saco roto la evidencia de que al sufrimiento que padecemos hoy
en todos los órdenes, sobre todo enfrentar el sufrimiento en la fragua donde se
templa el acero, es imperioso conferirle sentido y luchar por un mejor porvenir para nuestros
congéneres donde hagamos un Puerto Rico de oportunidades sin colores.
Hoy les digo, hay que convertir los fracasos en oportunidades.
Es una invitación a mirar cualquier dificultad en la
vida, cualquier inconveniente convertirlo en una oportunidad que nos pueda
ayudar.
También, hay un refrán popular que dice que: “La
oportunidad es calva y hay que tomarla por el pelo que pueda tener”.
Por eso, las oportunidades en la vida no deben dejarse
pasar por alto. Pero también hay una frase muy negativa en la mente de muchos Puertorriqueños,
y es esta: en la política Boricua de buscones y oportunistas politiqueros hoy que dicen “esta es tu oportunidad, aprovéchala”.
Es una invitación a hacer del puesto público, del
cargo público, del funcionario público una oportunidad negativa.
Hay que utilizar y aprovechar las oportunidades de la
vida, pero uno no puede utilizar las oportunidades de la vida para negar los
propios valores, porque no toda oportunidad hace bien ni es útil.
De manera oportuna, aprovechemos fracasos y otras
circunstancias de la vida, pero no hagamos de los puestos como funcionarios públicos
ni de otros lugares una oportunidad para enriquecernos o para adquirir poder de
manera ilícita.
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