Integración y Transformación cultural
Por Hernán Padilla
Cuando se analizan algunos rasgos de nuestra manera de
ser, pensar y reaccionar, tenemos que aceptar que Puerto Rico ha estado inmerso en la cultura de los Estados Unidos por
más de 115 años.
No podemos negar el impacto que han tenido y tienen
las agencias y programas federales sobre la vida de los ciudadanos americanos de
Puerto Rico, porque la ciudadanía de los Estados Unidos define varias de las
características que nos hacen puertorriqueños y americanos.
Veamos algunas referencias. Cuando ocurre una
emergencia atmosférica, inmediatamente se identifica a FEMA como la agencia que viene a socorrer a los
damnificados; si se afecta la
agricultura recurrimos a los seguros agrícolas del Departamento de Agricultura federal y cuando hay un
problema en las costas de Puerto Rico o en alta mar, esperamos la asistencia del
“Coast Guard”.
Si alguna acción afecta el medioambiente, los
ambientalistas locales y los afectados reclaman que la EPA federal tome acción.
Ya es parte de nuestra historia el “National Park Service” en el Morro y San Cristóbal;
y la presencia protectora de los recursos naturales del “USDA Forest Service”
en El Yunque (Caribbean National Forest); el “US Fish and Wildlife Service” en
Cabo Rojo, Culebra y la Laguna
Cartagena y el “National Ocean Service”
en el Estuario Nacional de la Bahía de Jobos.
También es parte de nuestra historia la participación
de miles de militares puertorriqueños en la defensa de la democracia y la paz
mundial, como miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Cuando hay que preparar comida para los comedores
escolares, proveer fondos para las escuelas públicas, becas Pell y ayudas para
los estudiantes universitarios, dependemos del Departamento de
Educación federal. Es evidente la transformación social que ha ocurrido
gracias a los proyectos de Vivienda y subsidios
de alquiler del Departamento de Vivienda (HUD) federal.
Acudimos a Medicaid cuando necesitamos recursos para
los programas de salud y especialmente para la cubierta del seguro de salud.
Las personas mayores cuentan con
Medicare y los beneficios del Social Security para su seguridad.
A los puertorriqueños les gusta viajar, particularmente
a algunos de los estados, donde residen muchos de sus familiares. Cada paso en
el aeropuerto los envuelve más en la cultura de ley y orden americana. Pasan Agricultura federal y “Security”, sus vuelos
están controlados por el FAA y cuando regresan de un país extranjero los recibe
Aduana federal.
La seguridad es tan importante para nosotros que la mayoría aplaudimos cuando los fiscales
federales investigan casos de corrupción gubernamental y el FBI interviene para
proteger nuestros ciudadanos en todo Puerto Rico. EL FBI y la Corte de Distrito
Federal son parte de la nueva cultura puertorriqueña.
No podemos olvidar el rol del Correo (USPS), pero no
cabe duda que la nueva tecnología y los viajes frecuentes a los 50 estados han promovido la integración y transformación
del Puerto Rico moderno a la sociedad y cultura americana. No existe actividad
humana en la que no se sienta el acercamiento cultural entre Puerto Rico y el
resto de nuestra nación.
Nuestra fuerza laboral se siente protegida por OSHA; el salario mínimo
federal beneficia los trabajadores de
menor ingreso; y la Ley HIPPA protege la privacidad y la información de salud
de las personas.
Este breve recuento pone indudablemente de manifiesto
que 4.7 millones de ciudadanos americanos
puertorriqueños dejaron atrás el
complejo insular que los mantenía atados, sin esperanza y sin futuro. La ciudadanía americana y nuestros derechos constitucionales nos dan
seguridad personal dondequiera que
vayamos y no son negociables.
La transformación cultural que ha ocurrido desde el
1898 es innegable, irreversible y
permanente. Ser ciudadano americano es parte de ser puertorriqueño y de esa
realidad emana el reclamo por la igualdad de derechos todos los ciudadanos americanos residentes en
Puerto Rico.
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