PA’ LA CALLE A DEFENDER LADIGNIDAD DE NUESTROS MAESTROS
Por José Cheo Cruz
Los
momentos más difíciles y peligrosos se viven hoy en Puerto Rico, porque se ha
trastocado uno de los factores más
importante para nuestro futuro como pueblo, la Educación, al quitarle lo
poquito que se ganan los Maestros de Puerto Rico por decisiones equivocadas y muy
desacertadas que deben provocar movilizaciones de todos los sectores que inciden
en Puerto Rico, porque un pueblo sin educación se iría barranco abajo sin
remedio, la criminalidad aumentaría exorbitantemente, el poder adquisitivo
seria mermado casi a cero y la vida cotidiana
sería un verdadero caos, si es ahora con la educación que tenemos, imagínese
que será de Puerto Rico sin maestro, ni recursos para educar nuestra población indigente y jóvenes, los futuros líderes del mañana
sin el pan de la educación.
Hoy,
en un mundo globalizado, sentimos la agresividad de una competitividad que nos
hace menos espirituales y nos acerca más a lo quántico o material es lo que ha
movido al gobierno de Alejandro García Padilla a cometer esta barrabasada de
trastocar las pensiones de varios sectores, pero especialmente a los maestro
del salón de clase. Las inconductas como el engaño que han demostrado, producto
de la insinceridad, y la mediocridad, resultado de la incapacidad profesional,
han ocupado los principales puestos productivos, precisamente por la obtención
de prebendas a base de ese engaño, que nos hace víctimas de la simulación
ejercida con descaro y cinismo por parte de la OTAN Roja.
Siempre
recuerdo que la transmisión de valores representaba la más valiosa herencia.
Hoy con tanta injusticia social y falta de equidad, se socava el idealismo y se
estimula la indiferencia, instrumento de lo impersonal. A mis años
longevos pero gevito todavía, me aferro aún más a esa manera de sentir la vida
como el tránsito hacia la creación de una mejor conciencia para mitigar los
embates de una lucha, en la que predomina la ostentación. En este nuevo año,
tengo fe en esa conciencia soporte de una mejor percepción para alcanzar la
paz, y, sobre todo, la solidaridad para aquellos que así la necesiten.
Enfrentar la traición de muchos Puertorriqueños contra la obra de los héroes que
fundaron nuestro país Puerto Rico como Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio
Betances y una pléyade de educadores por excelencia , la corrupción que ha
quitado el sustento a muchos necesitados, la ingratitud de políticos que no han
cumplido con sus promesas, e identificar a los que promocionan la delincuencia
como forma de lograr sus apetencias, debe ser nuestro propósito para apoyar a
los que asumen con responsabilidad y sin exigir reconocimiento del deber
ciudadano de educar y orientar nuestro país y que ahora los masacramos quitándole
su pan de cada día, sin duda que los Maestros son ineludiblemente nuestros héroes.
Al cabo de mi edad, es la mejor forma y el mejor
camino para vivir y agradecer a Dios una mejor calidad de vida, y con ella
traspasar a nuestra descendencia y a nuestros mejores amigos, el mejor legado:
la experiencia de haber transitado con autenticidad y apegado a los mejores
principios amparados por la dignidad, recordando siempre la carta de la Madre
de José Martí a su hijo: “Todo el que se mete a redentor muere necesariamente crucificado”
tal situación enfrento nuestro señor Jesucristo también en esta tierra.
Buscamos
instalar en el imaginario de los docentes, nuestros maestros entre otras
cosas: a) la cultura del trabajo versus la cultura del menor esfuerzo que
es una forma de vagancia que se expresa en el “no te mates tanto, cógelo suave
que tú no lo vas a cambiar”. Esta actitud impide una dedicación real a la
acción profesional e irrespeta a los estudiantes y a los propios docentes y se
expresa, entre otras cosas, como pérdida de tiempo; b) la cultura de la
excelencia que se esfuerza por “lo bien hecho”, versus el conformismo mediocre
del “deja eso así, que eso ta’ bien así” ; c) la pasión por conocer, en el
nivel de su elección profesional versus la instalación en la repetición
inconsciente de lo ya sabido que conduce inevitablemente a la desactualización
y propicia, en consecuencia, un engaño a la sociedad que espera ser bien
servida en cada área institucional;
Además, d) la tendencia permanente al diálogo, el
razonamiento y la argumentación vs. La imposición del “porque sí” autoritario
incapaz de respeto hacia los demás e impide la construcción de ciudadanía
democrática; e) el cultivo de una dimensión lúdica de calidad y la capacidad de
valorar la llamada producción cultural como un derecho ciudadano para una vida
verdaderamente humana. Es todo lo anterior lo que puede construir un nuevo
educador/a. Es sobre estas actitudes y/o habilidades cultural como puede tener
posibilidad de éxito la formación en las disciplinas específicas y el
desarrollo de, f) la pasión por enseñar que hace al educador un personaje de
tiempo completo, capaz de aprovechar la vida cotidiana como posibilidad
educativa versus el “¡ay ya yo acabé, deja eso pa’ después!” y nuestros
maestros siempre han dado hasta lo que no tienen por educarnos por el camino
del bien y que vengan unos malandros de la OTAN Roja encabezados por Alejandro García
Padilla a pagarle con esto de quitarle
lo poquito que le dan por su laboriosidad y apego al desarrollo de nuestra juventud
y pueblo, esto es un crimen que no se debe dejar pasar jamás, los maestros por
lo menos a mí me ensenaron que hay que respetarlos y amarlos no se a Alejandro García
Padilla.
Ahora bien, para que lo anterior ocurra es necesario
el desarrollo de condiciones sociales básicas de maestros y maestras bien pagos,
felices y a gusto para llevar a cabo su vocación y es desde esta perspectiva
que se debe ubicar la cuestión de la remuneración económica que se la quitan
ahora. Un docente debe tener la certeza de que una dedicación seria a su
quehacer profesional le “garantiza” un nivel de vida digno, según el nivel de
desarrollo de la sociedad en la que vive. Si la sociedad percibe a la clase
media como un horizonte deseable, tal como parece ocurrir en la actualidad,
entonces este debe ser el rasero con el que se debe medir también la condición
social que ella le permite y propone al docente. Un maestro o maestra
bien formada, con buen desempeño y permanentemente evaluada debe estar bien
remunerado, no como ahora que se le paga una miseria mientras los políticos como
uno que fue candidato en nuestra área que él trabaja bien remunerado en un
puesto de confianza y de alta alcurnia en una agencia de gobierno, tiene a su esposa
trabajando, a su madre, a sus dos hermanas y a su padre empleados en el
gobierno de Alejandro García Padilla y por ahí se la pasa anunciando que todo
anda bien y sale con cuanto disparate se
le ocurren defendiendo lo indefendible todos los días con una supuesta “isla Estrella” su cantaleta
diaria, que parece se estrelló como los meteoritos, ¡que vuvucela barata! y que
¡bocina!, ¡así cualquiera! como dice el Gran Combo, si todos ganan en ese
engendro.
Pero
además de una vocación, la profesión docente debe ser un camino de inclusión
social para aquellos que la asumen y no un refugio para la sobrevivencia de
quienes no tienen otra posibilidad, y se conforman con un salario malo pero
seguro. Un docente debe tener garantía de que, como profesional, la sociedad le
reconoce el derecho a una justa remuneración y a un horizonte de mejoría que le
permite participar razonablemente de los bienes sociales. El salario es, desde
esta perspectiva, expresión de la valoración social de la profesión docente y
un invaluable recurso pedagógico.
Por
lo que todos tenemos que salir a las calles de defenderá nuestros maestros que
esas sí que son Las Estrellas de Nuestra sociedad Puertorriqueña, de ayer, hoy
y siempre, defendamos el honor de nuestros maestros sin miramiento ni politiquería,
vámonos pa’ la calle que hay que arrebatar el derecho de nuestros maestros a
vivir dignamente. Puerto Rico se levanta contra la injusticia al maestro.
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