Plan Puerto Rico-Tennessee
lunes 28 de abril, 2014
Hernán Padilla
Según nos
acercamos a la estadidad, procede examinar las distintas estrategias que otros
estados han utilizado para acelerar su admisión por el Congreso.
Cuando Carolina
del Norte ratificó la Constitución de los Estados Unidos en el 1789, cedió al
gobierno federal los terrenos de Tennessee. Más adelante, en 1796, la lucha de
Tennessee por la descolonización y la admisión los llevó a adoptar el “Plan
Tennessee”.
En un referéndum
celebrado en el 1795, el 75% votó a favor de la unión. Posteriormente, el Gobernador
convocó una Convención Constitucional, adoptaron la Constitución y la Carta de
Derechos del Estado de Tennessee, y “eligieron
por adelantado dos Senadores y un Congresista”, convirtiendo en efecto el territorio de Tennessee en un “estado”
antes de solicitar admisión al Congreso.
Según Luis Dávila y Rubén Cerezo (estudio Breakthrough
from Colonialism), los pasos básicos del “Plan Tennessee” incluyen: haber
radicado la solicitud de admisión y que
el Congreso no la hubiera atendido; aprobar una “Constitución Estatal” sin
autorización del Congreso; celebrar elecciones para funcionarios estatales y senadores y representantes congresionales; y
finalmente enviar la delegación a Washington a exigir la estadidad y lograr que el Congreso aprobase un Acta de
Admisión.
Fue adoptado
con éxito por Michigan, Iowa,
California, Oregón, Kansas y Alaska reclamaran y lograran su admisión como
estados; no así New Mexico que tardo 62 años.
En el caso de este último, a finales del siglo 19 los
ciudadanos del sureste de Alaska siguieron un proceso similar sin mucho éxito.
Entre 1943 y 1953 se intensificaron las gestiones a favor de la estadidad y en
1946 la Estadidad obtuvo mayoría en un referéndum.
En 1950 se aprobó en la cámara federal de representantes
un proyecto de admisión que no fue
considerado en el senado. En 1955 efectuaron la Convención Constitucional del Estado
de Alaska y en 1957, siguiendo el
esquema del “Plan Tennessee”, “eligieron
delegados extraoficiales” para cabildear en el Congreso. En enero de 1959. Alaska se convirtió en el
estado número 49.
En lo que a
Puerto Rico se refiere, el “Plan Tennessee” podría ser una ruta viable en el momento oportuno pero ello requiere
desarrollar un “Plan Puerto Rico” dada
las características particulares del territorio de Puerto Rico.
Es importante
señalar que en el 2006 el PNP aprobó una resolución para adoptar el “Plan
Tennessee” como “una estrategia adicional para descolonizar a Puerto Rico” y reclamar
nuestra admisión.
La resolución fue
un “mandato” para que al ser electos implantaran mediante legislación el Plan
Tennessee en el 2009, ratificaran una “Constitución del Estado de Puerto Rico”
y eligieran una delegación congresional que fuera a reclamar reconocimiento
oficial y la admisión como estado. Dicho mandato obliga a nuestros potenciales
candidatos a puestos electivos a comprometerse, de ser necesario, a defender una
estrategia similar.
Dicho eso, el
Plan Tennessee NO puede implantarse bajo un gobierno colonialista. Requiere un
gobierno que reconozca y haga valer los resultados del plebiscito e instituya el
proceso electoral para elegir una delegación, asigne fondos y reclame la admisión.
Si el congreso
no toma acción en un tiempo razonable, o
no ordena un referéndum vinculante para ratificar la voluntad del electorado en
el 2012, entonces se darían las
condiciones para proceder con un “Plan Puerto Rico”. Sin embargo, ahora no es el momento oportuno.
Urge unidad de propósito para lograr que el congreso
auspicie un referéndum según establecido en el H2000 y el S2020 para acelerar el proceso de
admisión.
No se puede poner a
Puerto Rico primero dejando al status para después. Desde hoy hasta noviembre del 2016, todos los estadistas que
aspiren a puestos electivos deben hacer
del status el eje principal de sus campañas e impulsar la estadidad como el instrumento para
lograr un mayor progreso y mejor calidad
de vida para Puerto Rico.
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