COSAS VERDES MI QUERIDO SANCHO
Por
Redacción de Radio El Faropr.com
Está comprobado que en el municipio de Carolina, los
animales tienen más valor y son tratados con más dignidad que a sus propios
empleados. Según reseña uno de esos periodiquitos que se prestan para actuar
como las gacetas oficiales del Régimen Apontista, que fue despedido
fulminantemente de empleo y sueldo un empleado del museo del niño por sentarse
encima de una Tortuga.
Nuestra posición es que nunca aprobaríamos una conducta
tan torcida como esa, carente de todas clases de valores y sentimientos por
nuestros animales. Hay animales que tienen mucho más sentimientos y
razonabilidad que muchos seres humanos que conocemos, muy particularmente de
muchos que pululan por ese municipio.
Hemos dicho hasta la saciedad que hay siempre dos varas
a la hora de imponer medidas disciplinarias en el municipio de carolina. A ese pelafustán que cometió ese vil acto, le
aplicaron la dormilona en “fast track”, pero a Víctor Rodríguez Mangual, C/P
“Caneco” desde el año de 2012, fecha en que agredió de forma abusiva y
temerariamente en el rostro a una
persona mayor de edad que ocupaba un puesto como Director Auxiliar, adscrito al
Departamento de Obras Públicas y Ornato no le hicieron nada.
Todas las peticiones hechas al Alcalde José Carlos
Aponte, por la parte perjudicada en este caso, para que sometan al
ajusticiamiento por la vía administrativa a este abusador y guapetón de barrio,
han resultado infructuosas y el encubrimiento y la protección han sido la orden
del día a su máxima expresión. Ni la Directora de Recursos Humanos, ni el
Director de la Oficina de Asuntos Internos,
tampoco han querido tomar cartas en este asunto y siempre andan a la
evasiva, corriendo como gallinas tuertas en guayabal seco.
Al Principito José Carlos Aponte, que no cacaree tanto
con sus falsos estribillos de justicia por los animales, cuando él no ha
respetado los derechos humanos de muchos empleados que han sido masacrados por
su régimen represivo, insensible y anti-obrero. Cosas veréis, mi amigo Sancho
en la Tierra de Macondo que una vez fue gigante.
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