CANOVANAS Y SUS EMBUSTES Y MENTIRAS OFICIALES
Por José Cheo
Cruz
El periodo que los
cófrades de Mao Zed Tung bautizaron como los “Tres Años de Desastres Naturales”
(eufemismo revolucionario para maquillar la Gran Hambruna China, entre 1958 y 1961) destaca por ser uno
de los folios más ominosos de la historia. Bajo la guía del Gran Timonel Chino,
gracias al plan suicida de colectivización del campo y la industrialización a
juro que impuso su “Gran Salto Adelante”, y la Revolución Cultural China, se
supo que hubo -según lo que más tarde asomaron tibias estadísticas oficiales-
unos 15 millones de muertes por hambre. La cifra, ya harto perturbadora, dista
mucho de lo que revelan estudios no-oficiales como el del ex reportero de la
Agencia Xinhua, Yang Jisheng, quien en 2012 habló de 36 millones de muertes,
eso nos espera aquí en Puerto Rico sino nos avispamos.
Negar
la hambruna en China fue una de las mentiras más cultivadas del régimen
comunista chino. Hasta 1983, lejos de admitir que el pavoroso corolario
respondió a errores de planificación, las autoridades lo endosaban sin bochorno
a una serie de catástrofes naturales. Hecho el daño, reacio a rectificar -acre
tarea que sí asumiría Deng Xiaoping- para “no crear zozobra” y ante la ruda
mengua en la producción (que Mao atribuyó a malos hábitos de los campesinos,
esos que “esconden
la comida” y a quienes aconsejó comer menos para no parecer
capitalistas barrigones) el Gobierno de Liu Shaoqui optó por reducir los cupos
de alimentos. La consecuencia fue desastrosa: “En un condado, Guangshan, un tercio de
la gente había muerto”, dice Lu Baoguo, otro reportero de Xinhua.
Atenazados por la represión, nadie se atrevía a nombrar la tragedia: “Aunque
hubiera gente muerta en todas partes, los líderes locales disfrutaban de
comidas buenas y licor fino”. Frente a verdad tan espinosa para la
credibilidad del régimen, tan levantisca y “contrarrevolucionaria” parecía más
útil –hasta posible- negarla, ensayar una historia paralela, esa es una
historia vuelta a contar aquí en Puerto Rico, los supuestos líderes viven de
altas contratas y quiebran el gobierno, ese es el ejemplo que ha dado Lonna
Soto Villanueva en Canovanas, con una estiba de contratos leoninos de gente sin
capacidad ninguna con unos altísimos salarios y la gente común del pueblo muriéndose
de hambre, la hambruna en Puerto Rico ha provocado la huida de nuestra gente
para Orlando y la Florida y ya tenemos muy pocos valientes viviendo en la
tierra de Borinquén y los supuestos líderes
del PNP y PPD viviendo bien y cómodos..
Como
comprobó Solzhenitsyn en el caso de la URSS de Stalin, era tarea relativamente
fácil en época que transcurría bajo el tóxico embrujo del relato de las
revoluciones (hechura de implacables carceleros, realmente), libre además de
esa vitrina que hoy prestan las redes sociales y su poder de virilizar
información verificable, en segundos aquí los supuestos lideres buscan acallar
las voces , hasta en los medios de comunicación regular, ese es el caso de Eric
Correa Rivera, que dice que nosotros cerraremos el periódico Impacto al igual
que Cesar Méndez y funcionarios de municipios como el de Rio Grande Ángel Boris
González que no dan anuncios al medio de su pueblo porque lo ha criticado,
Lornna Soto Villanueva no auspicia dicho medio porque la han criticado y esa acción
no se les parece a lo mismo que hicieron
Mao Set Tung y Stalin en los países comunistas, sin duda que no hay diferencia .
Así que la mentira se volvió no sólo potente aliada para “dar apariencia de consistencia al puro
viento”, como escribió Orwell; junto al uso arbitrario del lenguaje
fue avío crucial de la propaganda y control de masas, vale de supervivencia del
régimen y su hombre fuerte. “Sólo sabía lo que el Partido Comunista
me decía. Todos fuimos engañados”, recuerda Yang Jisheng, sacudido
por el cadáver sin carnes de su padre. La mentira fue verdad, con todo y sus
grotescas contradicciones, hasta que lo factual lo hizo insostenible, existen “sesudos”
líderes del PPD y del PNP que los imitan en pleno siglo XXI haciendo lo mismo y
los pueblos olvidan, por eso les traemos estas historias para que abran los
ojos ante estos pichones de dictadores y corruptos que han creado una especie
del cartel de Sinaloa en Puerto Rico.
En
línea de lo que satiriza “El arte de la mentira política” –el famoso opúsculo
escrito por John Arbuthnot en el siglo XVIII, atribuido por error a Jonathan
Swift- las acciones de tales gobiernos atenderían al afán de crear “sociedades
de mentirosos” donde florezca la convicción de que hay engaños “saludables”
para el pueblo, por años nos han mantenido sumidos en las mentiras en Puerto
Rico y de ahí se inventaron lo de las tres malditas cruces en las papeletas
electorales. Para ello debe haber, claro está, una masa de crédulos dispuestos a
repetir las falsedades que otros inventan, por eso los políticos como Lornna
Soto, Eric Correa Rivera, Ángel Boris González, Cesar Méndez y muchos otros.
Así, cual príncipe del espejismo político, corresponde al poder tutelar ese
“Monopolio de la verdad” y cultivar la comunión democrática en la mentira; toda
ella bien embutida en el traje de la verosimilitud, ya que la exageración es
tumba para la credibilidad.
El zumbón, mordaz
encargo del texto de Arbuthnot para burócratas de la añagaza, los “pseudólogos”, era apartar a cualquier individuo de
quien se sospechase sinceridad (las purgas, las “Revoluciones culturales” dan
fe de ello), hacer del embuste una religión y preservarlo de cualquier
verificación posible. Se retozaba así con un trágico augurio: pues nada sería
tan eficaz como la mentira totalitaria para desfigurar la naturaleza del lenguaje, la posibilidad de pensar y
comunicar la verdad con palabras. En el distrito de Carolina se
vive de la mentira convertida en verdad y luchan a brazo partido por echarle
arena a la verdad y destruir a los que nos atrevemos a llevarle la verdad al
pueblo ahogándonos en lo económico, y en lo necesario para vivir.
Penosamente,
los ecos de esas experiencias respiraron un segundo aire en el siglo XXI: en
Puerto Rico abrigados, además, por sus ventajas. Como inspirada por la China de
Mao –jamás la de Deng Xiaoping- en Puerto Rico y en el área noreste de Puerto
Rico se ha pretendido alentar una sociedad que viva cómoda en el pantano 360º
de la mentira oficial. Hay escasez de alimentos y medicinas, hay inseguridad y
muerte, niños que naufragan en su última sonrisa; hay crisis institucional y
humanitaria, pero un tribunal sentencia falta de pruebas o como el de Rio
Grande que le cree a las mentiras de Lornna Soto Villanueva para sobrevivir a
la mafia del narco estado y la corrupción.
Tras el “triunfo” Pírrico
de la Sotomania en Canovanas se verifican casi el doble con la oposición a
que sigan en el poder y eso le dará el triunfo al PPD sin duda, pero biliosos
funcionarios juran tener la gente cuando cometieron fraude al traer cientos de
votos de otros lares a votar en Canovanas. La ficción oficial se hizo
estridente, dejó de ser cauta, mucho menos verosímil. Torpeza inexcusable, y todo
el mundo lo nota y el PNP respalda la mancuerna y por eso se aboca a ser
derrotado si no cambian esas inconductas. Pero estos trúhanes de Lornnna Soto
Villanueva y José Chemo Soto, repentinamente mutilado por las circunstancias
para el arte de mentir, no se percatan ya de que las tropas de crédulos no
abundan: no como antes. La mentira es como el cojo que corriendo no llega lejos,
atentos a nuestras denuncias no se dejen engañar.
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