LOS CRIMENES POLITICOS COMETIDOS POR EL PPD
Por José
Cheo Cruz
Dicen que los pueblos que ignoran su historia
están condenados a repetirlas. Hay cosas que bajo el sistema actual se nos han
estado ocultando por los oligarcas políticos que siempre han dominado este
pueblo como los administradores de una cofradía secreta de una parcela cedida
en usufructo. Ellos saben que este País es fácil de engañar y manipular.
Si usted se toma un tiempo, es bueno que busque
y de lectura al libro Revolución y Terror (War against all Puerto Ricans) de
Nelson A. Denise. Ahí obtendrá datos reveladores sobre el control político y
social que ha ejercido la metrópolis por siglos sobre esta colonia. Se dice que
desde el año 1930 hasta el año 1960, alrededor de 100,000 Puertorriqueños
fueron víctimas del carpeteo y de esa cantidad unos 74,412 fueron carpeteados
por razones políticas por el PPD.
La recopilación de información de inteligencia
se llevó a cabo desde una escuadra secreta que se creó en la Policía de Puerto
Rico, bajo el PPDeath. Desde ese brazo
represivo del estado se pagaba a informantes puertorriqueños que eran
“militantes” a nivel de todos los partidos. Mientras tanto el extinto
departamento de instrucción, cumplía con su misión de demolición de nuestra
historia para envolvernos e inducirnos en el asimismo con los estribillos de
pollito “chicken”, lápiz “pencil” y gallina “hen”. También nos mintieron con la
más vil de las guayabas y las mentiras de que George Washington nunca dijo una
mentira.
José Luis Muñoz Marín, se allegó al poder
político y desde su posición como gobernante, allí se desempeñó como un
caudillo y una especie de dictador refinado que llevó a cabo el más riguroso y
maquiavélico plan de persecución contra todos sus opositores políticos.
Todo el aparataje represivo del gobierno fue
puesto para perseguir a todo aquel que se atreviera a decir la verdad y a
luchar por la independencia de este País. Muñoz fue el que ordenó cambiar los
colores de nuestra bandera que era el azul celeste por el “navy blue” para que nuestra
bandera se pareciera a la bandera de los EE.UU. Bajo el PPDeath, se llevaron a
cabo las más abusivas medidas represivas como la ley #53 (ley de la mordaza)
que declaraba como delito las libertades de la libre expresión, información o
manifestación.
También bajo el PPDeath, se llevó a cabo la
masacre de Ponce, el 21 de marzo de 1937, la orden para bombardear con aviones
P-47 Thunderbolts, el pueblo de Utuado y el envío de más de 5,000 tropas del
regimiento 295 de Infantería de la Guardia Nacional de Puerto Rico. Hubo
refriegas y actos de represión también en Mayagüez, por parte del indigno
estado colonial que daba cumplimiento a los mandatos de la metrópolis. El
ataque al barbero Vidal Santiago Díaz, ocurrido el 31 de octubre de 1950, en la
barbería “El Boricua” en el Bo. Obrero, todo ello por tratarse de
“Nacionalistas” que defendían sus ideales y sus creencias. La consigna de Pan,
Tierra y Libertad, dejaron de existir y se derrumbaron en esos años de
obscurantismo total ocultos bajo el manto siniestro del PPDeath. Con sus luces
y obscuridad, el PPDeath, ha sido históricamente el partido más represivo,
intransigente y abusivo que haya existido en la historia política de este País.
Ellos se han ocupado en controlar todas las posiciones estratégicas dentro del
sistema para obtener plena impunidad y
ayuda para no ser procesados a la hora de responder a sus acciones delictivas.
Es por eso que existen los Anaudis de la vida que pretenden caminar por ahí
como los cabros sin ley, creyendo que se lo merecen todo y que pueden hacer lo
que les plazca con impunidad, sin tener que responder en su día por sus actos.
Para el 1
de abril de 1941, se le levantó una carpeta a José Luis Muñoz Marín, mediante
la carpeta #100-302, en un reporte presentado por el Agente Nixon Butt, Jr.
Luego el 16 de agosto de 1941, se revela otro informe (#100-5745) del Agente
Especial, Jack O. Parker, en el cual se establece que el investigado Muñoz era
un intelectual que adolecía del complejo de inferioridad, por ser de
descendencia puertorriqueña, con una tendencia a observar una conducta
anti-americana. Mencionaba además una supuesta adicción al uso de narcóticos y
se le consideraba con una personalidad irresponsable y un “heavy drinker” o
bebedor en exceso de lo normal. Muñoz, sabía que lo tenían fichado a él y a la
que llamaron “The Mistress”.
Todas estas cosas la metrópolis, las utilizo en
contra de Muñoz, para capitalizar y ejercer un control político absoluto sobre
él y a su vez contra la población que conformaba la sociedad puertorriqueña. No
había espacio para la disidencia, porque faltaba y estaba ausente la
democracia.
Hoy en día muchos años han pasado y las cosas,
no han cambiado y aún seguimos de mal en
peor con el mismo sonsonete, peleando y segmentados como cavernícolas políticos. Mientras el País se nos derrumba y se nos
viene encima, los políticos quincalleros y de oficio se las pasan acusándose
mutuamente de quien es más corrupto que quién y de qué lado hay más ladrones y
amigos de lo ajeno.
La tasa de suicidios y la migración colectiva de
miles de Puertorriqueños, ha aumentado durante los últimos dos años, por la
presión que nos ha impuesto este sistema capitalista que nos ahoga y que ha
sido diseñado para eso por los grandes intereses y los tentáculos de la
corrupción gubernamental que a veces operan como grandes carteles de la mafia
que gozan de una impunidad total en este País.
Neil Gorsuch, nominado Juez al Tribunal Supremo
de los EE.UU. ha dicho: “Cuando los funcionarios públicos se sienten en la
libertad de usar los poderes de sus cargos como armas contra quienes cuestionan
sus decisiones, afectan no solo a los ciudadanos a su alrededor, sino a las
libertades consagradas bajo la primera enmienda de nuestra constitución”.
Ya es tiempo que aprendamos algo de nuestra
historia Yo prefiero lacerarles con los hechos y la verdad, que herirlos con
las víles mentiras que por años, nos han mantenido como un juey dormido.
Aquellos que no estén orgullosos de su origen y de su historia no valdrán nunca
nada, porque llegara el momento en que comenzarán por despreciarse a sí mismos.
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