SAL PA’ FUERA EN EL PARTIDO POPULAR
Por José Cheo Cruz
Mi gente, la cosa esta al rojo vivo dentro de
las filas del Partido Popular. Allí hay una sal pa’ fuera y un desasosiego que
no se sabe por dónde va a salir el sol, ni qué hora es. La cedulas o grupos
sectarios cada cual con su filosofía dogmática son la orden del día.
Este tirijala de marca mayor se podía
pronosticar desde hace tiempo. Las facciones dentro de las fuerzas internas del
PPD, están en una eterna diarrea crónica y fatalmente deshidratante. Por un lado,
tienen al Senador Cirilo Tirado, a quien algunos afirman que es un reconocido
disidente que junto a la Comandante, Carmen Yulin Cruz y otros reconocidos
“camaradas” y “come fuegos” de su guardia roja, que en contubernio han formado
la Alianza Patria.
Su misión y su gestión van encaminadas a
fomentar el voto por la independencia y el embeleco de la libre asociación. En
esa colectividad política del PPD ya no existe la disciplina de partido y ellos
los de Alianza Patria se han agenciado el establecer acuerdos con otros tripartitas,
sin el aval del alto liderato y la junta de gobierno del PPD que han quedado
pintados en la pared y faltos de toda autoridad política.
Por otro lado, tenemos a Héctor Luis Acevedo y
Victoria Muñoz, ex candidatos a la gobernación, haciendo un llamado a los
populares para que no vayan a votar y todos se abstengan de presentarse a los
colegios ese domingo 11 de junio de 2017. Hay otra facción dentro del PPD, dirigida
por su presidente, Héctor Ferrer quien en principio estaba esperando por la
decisión del departamento de justicia federal, ahora aboga para que los
populares dañen las papeletas y que se echen en blanco. Otro grupo quiere que
se escriba la palabra NO debajo del triángulo que define la fórmula de la
estadidad.
No voy a seguir mencionando las distintas
opciones que siguen surgiendo dentro del vórtice del huracán categoría VI que
se ha formado con la convección de corrientes de toda esa mogolla que hay
dentro del núcleo del PPD de intransigentes, presumidos y petulantes.
Estos grupos de facinerosos dentro del PPD nunca
ha podido interiorizar que dos terceras partes (2/3) de los militantes de ese
partido tienen vínculos directos con la escogencia de la alternativa de la fórmula
de la estadidad. Tan solo una tercera parte (1/3) son soberanistas y
simpatizantes de la independencia. Es por eso que dicen que el PPD, siempre ha
sido la fábrica más grande del “melonismo” en este País.
A todo esto le sumamos el que públicamente los
alcaldes de Dorado, Carlos López y Miguel (Papín) Ortiz, han hecho un llamado
para que los populares ese domingo 11 de junio de 2017, mejor se vayan a
disfrutar para la playas del País, y que no acudan a respaldar, ninguna de esas
descabelladas y aberrantes ideas que han surgido desde las entrañas y diversas
corrientes del PPD.
Qué clase de boyete de siete pares, mi gente
éramos muchos y pario la abuela y ahora el PPD, esta al garete y sin un norte
definido que pronto habrá de sellar su propia autodestrucción. A mi todo esto
se me parece a aquel famoso festival de los “Hippies” en Woodstock en el año
1969, donde todo el mundo andaba por la libre y como los chivos sin ley.
Eso hace rato lo dijimos y lo hemos venido
sosteniendo porque ya el PPD, tiene que definirse y hablarle de forma honesta
al País y de cara a su realidad política actual. Los guardianes jurásicos del
inmovilismo están todos en ese proceso de negación y no quieren aceptar bajo
ningún concepto, que la embarcación del
E.L.A que fue la nave insignia de la flota del Caribe en otros tiempos, ahora ésta
haciendo agua por estribor y se ésta levantando la proa.
Ellos pretenden seguir tocando su música hasta
el final de los tiempos, si se lo permiten, tal y como lo hicieron los músicos
del “Titanic” aunque ya ellos sabían que el naufragio era inminente porque el
cuarto de máquinas hacia agua.
El proseguir con el engaño por más de 65 años,
ya es insostenible y es tiempo de aceptar que lo que un día fue bueno, un buen
día ya jamás lo será. Todo en la vida cambia y de ninguna manera debemos pensar
en retroceder en la historia, porque los pueblos que olvidan su historia
estarán condenados a repetirla.
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