LA DESCOMPOSICION SOCIAL DE PUERTO RICO
Por José Cheo Cruz
La sociedad Puertorriqueña
está francamente descompuesta, y cada día son más visibles las señales que
marcan el descalabro de todos sus indicadores vitales, tales como, la economía,
el turismo, la ética y moral, los actos de corrupción cada día son más y más
evidente evidentes sin recato alguno.
En la génesis de ese retroceso hay muchas causales,
pero no hay dudas de que la principal es la quiebra de la familia,
desestructurada por los divorcios, la violencia intrafamiliar, la muerte del
tutelaje o el arbitraje de los padres frente a sus hijos, la rebeldía frente a
las leyes y la ausencia de frenos morales en buena parte de las generaciones
que surgen en este contexto de descomposición y que dentro del gobierno actual
es más que evidente porque hay unos funcionarios arrogantes , insensibles y
anti críticos y otros fanáticos en las gradas adulándolos y demonizando a todo
el que los critica.
La altísima tasa de criminalidad es una de las
secuelas de lo anterior. No solo es alta en función del número de víctimas de
la violencia por el narco tráfico y de género, infantil o delictiva, sino en
las sobrecogedoras características de asesinatos que no parecen tener parangón
en los anales del horror y la sevicia de nuestra historia.
Como sociedad, estamos entre las primeras de América Latina, y otras regiones
del mundo, con altas tasas de mortalidad en madres y niños; en embarazos de
adolescentes; en matrimonio infantil; en accidentes de tránsito; en corrupción
administrativa; en inseguridad ciudadana; en deserción escolar, y, en bajos
rendimientos de los estudiantes en materias básicas del conocimiento cuando hay
que mal gastar 17 millones para dar supuestos valores con empresas que
sostienen otros valores que no están dentro de nuestros estándares morales y éticos.
Por igual, son altas las tasas de suicidios; de
participación de jóvenes en el consumo y tráfico de drogas; en abortos; en
población juvenil penitenciaria altísima; en consumo de bebidas alcohólicas; en
violaciones a las leyes elementales del tránsito; en desacatos a órdenes
cautelares de la justicia (especialmente entre los hombres agresores o potencialmente
agresores de mujeres); y de jueces y fiscales vendido y entregado al amapuches
como el FEI y el departamento de justicia, jueces y fiscales banales cobrando
sobornos y dejándose sobornar, para encubrir a los corruptos como el caso de Ángel
Boris González alcalde de Rio Grande que dicen “ Que no lo sabía” y por otro
lado también la evasión de impuestos; en falsificación de medicinas, y una
múltiple lista de prácticas engañosas en perjuicio de los consumidores y de
todo el país.
Naturalmente, hay luces dentro de estas opacidades
sociales. Tenemos buenas credenciales en algunas esferas internacionales, como
en los deportes y el arte popular, encarnadas en Puertorriqueños como Adriana Díaz,
la niña prodigio del tenis de mesa, nuestra embajadora mundial que ha sabido
sustraerse de los ambientes corrompidos en los que vive y crece la mayoría;
dominicanos que se propusieron andar por las reglas, hacer el bien y esforzarse
por el triunfo, sin caer en los lodos de la descomposición general.
No es nada agradable que así nos veamos en el espejo
de la otrora Isla del encanto Puerto Rico, la otrora vitrina de América como
parte de la nación Americana hoy más colonizada que nunca , lo que significa un
bochornoso acto en este siglo . Cada Puertorriqueño tiene que asumir que los
únicos responsables de parar este derrotero somos nosotros mismos. O los únicos
culpables, si nos quedamos de brazos cruzados y callados como exigen los adeptos
del gobierno actual y sus funcionarios que hasta te insultan cuando protesta
por las actuales condiciones en que vivimos.
Por dondequiera afloran las señales (y las
consecuencias) de la descomposición de la sociedad Puertorriqueña y entonces
aparecen para engañarnos y darnos una chupeta el contrato de Educación por 17
millones para extranjeros enseñar valores hay mi madre que Barbaridad.
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