EL SYNDROME DE ESTOCOLMO


Por José Cheo Cruz

Por siglos los puertorriqueños han estado viviendo agobiados bajo un sistema colonial que no les permite el poder visualizar un mejor porvenir en nuestro futuro como País. Hemos sido educados y manipulados para ser fanáticos extremistas como si fuéramos similares a talibanes o del estado islámico (isis).

En todos esos siglos les han estado rendiendo culto a partidos políticos que nos han manipulados y han convertidos en aduladores genéticos de generación en generación. La ceguera política a que nos han inducido, nos ha llevado a un fanatismo sin precedentes en el que simplemente no razonamos o no lo queremos hacer, para no sufrir uno de los mayores desengaños en la vida.

En todo ese tiempo los puertorriqueños han adoptado cada cual desde sus trincheras sus mecanismos de defensas, plácidamente desde sus zonas de confort. Demas esta decir que los seres humanos nunca hemos sido receptivos a los cambios que les producen el factor de inseguridad. Así es que los manipuladores someten a sus víctimas para ser tratados y arriados como dóciles borreros camino a los colegios electorales a rajar la pava o la palma.

Toda esa situación en la mente programada del pueblo incauto, los ha llevado a cometer los mismos errores uno tras otro, cada cuatrienio. Nuestro País con el correr del tiempo, se nos ha ido de la mano y ha estado en manos de la oligarquía sectarista que controlan, los medios noticiosos mediante paga y estratégicamente diseñados para manipular y extrapolar la opinión pública.

Unos doblan rodillas y les llevan flores a Barbosa y otros a Muñoz para rendir sus cultos y herejías como si ellos fueran las Deidades, que le librarán de todo mal. Este País está muy mal y tiene un futuro incierto y tenebroso. Saldrá una mala administración del PNP y vendrá otra peor del PPD.  Así las cosas, volveremos a repetir el ciclo haciendo lo mismo, o peor y así el País seguirá patas arriba y su gente huyendo en estampida colectiva, no aprendemos de Albert Eisten cuando dijo que “solo un loco Pretende obtener resultados distintos haciendo lo mismo o repitiendo los mismos errores. DIOS, nos ampare, nos proteja y se apiade para que nos libre de todo mal. A toda esta sintomatología inducida le podríamos llamar “El síndrome de Estocolmo”. Eso es cuando la persona que ha sido víctima de un secuestro, sufre un trastorno psicológico temporal que consiste en mostrarse comprensivo y benevolente con la conducta de sus secuestradores, al punto de identificarse progresivamente con sus actos e ideas. ¡Despierta Boricua!!! O como diría Andrés Jiménez (El Jibaro) ¡Cono Despierta Boricua!

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